Mi gente de ‘La fe de Cuto’ llegamos al final de temporada. Quiero agradecerles por haber disfrutado de cada una de las entrevistas de este 2023 y para despedirnos los dejamos con una íntima charla con el árbitro Gilberto Hidalgo. El 2024 volvemos con más aguadito, ni se imaginan con quien empezaremos el Año Nuevo.
En esta última charla del año que se va, Gilberto Hidalgo nos cuenta sus divertidas anécdotas con el ‘Loco’ Vargas, Kukín, Chiquito Flores y más. Ya saben, no se olviden nunca que la fe es lo más lindo de la vida.
¡Feliz año! Nos vemos en enero porque tendremos ‘La fe de Cuto’ por todo el 2024 en Trome.
¿De dónde eres?
Yo soy de Contamama, Loreto, un pueblo chiquito, muy querido por mí, allá en el corazón de la selva, que no tuve la oportunidad de disfrutar porque mis padres vinieron a Lima cuando era muy niño, acá llegamos en el año 64, era muy chiquito. Yo no digo ‘vine a Lima’, sino ‘nos trajeron a Lima’, pero fuimos criados a la usanza, los usos, todas las costumbres de allá, festejamos San Juan, comemos juanes, cecina, nunca perdimos la esencia. Pero hay un detalle, somos tres de Contamama, tres hermanos, pero yo toda mi vida quise conocer Contamana, hasta que lo hice, siempre quise conocer mi tierra donde nací. La oportunidad la tuve cuando estuve en la Comisión de Árbitros y fui a dictar un curso allá en Pucallpa y una de mis condiciones con Luis Alberto Sánchez era que quería conocer Contamana, es que me fui un mes y quería conocer mi tierra un fin de semana.
Se dio y volví a Contamana 50 años después, fue muy emotivo. Nos fuimos en avioneta en 25 minutos, el día estaba espectacular, soleado, limpio el cielo. Veíamos el río, la selva virgen hasta que el piloto dice que ya estábamos llegando, veo y era un pueblito chiquito. La verdad que me emocioné y me puse a llorar en la avioneta. A medida que bajamos, aterrizamos y se me da la de hacer la del Papa, me arrodillé, besé a la tierra y me puse a llorar, estuve muy emocionado de llegar a la ‘Perla del Huallaga’. Empiezo a caminar, a conocer mi tierra, camino dos o tres cuadras y se acabó Contamana. La llamo a mi mamá para contarle y le digo que es chiquito y le pregunto cómo era hace cincuenta años y me dice que era más chiquito. La Contamana donde yo había nacido estaba cerca al río Ucayali, fue creciendo y se fue más arriba porque el río crece y va comiendo la ciudad. Mi mamá me dijo que pregunte dónde estaba el hospital donde nací. Llegué a una plazuela y le pregunté a un paisano por el hospital y me dice ‘acá, tumbaron el hospital para construir esta plazuela’, estaba parado donde había nacido. Con este árbitro Juan Ruiz, fuimos a la municipalidad, con el alcalde y me invitaron para izar la bandera, fue muy lindo. Encontré también algunos familiares que quedaban, algunos primos y gente mayor que se acordaban de mis padres.
¿De qué barrio eras en Lima?
Yo vivía en Ventanilla. Llegamos a Ventanilla por una hermana de mi mamá que trabajaba en el ministerio. Entonces, para que Ventanilla se empiece a poblar, daban facilidades para que vayan a vivir ahí. Don Santiago Arana, papá de ‘Tarjetita’ Arana, trabajaba en el Molino Santa Rosa... un grupo de gente fue a vivir a Ventanilla con todas las facilidades, para pagar la casa, para vivir, y ahí nació en el club Santa Rosa. Yo me inicié jugando fútbol en Segunda Amateur en el club Santa Rosa y jugaba con Pepe Arana, don Santiago era el presidente. Jugábamos antes de ser árbitros. La hermana de mi mamá era profesora y le dieron unas casas, por eso llegamos a Ventanilla. El 24 de mayo del 64, la tragedia del Estadio Nacional, mucha gente viuda fueron a vivir a Ventanilla, los ayudaron de alguna manera a la gente que falleció en el Estadio Nacional. Mi suegro que trabajaba en Bata también le dieron. Mi padre fue alcalde de Ventanilla, yo trabajé en la municipalidad de Ventanilla, ahora también estoy trabajando ahí, pero he vivido 35 en Ventanilla, hace unos 22 años vivo en Ciudad del Pescador, en Bellavista, Callao.
¿Cuál era su chapa en el barrio?
