Andrés Mendoza jamás imaginó todo lo que le iba a pasar en un viaje entre París y Moscú.
Andrés Mendoza jamás imaginó todo lo que le iba a pasar en un viaje entre París y Moscú.

Marco Polo recorrió durante años Asia y medio oriente, fueron miles de kilómetros los recorridos por el mercader veneciano y quizás las travesías de este personaje inspiraron a a realizar un viaje de casi 3000 kilómetros entre París y Moscú. El ex delantero de la luego de grandes campañas en el llegó al Metalurk Donest de Ucrania y de ahí dio el gran salto al Olympique de Marsella en el 2005.

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Para desgracia del chinchano, a quien lo recibieron como figura, las cosas no salieron bien. Sus números fueron malos, apenas jugó once partidos de liga y no hizo goles. Por eso antes de que cumpla el año, lo transfirieron al Dinamo de Moscú. El contrato era muy bueno, cierto que la liga no era las más competitiva, pero lo que le interesaba al atacante era mantenerse en el fútbol de élite y seguir engordando el ‘chanchito’.

El ‘Cóndor’ hizo las maletas y ordenó el traslado de sus cosas a una empresa especializada en mudanzas. Su empresario le consiguió los pasajes para que vuele desde la Ciudad Luz a Moscú, pero al ex rimense se le metió en la cabeza que debía hacer el viaje en su lujoso BMW comprado en tierras galas. Sus allegados le hicieron ver que iba a tener que manejar casi 30 horas y lo mejor era vender el auto y comprarse uno igual o incluso mejor en Rusia con todo el dinero que iba a cobrar, pero el delantero no dio su brazo a torcer y decidió hacer el viaje.

Al 'Cóndor' Mendoza no le fue bien en el  Olympique de Marsella |   AFP PHOTO / DIMITAR DILKOFF (Photo by DIMITAR DILKOFF / AFP)
Al 'Cóndor' Mendoza no le fue bien en el Olympique de Marsella | AFP PHOTO / DIMITAR DILKOFF (Photo by DIMITAR DILKOFF / AFP)

Mendoza no escuchó recomendaciones, “las carreteras en Polonia y Bielorrusia no son las mejores, puedes cruzarte con bandas del este que roban los carros de lujo, hay muchos controles policiales y no conocer el idioma complicaría las cosas “le dijeron, pero la decisión estaba tomada. Andrés se cerró, vio el mapa y pensó que la distancia no era tan larga como le decían. Recordó que en sus épocas en el Perú viajó en bus casi un día, y acompañado de dos amigos inició la travesía creyendo que sería un viaje de placer.

En tierras francesas y belgas no hubo problemas, Andrés era reconocido por hinchas que le pedían fotos y autógrafos. Cuando cruzó Alemania también le fue bien, el idioma no era obstáculo ya que uno de sus acompañantes hablaba alemán y más de una vez había estado en tierras germanas visitando a su representante. Luego de una parada en Berlín, el grupo emprendió la parte más complicada del viaje, cruzar Polonia y Bielorrusia.

Lo malo empezó en terreno polaco donde Mendoza y sus amigos pasaron el susto de sus vidas. Se cruzaron con unos albanokosovares que los quisieron cerrar en la carretera para robarles el BMW, sin embargo una hábil maniobra del piloto del auto,cuando los delincuentes bajaron de un vehículo con armas y la presencia de la policía hizo que de milagro la cosa no llegara a mayores. Con el susto en el cuerpo la expedición llegó a Bielorrusia y confirmó que el estado de las carreteras era calamitoso. Los huecos eran gigantes y las pistas de La Victoria parecían un circuito de Fórmula 1 al lado de tan malas vías.

Mendoza y su gente creían que llegando a Minsk para cruzar a Rusia acabarían los problemas, pero no fue así. En un control de carreteras la policía pidió los pasaportes y un oficial dijo que eran documentos falsos y que el ‘Cóndor’ y sus amigos eran africanos indocumentados que habían robado el auto. Uno de los acompañantes del futbolista trató de explicar en alemán que Andrés era un jugador de élite y viajaba a Rusia para firmar por el Dínamo, pero no se pudo comunicar ya que el policía no entendía el idioma.

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Pasaron casi seis horas en una dependencia policial tratando de aclarar el incidente hasta que el delantero se acordó que en su celular tenía fotos con sus compañeros del Olympique y se las enseñó a los policías. Ahí cambió la historia, el trato fue diferente y los agentes se sorprendieron cuando vieron a Mendoza en compañía de los conocidos Samir Nasri y Frank Ribery entre otros. Luego de eso les permitieron hacer una llamada a Alemania y un allegado al representante, que sabía ruso, habló con los policías y aclaró el incidente. Finalmente llegaron a Moscú luego de casi dos días de viaje. En tierras rusas, la suerte no le sonrió en lo deportivo a Mendoza porque apenas jugó tres partidos y regresó a Ucrania. Eso sí, esta vez el viaje lo hizo en avión y el BMW lo remató porque creía que estaba el salado.

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