Una tarde de febrero del 2006 estaba sentado en mi sillón viendo en mi rico cable pirata. visitaba al Zaragoza. El camerunésfue víctima de racismo. En plena transmisión se escuchó: ‘Uuuh, Uuuh’ en el estadio ‘La Romareda’. El delantero azulgrana quiso abandonar la cancha, ya que no soportó los insultos. Yo volé estando en la tranquilidad de mi casa. Es que sufrí un caso similar, pero fueras de las canchas.

MIRA: Expedientes Secretos V: " Pasé San Valentín con tres enamoradas”

Una dama me ignoraba

En 1993, firmé por el Melgar. Allí conocí al argentino Ricardo Kergaravat. Nos hicimos tan amigos que compartíamos departamento. El hombre era recontra arreglado, ‘cacharrero’ de diez cuadras. Mi causa ‘campeonó’ con una empresaria arequipeña que lo paraba. Me contó que la tía me odiaba por ser negrito. Le advertía que no me lleve nunca a su depa. Ella vivía dos pisos arriba de nosotros y, cuando nos cruzábamos, no me saludaba. Pasaba por mi delante y me hacía gestos de asco. Por educación, la ignoraba.

Un domingo en la noche, después de ganarle 2-1 a Cienciano, mi causa le ganó el ‘coco’ y la convenció para que pueda ir a su piso y aceptó. Cuando entré, me estiró la mano y no dejó que la salude con un besito en la mejilla. A su costado estaba una madurita recontrafuerte y bronceadita, gerenta de un banco, recién llegadita de Jamaica. Ella ponía reggae y bailaba. En una, el ‘che’ avisó que debía salir, porque un dirigente lo había citado para ver la renovación de su contrato. La verdad es que arrancó a verse con un ‘pescadito’ fresquito.

Siempre fui un moreno distinto, diferente.

Yo, entusiasmado, aprendía a mover la cintura con la música de Bob Marley con la gerenta y la ‘racista’ seguía seria. Tomamos vodka con jugo de naranja. Yo apenitas, para no cag... y ellas sí se servían los vasos llenos. Hasta que de pronto la ‘agrandada’ me dirigió la palabra: ‘Eres un moreno distinto, diferente. No eres escandaloso, ni gritón. Tampoco hablas lisuras’. Agarré moral. Eran las 3 de la madrugada y la amiga tenía que irse.

Me ofrecí para acompañarla porque me agradaba, pero ya había timbrado a su taxista particular. Se fue y me quedé solito con la desubicada. Tiré maicito y una hora y media después, bien tomadita, la tumbé. Todo el edificio se enteró que estuvo con uno del color serio. A las 6:30 de la mañana, me fui a mi depa. Al mediodía apareció Kergaravat. Me preguntó: ‘Che, ¿qué pasó con la mina?’ y le respondí: ‘Nada, se portó bien’.

A las 3 de la tarde, sonó el teléfono y mi ‘pata’ contestó. Conversó unos segundos y me dio el fono: ‘Quieren hablar contigo’. Apenas dije ‘aló’, muy seria me citó: ‘Sube, ayer hubo excesos’. Cuando colgué, el argentino se me tiró al piso: ‘Ya ganaste. No importa, solo te pido que no le prohíbas que siga siendo mi amiga. Acá no pagan bien y sus ‘centros’ me vienen bien’. Igualito subí recontrapalteado.

Empecé una relación

Me abrió la puerta y la pegó de arrepentida: ‘Creo que abusé de tu confianza’. Yo le solté la firme. ‘A mí me gustó mucho’. Entonces atacó. ‘Bueno, empecemos una relación’ y me besó. Repliqué: ‘Me preocupa cómo reaccionará Kergaravat’ y fue tajante: ‘¡Qué va a decir si tiene su mujer!’. Aproveché para ir de frente: ‘Yo también’. Lo bueno es que ella estaba clarita: ‘No te preocupes, soy adulta y sé lo que hago’.

MIRA: Expedientes Secretos V: " El día que emborraché a La Rosa y le quité el puesto”

Ese día me quedé hasta las 11 de la noche, me preparó tallarines con mantequilla y me daba de tomar gaseosa en mi boquita. Me puso su auto y un chofer para que me lleve y traiga de los entrenamientos. También me mandaba dólares en un sobre cerrado con el argentino, que me ‘pelaba’ su comisión. Duramos un año, hasta que mi mujer se apareció en Arequipa y corté de raíz la relación. Al verse perdedora, viajó a Canadá. Cuando su familia se enteró que había sido la trampa de un casado y encima negro, la miraron con desprecio. Sufrió en carne propia lo que hizo conmigo. Un poco más y le gritan: ‘¡Uuuh, uuuuh!’. Nos vemos el próximo jueves...

TE PUEDE INTERESAR

Contenido sugerido

Contenido GEC