Llegó más aguadito. Carlos Orejuela sigue relatando sus más recordadas anécdotas con ‘La fe de Cuto’ en esta nueva parte. Habló desde sus diferencias con Juan Reynoso, todo sobre su regreso a Universitario, Alianza Lima y más.
Mi gentita de la ‘Fe de Cuto’, el ‘Flaco’ no para de hablar de sus mejores recuerdos en el balompie peruano, rememorando su paso por clubes como Sport Boys, Cienciano, Universitario, Alianza, Sporting Cristal. No seas soberbio y no te pierdas esta conversación de lujo.
De ahí te vas a Vallejo
Sí, llego a Vallejo de Mantequilla. Lo llamé a Richard y le dije que quería ir porque no tenía equipo, Cristal no me renovó, y me dijo ‘pero estamos viendo entre tú y Renzo Benavides’, plata era casi nada. Al final me dijeron que iba ir. Al comienzo el profe no me quería poner estaba el Gabo y Garrilla. Luego me puso, empecé a hacer goles y le empieza a ir mal a Vallejo y lo sacan y viene Viera, que había estado de asistente en Alianza. Yo seguí metiendo goles y le dije a Richard que me suba el sueldo, ‘vamos a ver’, me dijo. Llega el Clausura y en un partido, que yo no me acuerdo porque pierdo la memoria, viene una pelota larga, en sintético, da un bote y yo giro y Leao ya estaba con la rodilla arriba, él pudo agarrar la pelota de otra forma sin que se lesione, yo giro para ver la pelota y me doy con su rodilla, me chorreé, no me acuerdo nada, 20 minutos seguí jugando pero no me acuerdo nada. Chicho dice que me dijo ‘sal, tienes familia’ y yo le dije ‘me siento medio mareado’. Acaba el partido, entro a camerín y me acuerdo todo. Me fui a sacar placas y me dijeron que tenía una contusión. A la siguiente semana me ponen y dije ‘no me va pasar nada’. Ganamos en Chiclayo, jugamos la siguiente semana con Cienciano en Trujillo, una pelota larga y lo mismo, me doy con el codo del Cholo Solís. Seguí jugando, tenía que apretar los dientes para correr porque sentí que se me caía la mandíbula. Viera se molestó conmigo y el doctor, que no sabía nada, me quiso poner la mandíbula y me empezó a jalar. Seguí jugando pero me dolía, me ahogaba, no podía jugar, quise hacer una chalaca y sentí que se me caía la mandíbula, pedí mi cambio, no pude más. Me saqué una placa y se me había roto la mandíbula. Yo tenía un seguro que me podía operar en cualquier parte del mundo. Me voy al doctor en la clínica El Golf, que ya me había visto la contusión. Me operé, primero me vio un dentista para que me acomode la maldíbula, 2 horas y media sangrando y botando la baba, llorando de dolor. Me dio parálisis, me agarró los nervios. Comencé a hacer terapia, pasa el mes y me voy a sacar otra placa y seguía abierto. Le vi la cara de asustado al médico, me habían operado mal. Me puse a llorar, me peleé con el doctor y me fui a cinco doctores, todos me dijeron que me tenía que operar de nuevo. Ya no me contuvo los nervios, me los cortó. No me hizo doler como el otro salvaje. Me dejó paralizado, voy a Vallejo, tenían que renovarme si o sí, pero como me ven mal, con el ojo, la cara que se me caían, flaco, me había adelgazado como 3 kilos, se hicieron los giles y no me renuevan... Llamé a Antonio, gerente de la U, y me dice que iban a preguntar. Me contrataron con un sueldo bajo. Ahí llega Reynoso
En 2009 llega Reynoso
Cuando llegas con Juan, él te cita en un cuarto con su equipo técnico y te hacen preguntas. Primero fue conmigo, me dijo que él no me había traído y que no es posible que me ponga en su lista de la Libertadores. Me preguntó cómo me consideraba y yo le respondí, ‘yo me considero el mejor, si no no jugaría fútbol’. Me empezó a poner. El primer partido era lluvia, tenía que jugar con vincha, con pelo corto porque si el sudor se te mete al ojo y yo no parpadeo, arde si cae el sudor. No podía ser tan salado, igual metí dos goles. Es duro jugar así pero me acostumbré, no quería retirarme. Me fue en la U, campeonamos, pero Juan me saca. Me saca primero a mitad de año... Piero llevaba a sus hijos con 10 niños a que vean el entrenamiento y no pasaba nada, yo llevaba a mi hija y a mis sobrinos y Juan me decía ‘cómo vas a traer a tus hijos’. Si yo iba a la tele, se molestaba. Todas era yo, sin hacer nada, era porque la barra me quería y creo que no le gustaba que nadie sobresalga mucho. Me entrevista un periódico y me preguntan si quería jugar, y le dije ‘claro, quién no quiere jugar’. Al día siguiente se molestó. Me fui de la U, hubo algo fuerte en cuatro paredes. Me fui a Total Chalaco.
