Hoy Claudio Pizarro es una leyenda en el fútbol alemán y un próspero empresario que tiene negocios en varias capitales del mundo y una cuenta corriente con muchos millones de euros. El ‘bombardero’ brilló en el Bayern de Múnich, del cual es embajador, Werder Bremen y también representa a la UEFA en diversas actividades. Hablar de él, es referirse al para muchos mejor delantero del fútbol peruano y un hombre éxito.
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Sin embargo, a las nuevas generaciones que empiezan en la pelotita y exigen como si fueran estrellas, habría que recordarle que los inicios del atacante no fueron muy agradables que digamos. El goleador pasó de jugar torneos escolares y en Cantolao, a ir con los juveniles del Deportivo Pesquero donde las condiciones no eran las mejores. Las canchas eran malas y los camerinos, si es que había, eran peor.
Ni que decir del dinero que le pagaban. Cuando Roberto Chale lo asciende al primer equipo, el delantero recibía propinas y luego su primer sueldo fue de 200 dólares. A pesar de esto, Pizarro era feliz, desde los quince años soñaba con ser futbolista y por eso tiró para adelante sin importarle compartir cuarto en un hostal chimbotano con varios chicos y no tener ni jabón en las duchas.
Los mayores del grupo, entre los que estaban Martín Duffó, Jesús Purizaga y ‘Colibrí’ Rodríguez trataban bien a los nuevos, pero el que más se preocupaba más por ellos era Francesco Manassero. El volante siempre que cobraba su sueldo llevaba a Pizarro, Zagaceta y algún juvenil más a almorzar porque sabía que el menú que les daban en el hostal no era de los mejores.
Un día, el ex jugador de Sporting Cristal les dijo a Pizarro y los demás chicos que antes de ir a una cevichería debía pasar por el banco a meter el cheque con el que le pagaban. Todos aceptaron en una porque sabían que el volante era generoso y les dejaba pedir lo que quisieran. Ya en el banco Claudio se percató que Manassero ganaba 3000 dólares y se quedó sorprendido. “¿Tanto ganas?, ojalá algún día gane yo esa plata” comentó el ‘Bombardero’. El ex presidente de la Agremiación lejos de agrandarse motivo a su compañero y le vaticinó lo que hoy comentamos. “Tú recién empiezas, pero vas a ver que algún día ganarás mucho más y serás figura”.
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Claudio sonrió y lo mismo hicieron todos los chicos sin imaginar lo que vendría luego para el ídolo del Bayern de Múnich. Pasaron los años y todo lo que pronosticó Manassero se cumplió con creces y los papeles sin invirtieron. El ex mediocampista se encontró con Pizarro y al enterarse de la millonada que ganaba en el Chelsea de José Mourinho le preguntó en broma. “Ahora soy yo el que digo, ¿cuándo tendré tanta plata?”.
Gracias a ese noble gesto que tuvo en sus inicios con el ‘Bombadero’, siempre que Manassero le pidió apoyo para la Agremiación, el crack del fútbol alemán no tuvo problemas en meter un centro. Pizarro entendía que era la manera de reconocer el apoyo que le dieron cuando llegó a Chimbote y se encontró con una realidad que desgraciadamente no cambió mucho porque hoy los clubes de provincias no entrenan en las mejores condiciones.
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