Jugar un Mundial defendiendo los colores de tu país, es el sueño más grande de todo futbolista. No obstante, el destino a veces tiene otros planes. Un ejemplo es lo que le pasó al mediocampista defensivo de Nigeria, Sani Kaita.
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Con 24 años y perteneciente al Mónaco, Kaita ya le había dado logros a su país antes de entrar en la lista de convocados para Sudáfrica 2010. Fue subcampeón del Mundial Sub 20 2005 y medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Pero el primer Mundial en tierras africanas debía ser el de su consagración.
Nigeria arrancó con pie izquierdo su camino en el Grupo B. Las ‘Águilas Verdes cayeron 1-0 ante Argentina (gol de Heinze) y debían ganarle a Grecia (que perdió 2-0 ante Corea del Sur)para tentar una clasificación a octavos de final en la última fecha.
Ante Grecia, el 17 de junio, Nigeria empezó ganando temprano con gol de Kalu Uche a los 16′. Pero a los 33′ inició la debacle. Sani Kaita, de manera inexplicable e irresponsable, le propinó una patada a Vasilios Torosidis cuando ambos estaban fuera de la cancha y el balón no estaba en juego.
Inmediatamente, Kaita fue expulsado y todo se hizo cuesta arriba para Nigeria. Otto Rehhagel metió al delantero Giorgios Smaras para aprovechar la superioridad numérica, estrategia que funcionó a las mil maravillas.
Grecia volteó el partido y ganó 2-1 (goles de Salpingidis y Torosidis) y dejó a Nigeria con pocas opciones. Los africanos debían vencer a Corea del Sur y fijarse en la diferencia de goles, sin embargo, no pasaron del empate 2-2.
La eliminación generó una molestia general en Nigeria y Kaita fue el señalado como el responsable principal del fracaso mundialista. El futbolista recibió más de mil amenazas de muerte en su correo electrónico, lo que llevó a la selección a pedirle al Estado nigeriano ponerle seguridad para resguardar su vida.
A Kaita no le quedó otra que pedir perdón, aunque no se mostró apologético con los que lo amenazaban. “No estoy asustado, solo Alá decide quién vive o muere. Cada uno tiene su propio destino en la tierra”, expresó.
Esto generó un halo de indignación internacional, ya que el recuerdo de lo sucedido con Andrés Escobar (futbolista colombiano asesinado después de Estados Unidos 1994) está siempre presente. El vocero de la selección de Nigeria, le quiso poner paños fríos a la situación que se vivía en su país con una insólita explicación. “En nuestra lengua, “te voy a matar”, quiere decir “no estoy contento contigo”, señaló.
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