Julinho en ‘La Fe de Cuto’ [Parte 2]
Julinho en ‘La Fe de Cuto’ [Parte 2]

Mi gente de La fe de Cuto, volvemos con la segunda parte de la . Esta vez conoceremos más detalles de su intimidad y algunos secretos que estoy seguro les va a encantar. Más aguadito del que les gusta.

El popular brasileño Julinho nos revela más detalles de su faceta como futbolista y su cábala con el número 11. Además habla de su tan cometada operación a la nariz y su reciente implante de cabello por recomendación de su novia, Brenda Carvalho.

Finalmente, Julinho abre su corazón y muestra su lado más familiar y personal al hablar de la muerte de su padre. Arrancamos, mi gente. No se olviden que la fe es lo mas lindo de la vida.

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En el 97, logras la Copa... esa final... dicen que tú... te quieren echar la culpa

“Oreja” me echa la culpa, me ha dicho, ‘me debes un departamento’, yo le digo ‘fuera mir... por qué no metiste gol tú’. Hay un problema en esa copa, 97 fue el mejor año de mi vida y el peor... logré llegar a una final de copa, estábamos a punto de clasificar para el mundial, pero fue el peor año de mi vida, cuando estaba para sellar las cinco promesas que le hice a mi papá, era para sellar con llave de oro, yo venía rompiéndola y ahí la vida a veces te da golpes, no todo es alegría. Y en ese momento que era único para mí, que podía clasificar a un mundial y ganar la Copa Libertadores, 15 días antes recibí una llamada diciéndome que mi papá tenía cáncer, metástasis y que solo duraría 15 días, cómo juegas una final cuando el mejor momento de tu vida era el peor momento de tu vida a la vez, yo no sabía qué hacer, yo estaba feliz de llegar a la final, y era el hombre más triste del mundo que perdía al hombre que me inspiró a llegar a esa copa. Yo pasé 15 días metido en un hospital, esperando a mi papá morir y sus últimas palabras fueron que cuide a mi familia y después me dijo, ‘gana la copa, compra tu Toyota y guárdalo para ti, yo quiero que tú lo uses, yo ya no voy a estar acá’, le dije que me esperaba un poquito, pero no le alcanzó el tiempo, ese día murió mi padre, ¿cómo mierd... jugaba? Fue muy duro, yo acababa de perder a mi padre y estaba viviendo un sueño, hasta hoy me dan ganas de llorar porque cada vez que hablo vuelvo a sentir lo que sentí ese día, era una adrenalina de tanta emoción, no supe discernir o controlar, yo no sabía si lloraba de alegría o de tristeza, no sabía si estaba feliz o triste. Un día estaba sentado en el campo y Garay y Valerio se me acercaron y me dijeron ‘viejo, tienes que jugar’. Yo no quería, mi mayor estímulo no estaba ahí, ellos me dijeron que estaba en el cielo mirándome. Ahí viene el famoso partido de la semifinal con Mac Allister. Yo juego, fue la semana que murió mi padre, le dije ‘viejo, juega conmigo’. Mi papá era malísimo jugando, pero te metía unas patadas. Yo sentí la presencia de mi padre en el campo, mi viejo me iluminó, la rompí, pero cuando llegué a mi casa, lloraba como un niño. Eso fue muy duro para mí, si mi papá no fallece, hubiéramos sido campeón de la Copa Libertadores sin dudarlo, yo metería un gol, eso me afectó muchísimo, tuve una oportunidad que Dida me saca con los pies, hasta ahora yo creo que no fallé un gol, él me la saca, y me encontré con Dida después y me dice que él no vio la pelota, tuvo suerte, pero yo creo que si mi papá no fallece, seríamos campeones de la Copa, yo no tengo la mínima duda, fue un momento lindo y triste. La emoción de vivir una final de Copa es algo de otro planeta, todo el mundo mirándome, tuve la oportunidad de hacer historia, pero hicimos historia, por lo menos estuve ahí para intentar, estar en una final hay que tener huevos, no es fácil.

¿Qué significa para ti el número 11?

Todo, yo peleo a muerte por mi número, hasta tuve una pelea con Andrés por mi número... yo jugaba siempre con el 7 y las cosas no me iban tan bien, cuando cambié a 11 me abrió otras puertas y hoy lo considero como mi número de la suerte. El 11 y el 13 son mis números de la suerte. Les voy a contar, casi todos los autos que compro, por coincidencia la placa viene con 11 o 13 o la suma de los números da 11 o 13, en mi departamento, la suma de los números da 13. Es una cábala ¿no?

Anotaste muchos goles con la camiseta de Cristal ¿cuál se te viene a la mente?