En Total Chalaco te encuentras con Goyo
Con Goyo, con Chemo Ruiz, con Oelscese, con el Loco Muro... nos hacían entrenar en Ventanilla o Barranca. Me tocó jugar contra la U y Juan se acerca a saludarme y me pregunta si me había llamado Jaime, que quería que vaya a la U. Acaba el partido, voy a entrenar a la U y pone un video donde mete todos los goles de la campaña, obviamente estaban mis goles. Me dijo que vaya a la final con Alianza porque va salir la foto de todo el equipo y tenía que estar, por un lado tenía todo el problema con él y por otro mi hinchaje por la U. Voy, salí en la foto, ya me iba ir a la tribuna y me dice ‘no firmes por nadie, el próximo año vienes’. Dicho y hecho, voy de nuevo, juego Libertadores, me pone titular, meto gol, ganamos de nuevo y me vuelve a sentar, no sé por qué. Pasó lo mismo. Luego se va Juan y llega Chemo. Me gustaría hablar con Juan en algún momento, no le tengo ningún recelo, si no ni lo saludaría. Una vez me lo encontré en un aeropuerto y me pregunta ‘qué tal Espejo’ y le digo ‘muy bien, como tú’, para qué lo comparé, me fui, no pasó nada, pero Calero me dice ‘oye lo has comparado y Juan está volando’. Me lo crucé después y mi esposa me dijo ‘has visto cómo te habla’. Ahora lo he visto, ya normal, pero quiero saber qué pasa. Juan es muy buen técnico, te prepara bien, tiene su gente, pero no voy a mentir.
En 2010 vuelves a la U
Sí, se va Juan, que me sentó de nuevo, y llega Chemo. Era mi amigo entre comillas. Chemo nos lleva a su casa, a los mayores, a mí, a Piero, a Toñito, al negro Galván, a Reyner, a Miguel Torres, habla con nosotros y nos dijo que quería que nosotros sostuviéramos esto que estaba mal. Todos jugaban menos yo... no me ponía. Fin de año y me llama a su camioneta, me dijo que ya no me iba renovar. Me dolió, no quería responderle. Teníamos que entrenar pero no entrené. No me quise ni despedir de Chemo. Acabó el año y me fui a León de Huánuco.
Allá estás con Leo Rojas
La escuelita. Lo único paja de León es que en las concentraciones hacían Bingo, televisores de 40 pulgadas, yo me llevé mi radio. Franco me puso toda la Copa Libertadores. Ese año no me fue tan bien, no estaba con mi hija, la extrañaba mucho y me costó, por eso no me fue tan bien y León fue un paso nada más.
En la temporada 2012 vuelves a Boys, haces 16 goles
A partir de ahí tuve un buen rango y Techera me pone de 9. Hermoso fue. Comencé a meter goles, al Boys le iba mal porque no pagaba, se iban los jugadores. Tengo una anécdota hermosa para mí... Boys no pagaba, empecé a meter goles, llega mitad de año y Alianza me quería porque estaba Pepe de entrenador. Pero era más difícil, no quería terminar mi carrera así. Juega Alianza en Matute y en un cuarto de oriente de tribuna ponen una bandera ‘Orejuela nunca más’. Yo morí feliz como hincha de la U. Yo feliz que no me quieran, al final no fui, me quedé en Boys, por eso la gente me adora, en el peor momento me quedé, no me pagaban. Jugué en Boys, me fue bien, metí 16 goles y me fui. Y ahí es que Rebosio me hacía la broma que me hace, me decía ‘familia’ por Saravá, porque no podía decir la F.
