Mi gente de ‘La fe de Cuto’, luego de un emotivo episodio con ‘Chalaca’ González y sus historias con Farfán y el ‘Loco’ Vargas, ahora estrenamos una divertida entrevista con Alfonso ‘Pocho’ Dulanto, quien cuenta anécdotas de sus inicios en Universitario de Deportes y más.
¿Cómo fue tu infancia?
Mi infancia ha sido súper buena. En el Rímac y luego nos fuimos a vivir a Zárate con mis papás, que ahora viven en Estados Unidos. El popular Pluto, mi papá llegaba en el carro de los Magníficos y lo vacilaban con Pluto. De las mejores infancias, callejero, siempre jodiendo, risa para todos, lo mío era eso. Era súper tranquilo. Yo he estudiado en colegio religioso, pero soy del Rímac, y tengo parte del Callao, tengo sazón. Es que viene de parte de mi familia, mi papá también es campechano pero súper respetuoso. Creo que he tenido una buena infancia, siempre agradezco a mis viejos porque lo que nos dio mi papá hasta el día de hoy, que sigue a Dios gracias vivo, los tengo presentes siempre... creo que nos ha dado siempre el tema de la educación.
¿Qué anécdota tienes en tu barrio y en tu etapa del colegio?
En el colegio siempre el tema fue el fútbol, siempre jugaba para mi colegio y en el Sporting Cristal porque estudiaba en el colegio San Juan de Dios y estábamos a tres o cuatro cuadras del Sporting Cristal y nos invitaban para ir a los entrenamientos, pero a mí todavía no me nacía ir. Yo era hincha de la U pero terminé siendo parte del club Alianza Lima de menores. De los 9 años a los 16 años, casi la época del Fokker, y ahí compartí con Mágico González, con Juan Reynoso, buena batería, esa promoción en Alianza. De ahí, en el barrio, jugar en la pista, romper los vidrios al vecino, eso era parte de y eso es lo que se ha perdido, hoy por hoy ya los chicos ya no juegan en las pistas, están con el tema del teléfono, ya se perdió mucho el tema de jugar en la calle. En Barrios Altos lo hacen todavía, en el Callao, en el Rímac también, pero son muy pocos. Están con el teléfono, no se quieren raspar, pero son felices a su manera, como nosotros hemos sido felices a nuestra manera.
¿Cómo empiezas en el fútbol?
Empiezo por mi tío Oswaldo, él vivía al frente, bueno vive, al frente de la Tribuna Sur el Estadio de Alianza Lima, son vecinos con los Tejada, con Braulio, Jéssica. También vivían los Soto ahí, son de Matute. Ahí fue donde me fui a probar a Alianza. Tomaba la 60 nomás, un solo carro desde el Rímac. Yo quería pagar Escolar los sábados y domingos, no había pues negro. A veces tenía que caminar bastante. Era la época donde se caminaba, en esa época los tramos parecían cortos. Me fui a Alianza, me probé en Alianza y me quedé en Alianza casi 7 años. Después del Fokker, yo ya no quise jugar al fútbol, no jugué dos años, dejé de jugar. Falleció Braulio Tejada y yo paraba con él. Juan en esa época se lesionó, no fue de viaje. Lo expulsan al Gato Espino, que justo falleció hace poco, se salvó también el Gato. Una semana antes de la tragedia nos fuimos a un salsódromo, yo no salía, yo tenía que pedirle permiso a mi vieja para poder salir. Me llevaron a La Victoria donde se jugaron todos los de Alianza como nunca, llegaron los que mayormente los que no participaban, León, Pechito Farfán, ellos nunca iban con Los Potrillos. Ahí los encontré y fue la última vez que yo los vi, la siguiente semana fue lo del Fokker. Una semana antes la U había viajado en el mismo avión y mira lo que pasa pues con Alianza. Con eso, yo dejé de jugar, salí de Alianza, me fui a jugar a un equipo de Zárate, me quedé jugando la Liga Amateur y de ahí terminando la Liga, me fui a la Lau Chun. Yo en ese equipo de Zárate jugaba de todo, de lateral, de central, de todo, hasta de arquero, también tapé, a mí me gustaba. Yo no cobraba a don Orestes, el presidente del equipo, era el más chibolo, tenía 15 años, no cobraba ni un sol, pero me gustaba jugar. Yo hacía lo que ellos me decían y llegué a ese equipo y de ese equipo salgo el mejor de la Liga y ahí me llevan a jugar a Lau Chun.