América de Cali, mi actuación era caótica, yo estaba de suplente, estaba siendo pifeado y a un paso de salir del club, nadie me conocía. Ese gol fue que me dio el estatus que tengo hoy en Cristal, gané corazón con esos goles, después de esos goles, cambió todo. Ese mismo día yo estaba siendo pifeado, después de los goles, yo tocaba la pelota, el estadio se paraba, cómo cambia de villano a héroe en segundos, eso fue en Cristal, pero el gol más importante de mi vida fue mi primer gol con la selección peruana, con Venezuela. Yo tenía una presión muy grande encima. El club me pide para nacionalizarme para el cupo de extranjeros, Oblitas me dijo, ‘si te nacionalizas, te convoco’, inmediatamente me nacionalicé en una semana y fui convocado. El problema es después de ser convocado, ahí te das cuenta de la magnitud, no es un equipo, es un país, y como yo fui el primer brasileño en nacionalizarme en la historia del Perú y jugar con la camiseta, y aparte, Perú estaba entre los últimos de la eliminatoria, el momento no era bueno. Cuando yo entré en ese bus, la calle entera gritando mi nombre, la presión fue muy grande, pero yo tuve huevos, soporté. Yo me había preparado la vida entera para algo así, pero cuando entré al campo comencé a llorar, cuando tocó el himno comencé a llorar, yo sentía a 30 millones de habitantes alentándome. Jugamos un partizado contra Argentina y cuando llegué a mi casa dije ‘hoy me senté a la derecha del padre celestial, toqué el cielo, jugar para la selección peruana es tocar el cielo’. Para mí fue un placer jugar para la selección peruana, eternamente agradecido a este país, a Juan Carlos, es un placer, un orgullo haber vestido la camiseta peruana no es para cualquiera.

¿Qué anécdota te acuerdas en el camerino después de ese partido?

Todo el mundo abrazándome, llorando conmigo, estaba Jayo, estaba el Puma, Dulanto, era un grupo maravilloso, la pasé lindo ahí... si por si acaso Juan necesita... alquilo mi silla eléctrica, acelero y meto centro, qué lindo jugar, sabes qué fue lo más bonito de todo, cuando yo metí el gol no sabía qué hacer, todo lo que hice fue improvisado, besé el escudo... yo podía escuchar el grito no solo del estadio, sino de los 30 millones de peruanos, te toca el corazón, es emocionante. Yo quisiera estar un poco en la piel de Farfán, ese día que metió el gol y clasificó al Mundial, qué envidia. Yo grité como loco, imagínate la Foca, ese tipo nos ha dado la mayor alegría que hemos tenido después de 36 años. Es fútbol es cruel. Llegamos a una final de Copa y la gente me masacra por fallar un gol, me rompí el orto ahí... pero la vida es así, tenemos que acostumbrarnos a ser héroes o villanos.

¿Es verdad que te molestabas con tu nariz?

Nunca, yo no tuve ningún complejo de mi forma física. De lo de la nariz, yo sufrí mucho desde chico porque recibí un paletazo en la cara y tenía estornudando, se me tapaba la nariz, yo podía podría respirar. Entonces tomé la decisión de operarme, pero no por estética, yo necesitaba respirar mejor. Pero nunca me molestó, al contrario, haberme operado la nariz me hizo perder a JB, Choliño, me molestó, JB se puso un parche y luego desapareció Choliño, pero a mí me encantaba, me hizo más famoso. JB me invitó para hacer la película de la Paisana Jacinta, fue mi primera vez en el cine, y él me preguntó si me molestaba Choliño, le dije que me encantaba, me dijo que era el único que no se molestaba. Poco después me puse brackets, pero nunca me molesté. Uno tiene que ir mejorando. Ahora se me cayó todo el pelo y ya me puse pelo también, es que mi mujer me deja si me quedo calvo. Brenda me dijo, ‘de espalda te ves de 25 y de cabeza de 90, ponte pelo que se te ve horrible’, ella es bien directa y está bien, me está cuidando. Me tomaba fotos para decirme ‘qué horrible’. Al final tomé la decisión de ponerme pelo y me cambió la vida, ahora Brenda me dice ‘tienes cuerpo de 25 y cabeza de 70′.

¿Es verdad que te hicieron una broma, que pusieron una foto tuya? ¿cómo fue?

Sabes quién se prestó para eso, Jaime Noriega, el presidente de Cristal. Yo ya operado y me pusieron la nariz. Magallanes me hizo otra, yo estaba soltero y coqueteaba con mi ex y Magallanes mandó a sus dos hijos, los zambitos, para preguntarme ‘dónde estaba mi mujer’. Me cagaron la conquista. Venían a decirme ‘tío, estás casado’, yo les decía ‘no estoy casado, estoy separado’.

¿Te costó dejar el fútbol?

No, yo sabía que todo en la vida tiene su tiempo, mis padres me prepararon para todo. Yo ya estaba casado, dediqué una carrera entera, varios años al fútbol, yo realmente era profesional y ya necesitaba un tiempo para mí. Yo me retiro cuando me lesiono la rodilla, el cartílago, me caí de una escalera, por la culpa de la tripla Orejuela. Era el momento, yo me alejé completamente del fútbol. Yo siempre digo, he tenido varias vidas, cada cambio yo voy aceptando. Tú vas a mi casa y no es la casa de un jugador de fútbol, no hay un cuadro, un trofeo, una camiseta, no tengo nada, todo está en un armario, porque para mí ya di otro salto, ya es otra vida, para mí es importante dejar el fútbol atrás. Dejé todo por el fútbol, obvio que cuando le doy una mirada a mis goles... digo ‘era bueno’, tú no te das cuenta cuando estás jugando, te das cuenta después cuando te comparas con otros, con los de ahora, pero siempre fui un tipo de transformaciones. Me operé la nariz, me puse brackets, pelo corto, pelo largo, yo voy cambiando, nunca me quedo estacionado, cuando te mueves con el mundo las cosas funcionan. Acepté con la mayor naturalidad, me alejé, ahí dormía hasta tarde, ya no tenía que dormir más, me iba al cine, viajaba a Brasil, visitaba más a mi familia, ya había cumplido, nada es eterno. Estaba preparadazo para eso, no lloré, lloré de emoción en la despedida y luego chau, seguí mi vida, no fue un impacto grande, no me preguntes por qué.

