Edwin Oviedo: Su regalazo a León XIV, la ‘movida’ para llegar a la FPF, la videncia de Gareca y más

Hola, mi gente maravillosa de La Fe de Cuto. Ustedes pensaban que ya habían escuchado lo mejor, pero el verdadero aguadito concentrado llega en esta segunda parte de la entrevista con mi presidente, Edwin Oviedo, quien nos cuenta anécdotas de transferencias y esa campaña histórica que llevó al fútbol peruano a Rusia 2018.

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Ese año que se va Rinaldo Cruzado también se va Reimond Manco al Medio Oriente, ¿no?

Claro. Nosotros apostamos por él cuando estaba jugando en PSV Eindhoven y decidimos comprar su pase. Él llega a préstamo al Aurich, hace un campañón y desde México, el Toluca nos dice: “Vamos a ejecutar la opción de compra”. Pero el jugador no era nuestro, así que le compramos el pase al PSV.

En México le suceden cosas que él ya contó, pero decide irse. Los dirigentes me llamaban para que lo convenciera de volver, incluso le ofrecían seguridad, pero Reimond decidió no regresar. Tampoco podía volver al Aurich porque había un contrato. Estuvo unos meses sin jugar, y un talento así no se puede desperdiciar, por eso lo trajimos de nuevo al Aurich.

Al inicio le fue bien y al año siguiente, cuando pasó a León de Huánuco, llegó una propuesta de Qatar. Mandé al gerente a negociar y allá aparecieron como cinco representantes de Reimond. Finalmente cerramos en 800 mil dólares para el club y 40 mil dólares mensuales para el jugador por cuatro años. Después no pudo terminar ese contrato por motivos que ya explicó, pero fue una gran operación para el Aurich. Yo no era hombre de fútbol, pero en la marcha aprendí a negociar, y eso me sirvió.

¿Por qué fue especial la transferencia de Roberto Guizasola?

Porque fue la primera al extranjero, al Rosario Central de Argentina. En ese tiempo estaban en Segunda y contrataban para ascender a Primera. La negociación duró unos diez días. Al inicio querían pagar solo 100 mil dólares porque no tenían mucho presupuesto.

Negociando logramos que subieran a 600 mil dólares, pero con la condición de pagarnos en dos partes: el 50 % al inicio en efectivo y el resto al ejecutar la opción de compra. Fue nuestra primera gran transferencia y nos trajo suerte, cucurucho.

¿Es cierto que hubo una operación que no se dio con el ‘Periquito’ Chiroque a la Universidad de Chile de Sampaoli? Sí.

Ellos pensaban que tenía menos edad, pero igual lo querían. Fue en el 2012, después de la Copa América donde la rompió. El profesor Sampaoli me llamó y me dijo: “Lo necesito”.

Hablé con Chiroque y me respondió: “Por mi edad no quisiera irme, estoy cómodo en el Aurich. Mejor, si me mejora la propuesta, me quedo”. Y así fue. Nosotros también lo queríamos, aunque nos hubiera gustado cerrar esa operación.

¿Quién lo convence de postular a la Federación Peruana de Fútbol?

Después de campeonar yo iba a entregar el club. Conversé con el obispo de Chiclayo y le dije que pensaba dejar el equipo al Gobierno Regional, a la Alcaldía o a la Sociedad Civil. Yo había llegado por cuatro meses y ya llevaba tres años. El obispo me dijo: “Es más fácil que te entienda tu familia, a que lo hagan los hinchas”. Esas palabras me motivaron a asumir la responsabilidad en la FPF.

Al inicio no tuve intención de postular. Una vez me llamó el presidente de Sporting Cristal, Federico Cúneo. Me invitó a un café y me comentó que se estaba postulando, y me propuso ser su vicepresidente. Fui a una reunión de la ADFP y, cuando nombró a los miembros de su lista, vi que muchos eran de la gestión de Burga. Me cayó como un baldazo de agua fría. Yo buscaba renovación, no continuidad.

Después recibí la invitación de Alberto Tejada, junto con Agustín Lozano y otros departamentales. Al inicio no quería, pero luego pensando en el país, acepté ir en la otra lista.

¿Qué encontró en la FPF cuando llegó?

Lo primero que hice fue acercarme a Federico Cúneo, porque este era un tema de país. Sin embargo, él me dijo que quería enfocarse en una Copa Libertadores y entendí que no iba a apoyarnos.

Formamos un comité consultivo con gente de empresa: Gianfranco Castagnola (Apoyo Consultores), Alfonso Carrera (BCP), Felipe Cantuarias (Sporting Cristal), Alfonso Grados (Interbank), Alfredo Ferrero (exministro de Comercio Exterior) y también Teófilo Cubillas.

Para generar confianza con las marcas contratamos auditoras internacionales que supervisaran los estados financieros. Ese comité nunca cobró un sol, lo hicieron por amor al fútbol.

¿Cómo logró convencer a Ricardo Gareca de aceptar la Blanquirroja?

Con Alberto Tejada como secretario general fuimos a contratar a Ricardo Gareca, luego de haber nombrado a Juan Carlos Oblitas como director deportivo. Allá, en Argentina, con la ayuda de Felipe Cantuarias y su esposa, convencimos al ‘Tigre’. Él nos dijo algo clave: “Sí podemos clasificar, pero solo hasta Rusia”. Fue el primer convencido.

El inicio con Gareca fue muy duro, ¿no?

Sí, arrancamos mal. Después de seis partidos éramos últimos en la tabla. Con Venezuela íbamos perdiendo 2-0, pero con los cambios del profe empatamos 2-2.