A mi padre, por ser de la zona, el decían ‘La boa’ y a mí me decían ‘La boíta’.
En el año 85, pasa algo que cambió tu vida ¿cómo conociste a Percy Ramírez Palomino?
Él es mi padre arbitral. Fue árbitro de la Liga Provincial de Lima, él arbitraba y un buen día yo terminaba de jugar y me dice ‘señor Hidalgo, usted como futbolista no va dar más, malo no es, pero bueno tampoco, pero usted puede ser un buen árbitro, yo le voy a enseñar a arbitrar’, le dije que no, tenía 24 años y quería seguir jugando. Me dijo que iba ser un futbolista más del montón y que eso no quería para mí. Me pidió que piense, me fui, pasaron los días y lo pensé y dije ‘vamos a ver, nada pierdo, a lo mucho aprenderé un poco más de reglas’. Entonces le dije cómo es y me dijo para empezar en ese momento, en la calle, y ahí empezó mi carrera arbitral, gracias a él, llegué donde estoy. Me gustaba arbitrar por administración, me gustaban las cosas bien hechas, pero de ahí a meterme seriamente al arbitraje, nunca había pasado por mi cabeza hasta que llegó Percy Ramírez Palomino.
¿Quién te asciende a árbitro?
Llevamos un curso y tuve la suerte y fortuna de contar con muy buenos instructores, encabezados por don Alberto Tejada, lo acompañaba don Héctor Hernández, don Carlos Rivero y don Pedro Falcón, para nosotros el padre del arbitraje peruano. Ahí yo lo escuché decir algo que me marcó la vida arbitral y la personal, él decía ‘el árbitro está para solucionar los problemas, no para crearlos’, se me quedó en la cabeza y hasta ahorita, esa filosofía me ha ayudado mucho.
¿Por qué dicen que los árbitros tienen dos mamás?
Es cierto y doy fe con mi mamá. Mi mamá me dijo algo que a mí me tranquilizó mucho o me dio esa paz espiritual para yo dirigir más tranquilamente, sabemos, el árbitro tiene su mamá en su casa y su mamá en el campo, donde todo el mundo hace lo que le da la gana. Mi mamá cuando yo jugaba, lloraba pero no me veía, pero lloraba de tan solo pensar porque yo era portero y que cada vez que el equipo perdía era culpa del arquero. Nunca me vio jugar, no quería. Cuando ya quise ser árbitro, le digo ‘viejita, quiero ser árbitro’, ella me dijo ‘ay hijito, yo prefiero ser mamá de árbitro que mamá de arquero’, no sé si sabía a lo que se metía pero me dio una tranquilidad bárbara.
¿Qué anécdotas tienes con los futbolistas?
Quiero contarte de este silbato. Cuando vino don Arturo Yamasaki para la instrucción en Perú, nos acuartelábamos en congregaciones arbitrales, nos concentrábamos toda una semana. Yo ya siendo internacional, los auspiciadores nos vestían, yo tenía mucha ropa deportiva y aprovechaba en estas reuniones, llevaba todita mi ropa, la tiraba en mi cuarto y al primero que venía regalaba, pero a los árbitros que eran del interior del país, los de Lima no porque ellos tenían. Los silbatos no eran la excepción, también los regalaba. Ya terminada mi carrera, me dediqué a organizar eventos deportivos y en una oportunidad yo tenía un silbato, yo siempre tengo dos de diferente tonalidad, había regalado uno, me faltaba uno y estaba con uno de mis alumnos y pienso en voz alta que tenía que comprar uno, mi alumno me dijo que tenía uno que yo le regalé. Me lo dio y con ese silbato dirigí la final de la Copa Libertadores, no lo tenía, lo había regalado.
¿Qué me cuenta de los jugadores, de los futbolistas?
Comienzo contigo. Jugaba U vs Cristal y tu de ‘back’ centro y para Cristal jugaba Sergio Junior y avanzaba Cristal y uno un pase donde Sergio se metió y tú saliste que parecías un Metropolitano y le metiste un puntazo y dejaste la pierna arriba, tu zapato estaba por encima de tu cabeza y Sergio Junior que llegaba, creo que lo viste porque sacaste un poco el pie, él, al ver que no llegaba se tira contra ti, tú le metiste un caderazo y dio como tres vueltas en el aire, no había falta, si él estaba buscando la falta. Siguió el juego y el balón termina en el otro campo, saque de banda, y lo veo a mi compadre Wisnton Reátegui con la bandera arriba, me estaba llamando, yo voy corriendo y me dice ‘mira que Cuto’, le dije que yo había visto todo y seguimos el juego.