Luego te vas a Universitario
No, de Lau Chun me voy al Yurimaguas. Ahí tengo una anécdota porque yo jugaba de volante. Yo llego por intermedio de un amigo del que soy su hincha, Juan Serna, un chico que de verdad, si la parada esa que tiene Paolo Guerrero de matarla con el pecho, ya, este comprare, exactamente igual, obviamente es mayor, debe tener ahorita 58 años más o menos, pero era esa técnica, un nueve espectacular y yo era su hincha, yo lo iba a ver a todos lados. Me voy a acompañarlo, ellos entrenaban en la compañía peruana de teléfonos, en Chacraríos, me voy a verlo en su entrenamiento, yo le llevaba sus zapatos de fútbol en una bolsita negra y faltaba uno para completar el 11 y hacer un partido de prácticas. Me ponen a jugar de volante y hago dos goles, así me voy a Yurimaguas. Yurimaguas había campeonado, año 91. Ahí me encuentro con el señor Daniel Iturrizaga y quería que firmara por Yurimaguas. Yo quería jugar en Primera pues, tenía 19 añitos. Me fue a buscar a mi casa hasta Zárate con un papel así como el tuyo, blanco, no había nada, me dijo ‘firma abajo’ y firmé en blanco el documento porque yo quería jugar. Fui a decirle a mis viejos que iba jugar en primera división, les dije lo que había hecho, que había firmado un papel en blanco, mi papá lo fue a buscar, le dijeron a mi papá que me iban a pagar 400 dólares mensuales, pero nunca me pagaron, la que me pagaba los pasajes para irme a entrenar era mi mamá, mi vieja me daba la plata, tenía que ir de Zárate hasta Ventanilla. Entrenamos con un tío, con un profe que se llamaba Alfonso Huapaya. La primera academia de la Federación, es más, Chalaca fue mi profesor en la academia Alfonso Huapaya. Mi primer técnico, debuto en Primera, la sensación es totalmente diferente. Llegó un técnico extranjero, el profesor Miguel Ángel Arrué, y comenzó a armar su equipo, era bien loco. Ese profe tenía cada cosa... había pedido una pizarra y Yurimaguas no tenía ni una tiza, entonces nos juntaba alrededor de las camillas para masajear y ponía sus cigarros para armar la línea de 4 , su arquero. Pero un día se le parte el cigarro, fue Doloriel, y lo puso a descansar, puso otro, tenía esas cosas. Hicimos un campañón. Ganamos a Cristal, a la U en el Lolo, ganamos 2-1, Marrú estaba tapando. Carlitos Marrú es compadre de Puchungo, tienes que entrevistarlo. Esos me hicieron una a mí... me tuvieron pero loco... me fui a jugar contra Aurich, el Cholo tapaba y Puchungo en la banca para variar y dice ‘hoy vamos a ganar, va jugar Alfonso y va hacer autogol Alfonso’. No sabes lo que pasó, perdimos 1-0, autogol mío. Yo solo tengo dos autogoles, tú tienes más... Puchungo y el Cholo van a buscarme al hotel a joder... me mandaron 100 dólares, Puchungo me dio 100 dólares del premio que les habían dado, con eso salvaron su categoría. Me la comí todita, tuve que bancármela. Me fui muchos años para adelante, sigamos con Yurimaguas. Creo que tuvimos un año espectacular para Yurimaguas, para toda la ciudad de Ventanilla, creo que fue importante tener un equipo humilde, un equipo que la verdad era puro coraje, nos ayudaba el hermano, el sobrino de don Jorge Nicolini, ayudaba pero no veíamos nada, todo era para el presidente, para nosotros nada. Mi vieja me seguía bancando todo el tiempo. No fue fácil la situación.
