Lamine Yamal no solo deslumbra con su talento dentro de la cancha, sino que también empieza a brillar fuera de ella. El joven atacante del FC Barcelona, con apenas 18 años, estaría a punto de concretar una compra que ha generado gran revuelo en España: la famosa mansión donde vivieron Gerard Piqué y Shakira durante su mediática relación. Una propiedad que, más allá de su valor inmobiliario, forma parte de la historia reciente del espectáculo y del deporte mundial.
La lujosa residencia se ubica en la exclusiva urbanización Ciutat Diagonal, en Esplugues de Llobregat, una de las zonas más codiciadas de Cataluña. El complejo —valorado en cerca de 14 millones de euros— cuenta con tres viviendas levantadas sobre un terreno de 3.800 metros cuadrados, piscina interior y exterior, gimnasio, y amplias zonas de relax. Además, el vecindario no es cualquier lugar: en los alrededores viven futbolistas como Alejandro Balde y Ronald Araújo, compañeros del joven crack en el Barça.
De acuerdo con informaciones de El País y El Periódico, Yamal ocuparía la vivienda principal, vendida recientemente por más de tres millones de euros. El jugador planea adaptarla a su estilo de vida como deportista de élite: instalará un gimnasio de alto rendimiento, una sala de fisioterapia, espacios para descansar y compartir con amigos, además de un avanzado sistema de seguridad. Una apuesta que demuestra su madurez y su deseo de enfocarse en su carrera profesional.
La mansión, diseñada en 2012 por la arquitecta Mireia Admetller, fue el hogar familiar de Piqué y Shakira, junto a sus hijos y los padres de ambos. Años después, será testigo de una nueva historia, ahora protagonizada por una de las grandes promesas del fútbol europeo. Curiosamente, Lamine mantiene una relación con la cantante argentina Nicki Nicole, una coincidencia que no ha pasado desapercibida entre los seguidores del espectáculo.
Esta adquisición marca un nuevo capítulo en la vida de Lamine Yamal, quien, pese a los altibajos de la temporada, se consolida como una pieza clave en el esquema del Barcelona y de la selección española. Su crecimiento profesional se refleja también en su madurez fuera del campo, apostando por estabilidad y proyección a largo plazo.
Con esta operación, el joven delantero no solo asegura una residencia de ensueño, sino que pisa un lugar cargado de historia y simbolismo. De aquella casa que fue escenario de una de las relaciones más mediáticas del mundo, pasará a ser el refugio de una nueva generación, donde la discreción, la disciplina y la ambición deportiva se convierten en las nuevas protagonistas.
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