Tiene una con el Loco Vargas
Sí, creo que era su primer clásico y hay una falta que comete Alianza y viene el Loquito Vargas y le digo ‘carajo qué pasa, recién estás empezando en esto y estás aprendiendo lo malo, vaya para allá’, lo largué al Loquito que me quería tirar boca, todo flaquito.
Los clásicos eran complicados, se vivía mucha tensión
Hay un tema que ya no se da, todo a raíz de Alfredo González... se dice... pero el top del fútbol peruano eran los clásicos, pero futbolísticamente es bueno hasta que hay un gol, porque siempre se alegran por ganar, pero los partidos que me tocó vivir, los mejores, eran los U vs. Cristal, ahí eran ‘yo te gano, yo te goleo y yo te pego’. Mira Luchito, yo tenía... tú, Churre, Puma, Kukín... asu madre... era para mirarlos, había que mirarlos hasta cuando estaban sin pelota. Eran jugadores que habían que atenderlos. El problema con el Puma era, y eso que lo he echado como cuatro veces, es que cuando el Puma pegaba había que pitar, pero cuando al Puma le pegaban yo pitaba, la mayoría de los árbitros decían ‘si al Puma le gustaba pegar, que le peguen’, no es así, yo siempre buscaba que el jugador respete al rival. Te acuerdas de Pingo de Cristal... un día Kukín le metió una patada, no para echarlo pero sí era provocadora, yo lo amonesto a Carlos y le digo ‘después la culpa la tengo yo... discúlpate con Pinto’, yo trataba de que el jugador no solo actúe, sino que no lo vuelva a hacer. Kukín era un personaje.
Cuando Kukín se peleó con el Puma...
Parecía de la WWF
Cuéntame esa anécdota con Chiquito
Chiquito Flores es un personaje, cuerdo en el sentido de responsabilidad. El jugaba con una camiseta turquesa que era su cábala, le iba bien, y justo en un U vs Cristal y la turquesa con la celeste medio que se parecen, y le digo al cuarto árbitro, Albert Caballero, que le diga a Chiquito por favor que se cambie a la camiseta por este partido por lo menos. Al rato viene y me dice ‘profe, Chiquito no quiere cambiarse’, le dije que lo deje. Sale como capitán todavía, viene con Jorge Soto, hicimos el sorteo y justo se está yendo y lo llamo y le dije ‘mira, yo por cercanía no voy a tener problemas con tu camiseta, yo puedo diferenciar, pero si uno de mis asistentes se equivoca, se confunde o toma una mala decisión, no me estés jodiendo porque te voy a echar’, me dijo ‘siempre jodiendo usted’, pero se fue y se cambió. Por eso te digo, muy responsable.
Qué otra tiene de Chiquito
El jugador peruano es muy susceptible y hace 20 años más. Jugaba Cienciano vs. U en Cusco. Al Loco Martinez se le ocurrió levantar el balón y ponérselo en la cabeza, uno puede tomarlo como provocación, pero yo lo tomaría como más reglamentario, el jugador debe exponer siempre el balón, está exponiendo el balón pero está poniendo el riesgo su integridad física. Con Chemo también hubo ese problema, pero para mí no era una falta de respeto, sino una falta de conocimiento del jugador para hacer algo que va contra el reglamento, más allá de la falta de respeto. Entonces, hay un penal a favor de Cienciano y Rodrigo Sarás le pica el balón a Chiquito y le hace el gol. Chiquito se puso bravo por la falta de respeto, le digo, ‘el penal es correcto, tranquilo’. Lo jalo a Rodrigo y le digo ‘si hay otro penal, hazlo igualito’.
Cuéntanos sobre la Copa América que se jugó en Perú, ahí vino Fossati.
Fue en Chiclayo. Me pasaron dos situaciones. La primera, yo un partido antes había dirigido Uruguay y lo había expulsado al Chengue Morales, grandote, doble ancho... Al siguiente partido, salgo de cuarto oficial, tenía que arreglar, ver a los jugadores, ordenar un poco la previa, que todo esté en orden para que empiece el partido. Para la Copa América acá en Perú se decidió nombrar a futbolistas que de alguna manera habían significado algo en determinado país. Entonces, Mifflin había jugado en el Santos y estaba de ataché con Brasil, Julio Meléndez había jugado en Boca y estaba de ataché en Argentina... y en Uruguay estaba don Juan Joya Cordero, campeón con Peñarol, de la Libertadores... incluso jugó dos o tres partidos para la selección uruguaya, tiene hijos uruguayos, lo quieren mucho. Estaba él de ataché ahí, yo estaba ordenando, que salgan los periodistas y lo veo a un costadito de la banca de suplentes, solito, sentadito. Lo veo y la verdad que cada vez que lo veía lo abrazaba, le tenía un cariño bárbaro por lo que significaba como futbolista y como persona. Estaba solito, hacía frío y yo me acerco para saludar al maestro y Jorge Fossati y todos los jugadores de la banca se vinieron contra mí, pensando que lo iba sacar. Para esto, al ‘Chengue’ Morales yo ya lo había expulsado, lo senté en la tribuna y le dije a un oficial que me lo cuide... Fossati me dice ‘no me toqués al negro’ y yo le digo ‘yo vengo a saludar al maestro’ y se fueron.
