Mi gente de La Fe de Cuto, ya estamos de vuelta como todos los lunes contando mis historias. Ustedes no pueden dejar de ver cada capítulo de mi programa, ahora estamos con la edición de la entrevista al ‘Toro’ Cantoro, tiene unas anécdotas increíbles. Y el viernes se viene una entrevista muy pedida por mi público, será a Miguel Company, esa tiene más aguadito, como les gusta a ustedes.
Ahora que estoy más recuperado del famoso ‘jet lag’, esa descompensación de hora o síndrome de los usos de horas, ya estoy volviendo a la normalidad. Al inicio me costó mucho, pero lo bueno es que ya puedo dormir mejor. Pero conforme pasan los días comienzo a recordar y extrañar mis pasos por Corea del Sur y, sin duda, también en Japón.
En la tierra del famoso grupo BTS, unas sobrinas me pidieron que les traiga unos recuerdos de ese grupo musical, que es un furor en el mundo y en Perú tiene sus fans. Efectivamente ellos la rompen en éxito. Algo traje para casa de ese grupo y he cumplido con la familia, pero se lo tengo que agradecer de manera muy especial a mi amigo Gustavo Morales, quien fue el que hizo toda la gestión.
En Busan, Corea, quiero saludar a Sheila Moriano Polanco, ella peruana, conquistó a su esposo coreano Alberto Kim, y de manera muy especial, a su hijo Raulito Kim, que se ganó mi corazón, con su amigable y encanto de niño. Ellos no solo nos facilitaron la vida en esos lares sino también nos demostraron que son familia, amigos, en todo momento, con la cortesía y ese plus de peruano con peruano. Ellos me hicieron probar la comida coreana que pica, hasta ahorita lo siento. Ja,ja,ja. Los quiero mucho.
En Japón, no fue la excepción, la pasamos de maravillas con mi hermano Rafael Gallardo y su linda familia. Él me presentó a otros peruanos que militan por esos lares como Willy Mendieta que tiene el famoso restaurante Kan Kun, que es el punto de encuentro de los peruanos en Shiga. Ahí puedes disfrutar desde un pollo a la brasa, un ceviche, un lomo saltado, hasta unos choritos a la chalaca. Pero no solo los peruanos se juntan para comer sino también para jugar cartas, conversar y compartir momentos lejos del Perú.
Poder disfrutar de esos platos tan lejos de tu patria y hablar con los peruanos te hacen sentir tan cerca por lo menos desde el paladar y la charla entre nosotros.
Pero eso no es todo, en Osaka pude conocer a Gustavo Morales y su Restaurante Bar Santa Clara en el mismo centro de la ciudad llamada Shinsaibashi donde puede comer y hacer un brindis con los peruanos. Disfrutamos de un arroz con pollo y su ceviche. Con Gustavo Morales pude hacer un poco de turismo cuando nos llevó a conocer el castillo de Osaka, pasear por el famoso puente Dotombori y luego nos fuimos en el tren de la línea Midosuji al estadio Panasonic donde nuestra selección jugó ante los locales.
Gustavo Morales nos presentó a su familia, a su esposa Emi Matsunaga y sus hijos Ami, Taku y Shum, con ellos nos fuimos a cenar la famosa sopa Ramen, me decían que no me podía ir de Japón sin haber comido esa delicia de plato. La pasamos como en casa.
Pero eso no fue todo, en el último día por tierra nipona el empresario César Flores y su esposa Hiromi Fujiki con su empresa de ingeniería civil Flores Kensetsu nos llevaron a conocer todo sobre las instalaciones de su empresa y recorrimos las ciudades y departamentos de Aichi Ken, Toyokawa, Shizuoka, Hamamatsu y Nishio. Sobre su sofisticado auto negro nos trasladamos por las vías más rápidas una buena parte de Japón. Sinceramente espectacular. Lo queremos volver a repetir. Gracias amigos.
Nos leemos el próximo lunes.
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