Cuando un futbolista decide que la pelotita será su medio de vida, se olvida de los libros y todo lo que tenga que ver con el estudio. El problema viene cuando la carrera llega a su fin y algunos no guardaron pan para mayo. Toca volver a los libros, capacitarse y abrazar la carrera de entrenador para seguir atado al olor a césped y a frotación de vestuario. Hace unos años la FPF decidió aperturar cursos sólo para exjugadores donde Julinho, Jean Ferrari y Francesco Manaassero obtuvieron en ansiado cartón..
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Las figuras destacadas de los 90′s volvieron a las aulas y de pronto se encontraron con que las cosas no iban a ser tan fáciles como parecía. “Está bien que hayan jugado en equipos grandes y algunos en la selección, pero eso queda de lado, todos empiezan de cero” les dijo el responsable de la cátedra. Las clases teóricas eran un sufrimiento para casi todos y los exámenes ni hablar. Los hermanos José y Jorge Soto, Miguel Miranda, Julinho, Mario Flores y Horacio ‘La Pepa’ Baldesari también fueron integrantes de la segunda promoción.
Algunos profesores eran conscientes de los problemas que tenían los alumnos para captar los conceptos y se hacían de la vista gorda a la hora de calificar, aunque también los había estrictos como uno que había estudiado en el extranjero y era el responsable del curso de preparación física. El día de la prueba final, el ‘profe’ sabedor que más de uno copiaba en los exámenes decidió cambiar a los estudiantes de ubicación siendo el más perjudicado Julinho.
El ex rimense cual escolar, había preparado su estrategia para afrontar la prueba y en la pared había colocado un plagio y en las manos también se copió parte de las respuestas. El hábil delantero aceptó a regañadientes pasar a otra carpeta, pero jamás esperó una sugerencia de ‘Miguelón’ Miranda al profesor. “profe vamos a hacer las cosas bien, pero para mayor transparencia sería mejor que pase por nuestro lado y revise las manos para ver si no tenemos nada por ahí”.
El catedrático aceptó la sugerencia del arquero y empezó a acercarse a cada uno de los exjugadores para revisarlos. Antes que le llegue el turno al brasileño, a Julinho no le quedó otra que empezar a limpiarse las manos con saliva ante las carcajadas de sus compañeros y en especial las del portero. Más de uno terminó jalado y hubo alguno que fue sincero como Jean Ferrari que luego de romperse la cabeza por más de una hora decidió acercarse al maestro y decirle muy suelto de huesos “Profe la verdad no sé ni mi...”, se sinceró.
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Al final todos recibieron su título, incluso los que apenas fueron a clases. Quizás por eso Jean Ferrari se inclinó por la administración y hoy es el hombre fuerte de Universitario de Deportes y Julinho, tuvo que hacerse amigo de los libros, especializarse y hoy hablar con criterio en ESPN y en ‘A Presión’. Hoy ese esfueroz le ha valido anarse el respeto de los chicos que tiene a su cargo una categoría de menores en Sporting Cristal, hasta que le llegue la oportunidad de dar el gran salto.
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