La anécdota con Nicolás Tagliani...
Era la disposición de la comisión de árbitros que los jugadores tenían que estar con las medias sobre la rodilla y la camiseta dentro, no está en el reglamento, pero era un tema de orden, muy formal, que toda la vida se hizo. Son directrices no escritas que se cumplen, hasta ahora... Tagliani se sacaba la camiseta para joder... fue un clásico U vs. Cristal, primero eran advertencias y luego ya se amonestaba. Le dije que ponga el orden su equipamiento afuera, lo dejé afuera. Se metió la camiseta y se subió el short hasta arriba, no lo dejé entrar, todos los de Alianza quería que entre, pero lo dejé un buen rato afuera. Lo que hice no fue reglamentario pero creo que hice lo correcto.
La de Flavio en Matute. A Flavio Maestre Víctor Hugo Rivera lo expulsó por no tener las medias arriba, él decía que le apretaba mucho en la parte de arriba por su pantorrilla. Ya lo habían expulsado por ese detalle que a mí me pareció fuera de lugar pero quedó el antecedente. Era un Alianza Cristal en Matute con Tagliani y Maestre. Flavio entró bien pero Tagliani entró con las medias abajo. Antes del partido no iba tomar ninguna decisión, pero Flavio lo ve a Tagliani, me mira y se baja las medias. Pasó calentando adelante mío como para que lo vea. Iba a empezar el partido y lo veo a Tagliani de nuevo con las medias arriba, lo busco a Flavio, estaba con las medias abajo, lo ve a Tagliani que ya estaba con las medias arriba y rapidito se las subió.
Y la anéctoda con Omar Batistuta
Markarián estuvo de entrenador de Paraguay en ese partido. Y el Bati me decía ‘che, no me dejan voltear’ y le dije que era parte del fútbol, me decía ‘si me dejan voltear, reviento el arco’. No lo dejaban jugar y Bati salió de una y metió un gol.
Una anécdota con Waldir Sáenz
Vivíamos juntos en Ventanilla. Waldir jugaba para Cristal, jugaban con Cienciano y se me acerca y me dice ‘profe, el reglamento dice que si me empujan es falta’, me encaró y le dije, ‘me alegro que estés leyendo y aprendas’ y me dice ‘y si me empujan en el área es penal’ y le digo ‘claro’ y le pongo mi dedo y le digo ‘ahí te estoy empujando ¿eso es penal?’ y me dice ‘no’ y le digo ‘entonces anda nomás a jugar oye, déjate de joder’
Tú llegaste a ser árbitro FIFA en qué año
En el 99. Del 2000 para el 2001 hago el último clásico del siglo pasado y el primer clásico de este ciclo.
Debutas en la Copa América en Paraguay
Ahora que yo estoy en la cera de al frente, viendo la parte formativa, veo las cosas de otra manera. Entendí muchas cosas que me dijo el doctor Carlos Alarcón Ríos, exárbitro paraguayo, presidente de la comisión de árbitros de la confederación sudamericana de fútbol por 30 años y él me dijo algo que me gustó y me asustó. Aparezco yo para el Sudamericano Sub17 en Uruguay, las cosas me salieron bonitas. Se supone que de ahí me tocaba ir a la sub20, pero Alberto Tejada retirado, Pepe Arana terminando su carrera y el doctor Alarcón nos decía ‘nosotros buscábamos un árbitro en Perú, apareciste en la sub17, nos gustó tu trabajo y dijimos algo más hay, pero no teníamos un torneo menor para ir trabajándote, así que llegó Copa América y me mandaron y ahí fue lo que me dijo ‘te llevamos a Copa América, si no das fuego ahí, te mandamos a tu casa’. Ahí entendí que los dirigentes también tienen que apostar, juegan con la carrera de uno. A Dios gracias seguí para adelante.