¿Cómo empezaste con la U?
Era el año 92, llegó y campeonamos, teníamos un cuadrazo la verdad. De central estaba César Charrún, jovencito, Bravito por la derecha, Calican por la izquierda, estaba el Puma, el León, que lo habían traído del Inter, el León qué difícil, Roberto Martínez, Puchungo a la izquierda, Letelier y André Balán González, era un espectáculo. El año 93 me sentaron porque llega Juan Reynoso y fue el boom. Fue un año espectacular porque llega Jorge Amado Nunez, Juan, llega Marcelo Estegiano, entonces nosotros para un costado, me sacaron del equipo, ya no estaba en la lista. Jugana Estegiano, Juan, el Mudo y Calicán, esa era la defensa, los de adelante seguían, no hubo mucho cambio. Ese año 93 se va al Boys Puchungo y traen al viejo Nunez. En el 93 campeonamos.
Llega el 95...
Ese año 94 nos quedamos con las ganas de campeonar, era un equipazo, habíamos participado en una Copa Libertadores. En Colombia a Miguel Miranda le sacan la pistola y ellos tenían la obligación de ganarnos y sale corriendo Miguel, que en paz descanse, siempre me acuerdo de él, era un personaje. Yo cuando llego la primera vez a la selección, en el 93, duermo con él y era un tipo que se despertaba temprano, yo igual pero dormir en el Sheraton era diferente, otro caché. La pasamos bacán. Miguel creo que ha sido un arquero que no tuvo suerte en la U, porque estaba Yupanqui también.
C: En el año 95, este señor... voy a contar la de la ducha. Yo normal, tímido, ellos ya de espesos... este decía ‘pajita mi toalla’, yo no entendía, se ponían la toalla como mujer, esa era una. Hacías como una pasarela. La gente se estaba duchando y tiraba el jabón y se agachaba y pasaban por todos sin toalla, yo me mataba de risa. Voy a contar, yo cuando estoy contento a cuatro futbolistas le doy beso en la boca, Roberto Farfán, al Conejo Rebosio y a este señor. Para los 50 años de Charrún, en SJM yo fui con mi pareja de ese tiempo. Tragos van y tragos vienen, no nos veíamos de tiempo y este señor me dice ‘dame un beso, bésame’. Le di un beso, empezamos así.
P: Cuando tú tomas, en la casa de Paolo hiciste lo mismo, cuando toma este señor se excita. La primera vez que lo veo en la casa de Paolo Maldonado, empieza con su baile... ese día te habrás tomado como tres whiskys.
C: La cosa es que a las 3 de la mañana, ya no era un chape, me decía ‘vámonos, vámonos’ y la mamá de mi hijo miraba y tenía que acercarme y decirle ‘no, nosotros somos así’.
¿Cómo te fue en España en Mérida?
Primero nervioso, no me la creía, pero sí hice una buena Copa América en Uruguay y por eso es que tuve la suerte de poderme ir. En ese tiempo no había el VHS o te vendían con la cara de otro...
C: Asu madre, ya he aclarado ese tema. Están con lo de Esidio. Yo lo conozco, me quieren hacer la broma... ¿tú también estás creyendo esas cosas?
P: Yo no he dicho nada
C: Ya me tienen cansado
P: Yo tengo un tema tuyo con la camiseta de Independiente, metes un gol a Corinthians.