¿Ahora a qué te dedicas?

Yo soy un ‘hacetodo’. Yo me dedico a los negocios, hice muchos negocios que no estaban en mi rubro, algunos funcionaron otros no. Tuve pista de patines, tuve tienda de perfumes, me movía mucho, nunca me quedé parado, pero ahora hago lo que amo dentro de mi rubro, el deporte. Soy entrenador de menores de Cristal, tecnificador de menores, un puesto que es importantísimo hoy, que deberían tener todos los clubes, mi tarea es... yo veo la sub17, la sub18, entrenando, veo todos los defectos de los jugadores, agarro a esos chicos y les doy un entrenamiento específico y les doy ideas en la práctica, no en la teoría, los chicos van mejorando. Me apasiona enseñar, me apasiona cuando el fin de semana ver a un chico hacer un gol de algo que les enseñé. Trabajar para el club me ha dado todo, no hay nada mejor, yo no estoy ahí por dinero, la platita ahí no es importante, ahí es pasión y agradecimiento. Te da gusto cuando logras pulir jugadores. Trabajo con lo que amo.

¿Qué opinas de lo que te dijo Waldir?

Yo estoy en ‘A presión’ y me divierto mucho. Yo tengo funciones que son mías. Me gusta saber que la gente llega cansada del trabajo y me gusta hacerlos reir y que duerman tranquilos, por eso yo jodo mucho, para que la gente se divierta. Pero esa vez me calenté. Cuando tienes muchos exjugadores y comentaristas en la mesa, la polémica va existir pero yo lo disfruto mucho, me divierto un montón. Tengo mi forma de ver fútbol que es diferente, yo soy muy exigente, a veces nos conformamos con muy poco, mi obligación con este país es que la gente tenga buen fútbol y solo va a mejorar cuando criticamos bien, una crítica constructiva.

¿Cuéntame de tu encuentro con Diego Armando Maradona?

Mi sueño era jugar con Maradona, mi mayor ídolo de chiquito. Cuando estuve en Italia, en el partido Italia 90, cuando Maradona elimina a Brasil, yo estaba en el estadio, salí triste, llorando, pero siempre me gustó Maradona y siempre quise jugar con él. Yo jugué con Ronaldinho, contra Romario, pero yo quería jugar contra Maradona o con Maradona y justo viene el partido de la selección acá y Maradona estaba ahí. Yo estaba en el hotel y Maradona me mandó a llamar, Maradona estaba en una mesa de madera, parecía la última cena, él en la cabecera, en el Sheraton, yo llego y Maradona me dio un abrazo y me senté, yo no quería tomar, me dijo ‘sos un hijo de puta, te voy a presentar a un amigo que tengo acá’ y llamó a Mac Allister, un tipazo, se para y me abrazó y me comentaba, ‘puta, me hiciste mier...’, le dije que había fallecido mi papá, me cayó súper bien, un caballero, un súper profesional, un crack. Estuvimos conversando como 20 minutos con toda la gente, para mí fue como un sueño realizado. Cuando entramos en el campo él estaba en mi equipo, él con la 10 y yo con la 11 y Maradona me tocó una pelota... todo lo que soñé, estoy consiguiendo. Él me dijo, ‘oye Juli te puedo decir algo’... me estaba diciendo Juli... y le dije ‘ya puedo morir tranquilo, mi sueño era jugar contigo, no podía morir sin jugar contigo y hoy ya puedo morir tranquilo’, él me dijo ‘qué lindas palabras’, me besó la frente, me dio un abrazo y me dijo que lo había emocionado, un tipazo. Luego comenzamos a jugar y me hizo un pase, luego metió un gol, me abrazó, como si fuéramos amigos, después me regala su camiseta firmada, esa no la regalo a nadie, pero... si veo una platita... jajaja no no, es broma. Yo tengo las camisetas de dos argentinos que me encantaban, Canilla y Maradona. Maradona entra al vestuario y toca la puerta, la puerta estaba cerrada, y dice ‘permiso, puedo pasar’, nos dijo ‘a los que quieran fotos, saludos...’, un tipazo, mil puntos. Una categoría para jugar, un loco era.

Julinho y la vez que llamó a su padre sin acordarse que había muerto

Me olvidé que mi papá murió, metí un gol y me olvidé, llamé a mi mamá y le dije ‘pásame con mi papá’, ella me recordó que mi papá ya no estaba.

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