También diriges Boca vs. Cruz Azul cuando estaba Reynoso y Pereda
Sí, no jugaron pero estaban ahí. Yo hice mi primer partido ese año en Copa Libertadores, hice una pre Libertadores que jugaban los equipos mexicanos con los venezolanos, jugaban 4 y clasificaban 2. El primer partido fue Cruz Azul vs. Italchacao de Venezuela, ahí jugó el Cabezón, luego se lesionó, por eso no juega la final, pero lo dirigí en Venezuela, le anulé cuatro goles y ganaron dos a cero todavía, era muy superior. El estadio llenecito y la Policía tiró gas pimienta afuera y eso se metió, a los 11 minutos el partido se paralizó un rato porque era difícil respirar, todo el gas se metió. Los mexicanos decían ‘aguas, aguas’, como diciendo ‘cuidado’. Yo los veía y decía, ‘acá está el Chavo y su vecindad’. Ahí ganó Cruz Azul a Boca, en México ganó Boca, en Buenos Aires gana Cruz Azul y en los penales ganó Boca.
El Mundial
No fui al Mundial. Yo me acuerdo que para el Mundial de Korea-Japón, llegaba en mi mejor momento, es más el doctor Delfino me llamó, me dijo ‘vemos que vas bien y vamos hacer lo posible para ayudarte’. En estas cosas la parte que uno debe poner no alcanza porque hay temas que se definen de escritorio hacia arriba. Las cosas no se dieron. En 2001 hice buenos e importantes partidos, hice final de Copa Libertadores, final de Merconorte, la Sudamericana, yo llegaba con buenos pergaminos. Ahí tuve una jugada que creo que me sacó del Mundial. Salió la convocatoria, yo no estuve y fui donde el doctor Delfino y le dije que gracias de todas maneras. En ese partido de Batistuta, en Asunción, Paraguay vs. Argentina. Nunca Paraguay le había ganado a Argentina en Asunción en Eliminatorias y ahí le iba ganando Paraguay con gol de penal de Chilavert. Argentina estaba encima y encima y eso que Argentina ya estaba clasificado, Paraguay, con el empate clasificaba e iba ganando, pero querían ganar. En un momento habían 20 jugadores en el área de Paraguay, no salían, al cuarto saque de esquina para mi lado, a favor de Argentina, viene el centro y entra Pochettino, gol y fue el empate. Chilavert aplaude, yo veo que viene hacia mí y detrás de él estaba el Chiqui Arce, el Colorado Gamarra, Roque Santa Cruz, toda la banda. Chilavert imponente, se cuadra delante mío y todos atrás de él, me dice medio lloroso, ‘señor juez, por lo que más quiero en esta vida, que es mi hija, el gol ha sido con la mano’. Yo lo quedo mirando y le dije ‘yo te creo, pero no puedo sancionar lo que no veo’. Se fue y toditos detrás de él, nadie me dijo nada. Lo veo en la noche y efectivamente Pochettino mete la mano. Claro, empataron, los dos clasificaron, pero el gol no era correcto. Después, con el tiempo... eso lo llamo ‘accidentes arbitrales’. Esa jugada me sacó del Mundial, yo iba ir al Korea-Japón. En esa época no había VAR. Yo estaba cerca de la jugada, pero ubicado donde marcan las pautas, trataba de ganar espacio visual, yo estaba detrás de Pochettino, yo nunca vi esa mano.
Alguna vez, en toda su carrera, le han ofrecido una coima
No tuve esa suerte... la firme. Ni siquiera un ofrecimiento de broma, no sé cómo habría reaccionado, quizá me hubiera puesto bravo, pero nunca recibió esa propuesta indecente.
Hoy en día estás vinculado al arbitraje
No directamente. Tengo una productora, organizo eventos deportivos así que de alguna manera necesito árbitros, estoy en todos los deportes, empecé en el arbitraje pero ahora soy parte de la organización. Trabajo con el Ministerio de Educación, con el IPD, con algunas federaciones, ya no solo veo arbitraje, sino también estadísticas, resultados, y no solo fútbol, teníamos 14 disciplinas. Hemos hecho mundiales de tenis de mesa. Tengo un grupo de gente muy importante. Con mi alumno empecé esto y cumplimos nuestro sueño
A los cuántos años te retiraste del arbitraje
A los 44 años, la Fifa normalemente permite arbitrar hasta 45 pero la comisión de turno decidió no considerarme, me invitó a quedarme pero yo llegué a general y no quería terminar de soldado. Terminé mi carrera como internacional y me retiré tranquilo.
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