Conoce la historia de las fotos más famosas de Daniel Peredo.
Daniel Peredo

El inicio del Mundial Rusia 2018 está a la vuelta de la esquina. Son muchos los que, en este contexto, recuerdan al comentarista  quien murió repentinamente hace unos meses y dejó un gran vacío en la hinchada bicolor.

Cuando Daniel Peredo nos dejó, algunas fotos que hizo el fotógrafo Allengino Quintana para Trome se hicieron virales. En estas, el periodista deportivo parecía gritar un gol peruano. 

La historia de esta, y las demás imágenes que conformaron la sesión, fue relatada por Lorena Ormeño Chirinos, reportera de Día D (ATV), en un post de su cuenta de Facebook.

“Ocurrió después del partido de Perú-Ecuador. Aquel impensado 2 a 1 no solo rompía la maldición peruana de jamás haber ganado en Quito, colocaba a nuestro país otra vez en carrera al Mundial de Rusia. Ese encuentro fue el aliento definitivo, el que encendió la llama de la selección y de una hinchada aletargada, el que rompería el maleficio de 36 años. Pero ese día se creó otra historia. Ese partido dio origen a la leyenda de Daniel Peredo, la voz del gol y con ello, la de esta emblemática fotografía.

Las lágrimas surcaban el rostro de Peredo mientras narraba ese partido histórico. Era el 2 a 1 de la resurrección y así, desde adentro, dijo las frases que recordamos: “¡Ganamos, ganamos! ¡Era hoy, Ramón! ¡Era hoy! ¡Te dije! ¡Gloria a Perú en las alturas!”.
Al día siguiente, esa narración llena de emoción se compartía tanto como los goles de la selección. La piel de los peruanos se escarapelaba repitiendo una y otra vez: “La voz del gol”.

Y en ese momento, el director del diario Trome, con ojo experto, convocó a un periodista y un reportero gráfico, pero no para buscar a los jugadores, sino para entrevistar al hombre que con sus lágrimas había resumido la emoción de un país, ese que le dio voz a la gloria. “Lo quiero ver narrando un gol”, les dijo.

Daniel Peredo aceptó feliz la entrevista, era como el niño en la dulcería, cómo no iba a querer hablar del triunfo de Perú, cómo se negaría a explicar que ese encuentro era la chispa hacia el Mundial y que (aunque muchos aún lo dudaban) Perú podía llegar a Rusia. La cita era a las 10 de la mañana. Lo recogieron en su casa, en Pueblo Libre. El periodista, con ojo previsor, llevó su propia camiseta de Perú, su casaca roja de la selección, unos audífonos y un parlante Bluetooth con forma de micrófono antiguo. Le propusieron entonces hacer la entrevista en un estadio y Daniel sugirió el AELU. La entrevista duró una hora y la sesión de fotos, una hora más. La misión era recrear para la posteridad aquel instante en el que Daniel -narrador, pero sobre todo hincha- había puesto en palabras lo que todo el Perú sintió en ese momento.

El reportero gráfico Allengino Quintana recibió la misión y lo logró. Hoy, esas fotografías están en murales, banderolas, pósteres y hasta en tatuajes. Daniel sigue vivo.

¿Y cómo sé yo esta historia? Porque el periodista es mi esposo Miguel Alegre Tinoco y los audífonos que llevó son míos”.

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