Para la temporada 2013 te vas a Cienciano
Sí, regreso, no me fue tan bien, Viera no me puso y me voy a mitad de año a Ayacucho, a Intigasqui. Me llaman que me iban a poner, dejé Cienciano, me pagaron lo mismo, juego y me empieza a ir bien, metí como 6 goles en el clausura y por primera vez le metí un gol a la U.
En 2016 juegas en Real Garcilazo
Sí, en la vereda de al frente. Quisieron hacer la de Sampaoli, revolucionar todo. Yo me peleé con Julio porque me gritó porque fallé un penal. Le dije ‘qué le pasa, fallé pero ganamos el partido, por último, falla el que intenta’. Me fui, no lo aguanté.
En Ayacucho juegas el Clausura de 2016 y el 2017 contra Alianza
En 2016, de Garcilazo me voy a Ayacucho, que me llamaron para que regrese. Me lo llevé a Néstor Duarte. Teníamos un entrenador, Carlos Leaf, que le hacíamos de todo. Estaba loco, quemado y era un amigo tuyo más, se calateaba con nosotros, se tiraba a la cama con nosotros. Nos la jugábamos por él. Comenzamos a ganar y nos toca un partido con Alianza, que habían suspendido, Alianza estaba mal y nosotros teníamos que ganar en Matute para salvar, Gayo era entrenador. Yo me entero que mi esposa iba ser mamá, ya nos habíamos casado. Tenía dos meses. Jugué el partido, metí gol de cabeza, me metí la pelota en la barriga y ganamos 1-0 con ese gol, con ese gol nos defendimos hasta con los dientes. Me toman una foto porque llego a ser el goleador histórico de Ayacucho y me ponen en un cuadro con la barriga de mi hija. Me quedo todo el siguiente año, traen al Churre Melgar, mi familia me acompaña a Ayacucho y el equipo otra vez mal. Salvamos, metí 10 goles. Se fue el Churre y volvieron a traer a Leaf. Él era graciosísimo, caminaba siempre con chimpunes. Salvamos la baja de nuevo pero no me renuevan, el profe me dijo que la dirigencia creía que por los que siempre salvábamos, era la baja. Me fui. Al siguiente año me quedé sin equipo y tuve que ir a Vallejo.
En 2018 te vas a Vallejo
Ya no tenía equipo en primera y en febrero, vuelvo a tener de representante de Cadenita. Al final me dice que me iba llamar Chemo, Chemo me llama para ir pero me dijo ‘por si acaso, tengo al Cholo Pando de titular’. Llegué, entrené, el Cholo se lesiona, me pone, no ganamos, me saca, yo entraba y metía gol, pero nunca jugaba de titular. Algunos chicos no me conocían y me faltaban el respeto. Me fue bien. En la final tampoco me pone Chemo, me fui al baño, a Wally Sánchez lo habían suspendido y me apuró, felizmente no me demoré mucho y a los dos minutos Chemo me llamó para entrar, se había lesionado Pando. Entré, metí gol de penal y el segundo, ganamos 3-1. Subimos a primera. No nos dieron ni un premio en todo el año. Del premio jugoso que íbamos a recibir, no nos dieron casi nada. Me renuevan, no me suben mucho el sueldo... Adrioni me llamó, lo malo es que no me iban a pagar mucho, pero yo solo quería jugar, así que me fui a Cusco. Empecé la segunda pretemporada, metía gol todos los partidos de práctica, en Lima, entrenando, me rompí el diamante cruzado de la rodilla, solo, solo estirando la pierna, rarísimo, tenía 41 años. Se molestaron en Cusco que me habían contratado con esa edad. Pasaron los meses, me operaron, vino la pandemia... vi a mi mamá flaca, pensé que era por la pandemia, la fui a visitar, le enseñé a mi hijo el último, vi a mi mamá muy viejita, me asusté, le hice hacer sus exámenes de cáncer, no pasó nada, pero vomitaba a cada rato, se quejaba mucho, así que mi hermano la llevó a la clínica y le dicen que mi mamá tenía cáncer terminal, que solo iba durar un mes. Me llama mi hermano y fui corriendo a la clínica, mi mamá no sabía, pero seguro sospechaba porque recién se había muerto de cáncer una sobrina. La vi y me puse a llorar, yo pensé que mi mamá me iba durar hasta los 90. Nos la llevamos a la casa, empecé a ir más donde mi mamá, iba todos los días, hasta que dejó de comer. Murió mi mamá con nosotros, la enterramos, yo no podía más. Pensé recuperarme de mi rotura de ligamento cruzado, me recuperé pero decidí retirarme, ya no tenía ganas de jugar... jugué mis últimos dos partidos, uno con Alianza y le dije a mi esposa que me quería retirar. Dejé de jugar fútbol. Me dijeron que no me retirara por los parámetros que estaba marcando, era irme a provincia a ganar menos y para colmo tener otro entrenador que me mire la edad que tengo, de 41 para 42, no quería caer mal. Preferí retirarme bien a que me retiren por obligación.
