En la avenida Colonial, antes de llegar al cementerio ‘Baquíjano’, un grupo de carros de los años 50 parecen proteger la casa donde vive un hombre de voz eterna. En ese edificio de 4 pisos vive Iván Cruz, una de las voces más importantes de ese bolero que desgarra, pero a la vez provoca cantar a viva voz y sacar todo lo que se lleva dentro. Tiene 76 años, ha vivido mucho, los tiempos no son los mejores, pero él sigue aferrado a su arte. Amigo de Roberto Chale y Hugo ‘Cholo’ Sotil, tiene anécdotas imperdibles con ambos futbolistas de la selección peruana.
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Físicamente tengo luxados los hombros.
Me caí un par de veces por las escaleras.
Andamos complicados. He estado viviendo de la venta de mis discos.
Sí, ayúdenme.
Ahora tengo 800 y cuestan 20 soles cada uno. Necesito que la gente compre.
En realidad, a todo el Perú.
Abrí, pero hace 3 años empezaron a construir el tren subterraneo y se cortó el acceso vehicular y dicen que van a terminar todo en 4 años más.
También están a la venta. Son Chevrolet de los años 50 y espero que le interese a algún coleccionista.
Quiero irme a Lince, Jesús María o por allí y abrir mi teatro.
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Si, por sobre todas las cosas.
Es muy bueno, me dejó con vida a pesar de mis accidentes.
No puedo mentir: un par de cervecitas, pero nada más. Jamás probaría esa maldita droga que me hizo tanto daño.
Y lo mal gasté en mujeres, alcohol y drogas.
Me llevaban a la selva, para cantarle a ‘narcos’.
En un avión hasta el aeropuerto del departamento, de allí en auto a un pueblito y subíamos en una lancha o bote hasta llegar selva adentro.
Sí y también me acompañaban artistas, vedetes, que después de mi presentación, se quedaban como amigas del capo por unos 15 a 20 días.
Yo cantaba y a 20 metros, unos hombres cuidaban el lugar con fusil en mano.
En noches de bohemia, todo lo perdía en alcohol, mujer y droga. A veces veía un carro viejo y me echaba a dormir.
Un día me presenté en un local de La Victoria. Terminé de cantar y cuando me estaban cambiando en mi camarín, tocaban la puerta insistentemente.
Le dije a mi asistente que yo atendería y me encuentro con la figura de un hombre de cabello algo largo y lentes oscuros.
Él al verme, me preguntó: ¿Sabes quién soy?
Le respondí que me parecía conocido y su respuesta fue: ‘Soy Hugo Sotil, he venido desde España a verte. Vamos a tomar un par de cervezas’.
Sí y nos quedamos brindando hasta el día siguiente.
Con Roberto Chale.
La selección peruana viajo a Los Ángeles en Estados Unidos y Chale era el entrenador.
Una noche antes de jugar, él y los dirigentes ocuparon una mesa de un restaurante del lugar. Era toda la delegación.
Con un amigo, pero en otra mesa y cuando me vio, dejó a todos y se puso a brindar conmigo.
Cuando lo buscaban y le decían que debía regresar, respondía: ‘Déjenme acá. Seré el entrenador, pero Iván Cruz hay uno solo’.
Si, el 17 de junio estaré en Lima 39 Resto Bar de Los Olivos, sábado 18 de junio nos presentamos en el Rosedal de Surco y La estación de Barranco.
Un abrazo a los lectores y ya saben, quien desee colaborar con los discos, que me escriba al 996946968. Muchas gracias.
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