El último viernes me sumé a la campaña de “Volveré por la puerta grande” que lanzó la esposa e hijos de Roberto Chale, liderada por su hija Alexandra, para conseguir fondos económicos para solventar los pagos de la Clínica Internacional donde el DT se encuentra internado hace más de tres meses.
Sinceramente, fue muy conmovedor reencontrarme con grandes figuras del fútbol peruano, amigos y compañeros que asistieron para apoyar al ‘Niño Terrible’ del fútbol peruano que está pasando por un momento muy delicado de salud. Él necesita, ahora más que nunca, nuestra solidaridad para sobrellevar el mal momento.
Ver a don Héctor Chumpitaz quebrarse por la situación complicada que está viviendo su amigo Chale es conmovedor. El ‘Capitán de América’ se quebró públicamente y no es para menos. Eso me hace más sensible todavía. Estoy a su lado y comparto ese cariño, esa emoción, ese dolor por el amigo que está delicado ya que compartió muchos años de su vida una cancha, en un vestuario, en un viaje, concentraciones, reuniones, etc.
Personalmente, a Roberto Chale lo he tenido como técnico en los años 99 y 2000, con el recordado tricampeonato. Demás está decir que tenemos muchas anécdotas por contar y recordar siempre. Futbolísticamente, recuerdo que en el año 99 volví de Independiente de Argentina y me preguntó si quería jugar la final ante Alianza Lima.
Mi respuesta es conocida, pero en un primer momento pensé que era para salir en lista, pero cuando veo en la pizarra del vestuario del estadio Nacional mi nombre como titular, quedé algo sorprendido. Pero Chale siempre tenía la precisa y sabía lo que hacía. La historia ya es conocida con aquel título del 99, que fue el bicampeonato, con la vuelta olímpica en el mismo Matute. Inolvidable.
Pero también, tengo un recuerdo que me marcó en lo personal. En enero del 2016 me llamó Roberto Chale a través de mi capitán José ‘Puma’ Carranza para realizar la pretemporada y luego sumarme al equipo profesional. Pasé de una manera impecable la pretemporada, superando largamente la parte física, sin ningún problema y nada de lesiones. Estaba en óptimas condiciones. Recibí el visto bueno de Roberto Chale y su cuerpo técnico para ser contratado.
En ese momento solo deseaba tener la oportunidad de acabar mi carrera en el club de mis amores. No era cuestión de dinero, solo la predisposición de los hermanos Leguía, quienes eran los administradores del club en ese momento. Lamentablemente para mí, ellos me cerraron la puerta. Nunca se quisieron reunir conmigo para escucharme ni plantearme algo. Y así se acabó mi carrera y mi sueño de retirarme en el club de mis amores. Pero le agradezco a Roberto Chale la oportunidad de haberme dado más de un mes trabajando con el primer equipo y hacerme vivir momentos maravillosos que los guardo gratamente en mi memoria. Mi gratitud con Chale.
Quiero agradecer a José Carranza, José Fernández, Eusebio Acasuzo, Héctor Chumpitaz, Efraín Aguilar y la Municipalidad de Magdalena Del Mar por su apoyo incondicional para sumarse a la noble causa de ayudar a la familia Chale Simic. A la esposa de Chale, Lucía Simic, y en especial a Alexandra Chale.
A ella la pueden ubicar en el teléfono: 973288491 para adquirir las estatuillas de colección a S/250.00 soles cada una.
Nos leemos el próximo lunes.
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