Tu mamá era tu hincha...
Mi mamá era todo, es todo lo que me pasó en el fútbol, habiendo no querido que juegue fútbol. Cuando murió, yo voy a su casa y me llevé una bolsa de todos los periódicos en los que salía yo... mi mamá fue mi motivación para seguir jugando fútbol
Te retiras en el equipo de tu barrio, en Barranco, ‘Los del parque’
Yo hice ese equipo en 2001 porque mis amigos... tú sabes que algunos son huaraperos, no les gusta entrenar, pero pudieron ser profesionales. Hablé con mi amigo Augusto para hacer un equipo de fútbol, fuimos a averiguar a la Liga de Barranco y me dijeron que sí. Tenía que tener jugadores de hasta 20 años, buscamos, encontramos, ahí jugó Rodrigo Sánchez Patiño, que metió el gol más rápido de la Liga. Comenzamos a buscar gente de esa edad, encontramos y quedamos subcampeones. Subimos, al siguiente año campeonamos, ya estábamos en primera y yo ya era el entrenador, les daba zapatos, bebidas, era el equipo pituco para todos. Para colmo de males, no había ningún negro, peor se ponían, nos odiaban. Yo quería jugar pero hay una ley que el que se retiraba del fútbol profesional, no podía jugar Copa Perú, era imposible. Markarián cambió toda la ley. No jugué ese año, hice todo lo que pude, hasta hablé con Lozano e hicieron una ley que un exfutbolista profesional mayor de 26 años, podía jugar en un equipo de liga. Era yo. En mi equipo estaba Coki González pero era yo.
Carlos Orejuela, convirtió 131 goles en primera y 32 goles en la segunda profesional, felicitaciones maestro...
Gracias, como te digo, debí jugar 9 toda mi vida y me pusieron a partir de los 32... uno tiene que saber que en el fútbol uno no deja de aprender, todo se aprende.
Ahora a qué te dedicas
Hago eventos deportivos, campeonatos de fútbol 7, 11, hago torneos de mi colegio, de padres de familia de colegios, quiero trabajar como comentaristas en programas, ahora que hay mucho streaming, ya estoy moviéndome en eso y quiero hacer una academia de delanteros porque has visto que los delanteros entrenan pero no tienen específicamente un entrenamiento, es cabecear, buscar el espacio, aguantar, moverte, dar un pase, cuando entrar, cómo definir, ubicarte, y eso no te lo enseñan todo el día, pueden tener definición pero no te enseñan tanto el movimiento que uno necesita. Recién lo voy a crear con Augusto, que también ha sido delantero.
Y la del profesor, el Diamante Uribe, fue en Ayacucho... cuenta esa
Yo peleaba con Ayacucho el título y estábamos arriba, primeros, ese partido era importante con San Martín, si ganábamos, estábamos muy cerca de campeonar. El profe Uribe, que se quejaba cuando cobraban penal al otro equipo, en ese partido había una jugada que iba 3-1, un penal que no cobran para nosotros y yo voy, después de que acaba el partido, perdí el título, me acerco y le digo ‘profe, ahora quéjese de los árbitros’, le saqué todas las venas al profe y me dijo ‘oe Orejuela ándate a la mier...’. Mi mamá me llamó para decirme que cómo me iban a insultar en televisión, llamé al jefe de equipo de San Martín y me disculpé, el profe se disculpó al día siguiente, conocía a mi familia, todos sabían que lo calenté.
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