POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DAVILA
Los genes mandan, se imponen y transmiten. La chica que nació en Chacaritas, creció en Bellavista y visitaba a la abuela en Los Olivos, vivió entre maracas, tambores y todo lo relacionado a la música. Su padre, cantante de orquesta salsera, fue su punto de partida para que nazca la artista. Gaby Zambrano eligió el camino del trabajo y junto a su talento está construyendo su imagen y conquistando miles de seguidores.
Soy hija de Iván Zambrano, excantante de ‘Zaperoko’.
He cantado en la cuadra 4 de Guisse, Sarita Colonia y cerro San Cosme.
En ‘Sarita’ me contrataron para despedir un muerto. Hice como seis canciones y me fui.
Me trataron muy bien.
No, pero vi que varios tenían armas.
En San Cosme me pidieron que no suba personas al escenario, no hice caso y todo normal. Cuando salí me pusieron diez hombres de seguridad.
En la salsa no hay amigos, sí buenos compañeros de trabajo. Admiro a ambas.
Pasé casting, pero no se concretó mi llegada.
Sí, pero ya estaba en mi proyecto propio.
He comprado mis instrumentos de a pocos.
Sola, sin apoyo de nadie.
Bailar, ser alegre y buena persona.
Una vez en Estados Unidos dije de dónde era y me hicieron una broma: ‘Mejor guardo mi reloj’. Es para reír, pero también es una mala imagen para gente tan buena como la del puerto.
Obviamente de Sport Boys.
Hernán Hinostroza.
Es un amigo de mi familia.
Cuando una mujer pone las cosas claras desde el principio, el varón no tiene por qué buscar otra cosa.
Salió con mi prima.
No, pero nos tratamos de primos.
Mi hermano jugaba en Cantolao y de allí nos conocíamos, aunque no teníamos amistad.
Fuimos a presentarnos a Argentina, con Renzo Padilla, y después del show él y su familia nos invitaron a cenar en Puerto Madero con todos los músicos peruanos.
‘Sonera’, ‘Después de ti’ y ‘Has perdido esta mujer’, que va directo a la yugular.
De mis seguidores, el 60 por ciento son mujeres y el resto hombres.
La gente me quiere, he salido poco en medios de comunicación y siempre dije que todo caerá por su propio peso.
A ustedes por pensar en mí y decirle a los lectores del ‘Trome’ que en mí tienen una nueva amiga.
Contenido GEC