Una nueva anécdota se suma a los mitos de la . Esta vez el protagonista fue Timo Werner, delantero del RB Leipzig de Alemania quien no soportó el ensordecedor ruido de los hinchas del  que finalmente se impuso con una victoria (2-0) en Estambul.

Uno de los jugadores más jóvenes y con mejor proyección de la Champions League,  en varios momentos del encuentro se tomó los oídos evidenciando una molestia por el ruido de las tribunas algo característico en los campos turcos y Besiktas no es la excepción. Además,

Werner pidió en un momento al utilero del equipo un par de tapones auditivos y poder concentrarse en su segundo partido de Champions League, pero pese a que el entrenador le alcanzó estos aisladores de ruido estos no tuvieron su efecto deseado efecto debido los elevados decibeles que producen las cuatro tribunas del estadio del Besiktas

Pero el artillero del Leipzig no podía más. Según información del diario Bild, el joven llegó a Turquía sufriendo problemas circulatorios y fue por eso que pidió ayuda al banquillo y allí le recomendó usar los tapones.

"Nunca he visto una atmósfera como esta en mi vida, no pude concentrarme pese a que este era un partido de la Champions League. Pedí unos tapones y tampoco me ayudaron. Todavía no me siento bien", dijo el propio Werner al acabar el partido, según el medio turco Capa Mag Spor.

El propio entrenador del conjunto alemán, Ralf Hasenhuttl, explicó el infernal ambiente del estadio de Besiktas: "Es imposible preparar a su equipo para una atmósfera como esta, hubo un ruido ensordecedor [y] al principio del juego nos afectó un poco", dijo el alemán que afronta su primera participación en la Champions League.  

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