Mi gente de La Fe de Cuto veo que están disfrutando del capítulo con el profesor Roberto Mosquera. Sin duda, ahora ya conocen más de la vida del profesor, el lado humano y lo que se viene en la segunda parte será más picante todavía. Se viene el reto. ¿Quién baila mejor Roberto Mosquera o Cuto Guadalupe? Ustedes lo verán y decidirán su voto. Al DT también lo verán cantar. Será imperdible.
La semana pasada estuve por mi rico Chiclayo. La ciudad norteña es como mi segundo hogar. Jugando por Juan Aurich pude conseguir un título muy importante para el ‘Ciclón del Norte’, como se logró el año 2011. Pero Chiclayo no solo me dio un título o un momento de gloria deportiva, sino que también me dio un preciado regalo. Me dio la dicha de ser padre de una hija chiclayana maravillosa.
Es por eso que la semana pasada estuve de fiesta por esos lares. Mi hija menor, Cielo, cumplió 15 años y como se dice estuve de mantel largo pasando unos días generosos de felicidad con mis dos retoñas, Ariana Candela de 18 años, y Cielo que acaba de cumplir 15.
LOS 15 DE CIELO
Para tamaño motivo decidí realizar una reunión muy familiar ya que su cumpleaños cayó el martes 24 de junio. Para eso había buscado a mi presidente, Edwin Oviedo, para que sea el padrino de la fiesta de mi hija Cielo. Él acepto la propuesta y quedamos en vernos en Chiclayo para celebrar la reunión. Y todo fue en coordinación con mi ‘hermana’ Ana María Yesquén, que organizó la reunión de los quinceaños.
Acompañado por mis hermanas Diana, Rosa, mi hija Ariana Candela y mi manager José ‘Huachano’ Lara, viajamos hasta Chiclayo para celebrar el cumpleaños de mi hija. En Chiclayo se sumaron mi viejo Marcos Chávarry con toda la familia, mis amigos que radican en Chiclayo como Omar Reynoso, Roberto Benavides, Julio, Rina, Percy. Obviamente, se sumó el padrino Edwin Oviedo con su esposa y mi ‘hermana’ Ana María Yesquén.
PALABRAS DEL ALMA
El discurso de mi hija Ariana Candela en la celebración de su hermana me sorprendió gratamente. Voy a transcribir sus palabras y ustedes me darán su punto de vista.
“Querida hermana, en este día tan especial, primero que nada quiero desearte un feliz cumpleaños, y no sabes lo feliz que me hace poder estar aquí junto contigo, mi papá, mis tías y todas las personas aquí presentes en esta noche tan especial. Solo quiero decirte que te amo con todo mi corazón, que a pesar de no haber podido compartir mucho tiempo contigo en nuestra niñez, lo cual me hubiera gustado muchísimo, pero las cosas pasan por algo y el destino quiso que nos juntáramos ahora, porque como dice papá “los tiempos de Dios son perfectos”, ahora por fin estamos unidas. No dudes que estaré para ti siempre y que nada podrá separarnos, te cuidaré y protegeré siempre que pueda y lo haré de todo corazón, quizás algunas veces no pueda darte soluciones para todos tus problemas o no tenga respuesta para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y buscar soluciones. Siempre te apoyaré en tus decisiones como también trataré siempre de guiarte y aconsejarte cuando te equivoques, para no hacerla más larga quiero terminar este discurso diciendo que te amo mucho, que si algún día te sientes sola, recuerda que aquí estoy yo para ti siempre que lo necesites y siempre tendrás una hermana que se siente orgullosa de todos tus logros y éxitos, que Dios te bendiga y te cuide siempre, feliz cumpleaños”, fueron las palabras de mi hija Candela. En ese momento necesitaba un babero para mí.
Fue una reunión pequeña, pero muy significativa, llena de valores y de amor genuino del uno para el otro. Hicimos el brindis, conversamos, cenamos, reímos. Así celebramos los 15 años de Cielo con la promesa y el compromiso de que los 16 años podrían ser más apoteósicos. Ya dependerá de mi hija Cielo, que ella pueda cumplir con sus compromisos en el colegio y en casa.
Nos leemos el próximo lunes.