Cuenta la anécdota de tu carro, que parecía una combi, y nos fuimos al cumpleaños de Panchito Guzmán
Ahí hay un enamorado. Valió la pena el transporte. Nosotros ya habíamos ganado, teníamos la semana recontra libre y se presenta el cumpleaños de Panchito, el número 17. Nos invita y yo no soy mucho de salir, no soy farandulero... Paolo me llama y me dice ‘vamos a Jesús María para recoger unas mininas’. Él vivía en Surco y nos fuimos a Jesús María, donde había un montón de chicas, yo no sabía dónde iban a entrar y las metimos a la camioneta. Fuimos al Rímac, cuando llegamos, destranco la puerta y todos me comienzan a aplaudir. Hasta el día de hoy, hay un romance que nació ahí. Mi padrino Eddy Linares, yo le conseguí el amor. Pero cuando Gloria me ve me dice ‘me cagast... la vida con este borracho’.
Luego te vas a México
Me voy a México, estuve en los Pumas, el equipo donde está ahorita Quispe. Para mí fue espectacular. Un año antes yo había ido a España, a Mérida, cuando yo llego, el primer partido empatamos 1-1, era el primer gol de ese equipo en primera división y a la siguiente semana contra Barcelona, el estadio lleno total. Yo ya tenía 3 o 4 años en primera, pero jugar contra Barcelona, empatamos 2-2 y la gente estaba súper contenta, tanto así que me llaman a un partido de las estrellas.
Luego vuelves a Perú para jugar por Municipal
Yo llego el 98, había hablado con Alfredo González que iba regresar a Lima, pero no me dan el pase, no querían que me vaya, hice mi pataleta para regresar a la U. Cierran el libro de pases y no me habían puesto en la lista, estaba el profe Piazza, se va al año siguiente. Yo arreglo por Municipal y ahí me vuelvo a encontrar con Paolo Maldonado, con Ubilluz, Camioneta Olivares, era un equipo para salvar la categoría, pero el inicio del Municipal ese año, que estaba Roberto Martínez, al equipo le fue mal, luego vinimos nosotros. Se armó otro equipo distinto, de técnico estaba Amaral pero terminamos con Ramón Quiroga, salvamos la categoría ese año, en el 98.
En el 99 regresar a la U
Un año antes se había pelado la baja con Muni, llegas al 99 más maduro, con otras perspectivas de vida. Llegué con Paolo el 99 a la U, teníamos contrato hasta el 2000 y esa fue la época linda porque terminas campeonando. El 99 se campeona con Company, un año antes con Piazza y terminamos con Chale.
Hace como 7 años me fui a jugar a China. Los amigos de Fibo contra los amigos de Ronaldinho. Yo me había operado cuatro meses antes la rodilla y cuando me dijeron del partido, igual me fui a jugar. Eran tres partidos, jugué uno y se me inflamó la rodilla, tomé pastillas. Estaba en Chino Pereda y el Coyote. Los de la organización me pidieron a Ñol y a Reynoso pero ellos no podían, así que los llevé a ellos.
Luego vienes a San Martín
Ese fue mi último año, mis últimos años. Yo me quedé nueve meses sin jugar en el Melgar, en 2003, hacemos la huelga. Pero gracias a ese grupo fuerte, solidario, se hizo una agremiación fuerte, sólida. En 2003 me quedé en el aire, nadie me quería, creían que yo era sindicalista, yo era vicepresidente de la agremiación sin ganar un sol. Luego me fui a la San Martín, tenía 34 años, era la época mala de la San Martín.
Antes que se me vaya te voy a contar una de Juan Carlos Oblitas. Esto creo que no lo ha contado nadie. Día de la Madre, concentrados, y el viejo Valerio, que en paz descanse, vamos a comprar flores. El ramo de flores lo pusimos en la puerta de Juan Carlos y nos fuimos, abre la puerta y nos dice ‘la conch...’.
¿En qué estás ahorita?
Yo me meto en todos los negocios que puedan haber. Con Alfredo Carmona, él me llevó a tener campos sintéticos. Tengo dos progrmas, ‘Manía por el fútbol’ y en la noche, martes y jueves, se llama ‘Jugadorazos’.
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