La presión era enorme y muchos pedían su salida. Incluso un dirigente, Agustín Lozano, declaró en medios que si él fuera Gareca ya habría dado un paso al costado. Eso fue en 2016, cuando había gente interna y externa que no lo quería.

¿Es cierto que hubo una reunión especial?

Después de los partidos nos reuníamos, él con su comando técnico y yo con mi equipo, pero después de ese partido nos reunimos él y yo, solos, en el Swissôtel por tres horas. Le conté mi vida como comerciante. Terminamos con estas palabras: “Le pido que tome todas las decisiones que tenga que tomar y, las que tome, lo vamos a respaldar”. Lo más fácil hubiera sido sacarlo, pero había visto su trabajo en la Copa América.

¿De ahí viene la Copa América Centenario?

En esa Copa América, cuando me pasa la lista de convocados, vi que no había referentes. El profesor no los había considerado, había mucho joven y varios del torneo local. Si con los que estábamos nos iba mal, imagínate con estos. Fue muy valiente: en nuestro grupo quedamos primeros y le ganamos a Brasil después de 40 años.

¿Qué opinión tiene de Ricardo Gareca?

Creo que Ricardo es un gran técnico y tomó decisiones valientes. Con esos resultados continuamos las Eliminatorias y el equipo mejoró, como ante Ecuador. Fue un partidazo. Recuerdo que después del partido los hinchas cantaron el himno nacional. Eso fue emocionante.

¿Qué recuerda del caso de dopaje de Paolo Guerrero?

Nuestro capitán había hecho todos los méritos para ir al Mundial y salió esa noticia triste y dura para todo el país. Cuando jugamos el último partido con Colombia, con el famoso “la tocó” de Peredo, se conoció esta noticia que nos golpeó, porque Paolo ya no podía estar con sus compañeros.

¿Qué hizo en ese momento?

Un día lo recibí en la federación y me dice: “Presidente, quiero que me ayude a tener una cita con el presidente de la FIFA. Quiero eso”. Hice la gestión y Gianni Infantino me dijo: “Formalízalo en una carta y los espero a los dos”. Lo llamé a Paolo para contarle y se lo conté también a Ricardo Gareca. Él me preguntó si podría jugar y le dije: “Hay que tener fe”.

¿Cómo fue ese encuentro?

Viajamos y el presidente nos esperó con una bandera de la FIFA y una bandera peruana. Fue emocionante. Paolo contó toda la injusticia que estaba viviendo. Infantino nos respondió que ya “habíamos jugado el primer y segundo tiempo”, que nos faltaban los “descuentos”. Y que esos no se jugaban ni en la FIFA ni en el TAS, sino en el Tribunal Suizo. Eso nos dio luz.

¿Cómo terminó esa historia?

Ya conocíamos un estudio importante que nos ayudó con los puntos ante Bolivia y nos quedamos a pelearla con Paolo, en un proceso que nos duró 12 días. Fue histórico: por primera vez el Tribunal Federal Suizo otorgó ese permiso. Paolo le dijo a Infantino: “Siento que me están cortando las piernas”. Fue una experiencia inolvidable.

Dejé a Paolo con el grupo y regresé a Perú para firmar acuerdos con las nuevas marcas que se sumaban al Mundial. Cerramos los derechos por las Eliminatorias a Qatar en 40 millones de dólares, cuando por Rusia solo se había sacado 10 millones.

¿Y en lo personal como vivió el regreso del Mundlal?

Después del Mundial me tocó vivir momentos difíciles. La justicia no me dio la oportunidad de cumplir mi gestión como presidente de la FPF, porque fui interrumpido cuando teníamos planes de menores, de infraestructura y de organización. Hoy no queda ninguno. Fue muy doloroso cómo fui humillado; no me dejaron despedirme ni de los trabajadores ni de los jugadores. Desde aquí les agradezco todo lo que hicieron.

¿Vuelve al fútbol peruano?

En este tiempo he tratado de encontrar justicia. Estuve preso más de 500 días, porque me negué a acusar a personas inocentes. Me tocaron malos fiscales y después buenos, porque fui absuelto. Hoy estoy avocado al tema empresarial. En la selección llegamos al puesto 10 del ranking FIFA. Hoy hemos retrocedido, estamos cerca del 50 nuevamente y me apena que no vayamos al Mundial. Cuando estuvimos vimos al fútbol como un motor de cambio social y transversal.

Usted alguna vez dijo que no querían ir a un Mundial. ¿Cómo fue eso?

Recuerdo que en nuestras redes pusimos: “No queremos ir a un Mundial”. Nos preguntaron si nos habían hackeado. Horas después corregimos: “Queremos ir a todos los mundiales”, porque nos habíamos dado cuenta de la importancia que esto mueve a nivel país, de cómo había unido a todos los peruanos. Por eso era clave pensar en un trabajo a mediano plazo.

¿Y hoy a qué está dedicado?

Hoy estoy avocado a sacar adelante a Pomalca con sus 2200 trabajadores. En Chiclayo hay cuatro empresas azucareras y somos la única que produce las 24 horas. Estamos en esa lucha diaria, en lo que me depare la vida.

¿Volver al fútbol peruano es una posibilidad?

Sobre esa respuesta, será lo que Dios y el destino decidan que suceda más adelante. Pero siempre daré lo mejor, sin buscar un beneficio personal.

¿Para qué escribir un libro?

Para que la gente sepa que siempre hay una luz al final del túnel cuando se persevera. Estoy aclarando todas esas especulaciones y difamaciones por las que estuve preso 500 días. Me decían: “Si tú haces esto, no vas a la cárcel”, solo para acusar a personas inocentes.

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SOBRE EL AUTOR

Redacción Deportes

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