Cagliari sorprendió al planeta fútbol con ese gol de último minuto de Leonardo Pavoleti, que logró el ascenso y desató la euforia de Gianluca Lapadula, que lo festejó como si fuera el suyo propio. El ‘Bambino’ fue el más eufórico para celebrar su regreso a la Serie A que selló con un abrazo interminable con Claudio Ranieri en una noche histórica en el estadio San Nicola.
El número nueve saltó y se trepó del autor del gol Leonardo Pavoletti y apretando el puño se abrazó con el resto de sus compañeros que se olvidaron de los dos minutos que le quedaba al partido y que los haría vivir minutos de angustia en la última jugada de peligro de Bari.
Cuando el arbitró dio el pitazo final se desató la fiesta dentro de la cancha y el peruano se desplomó sobre el césped, después de sufrir minutos de intensa presión. Luego posó con el resto de jugadores frente a la tribuna donde estaban los hinchas de ‘Rossoblú’, para después estrecharse en un abrazo más que emotivo con su entrenador Claudio Ranieri.
En la primera final el elenco de Gianluca Lapadula se había impuesto al su rival de turno, pero después el visitante logró igualar el gol que había anotado el ‘Bambino de los Andes’, quien abrió el marcador a los 8 minutos del primer tiempo y fue reemplazado a 20 minutos del final.
El goleador que había mostrado una lesión en el tobillo derecho, dio tranquilidad al asegurar que llega en buena condición física al duelo y mentalizado en 90 de alta intensidad. “La verdad que únicamente tengo en mente el partido que se nos viene. Todo está abierto y no debemos olvidar quiénes somos”, sostuvo Lapadula.
Como se dijo en el inicio ante la posibilidad de un empate en el estadio San Nicola el nuevo inquilino sería Bari, debido a sus 65 puntos acumulados, cinco más que los acumulados por Cagliari. El reglamento favorecerá al club que fue más regular en la temporada.
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