Por Carlos Bernuy
Si a Pablo Bengoechea le dicen ‘profesor’ no sabemos en cuál materia lo es. Lo único que ya quedó claro es que no dicta disciplina. La fiesta que realizaron Carlos Ascues y Jean Deza, en sus únicas horas libres en la pretemporada, fue pasada por agua por el técnico, ignorada por el mismo club Alianza Lima y hasta defendida por algunos periodistas y claro, representantes de jugadores.
Frases como “deberían contratar a alguien que abra la puerta”, “yo no lo llamo falta, ellos decidieron hacer eso” o “¿tienen que vivir todo el año en Matute?” fueron parte de la peor conferencia de prensa del técnico blanquiazul desde que dirige aquí. Defendió lo indefendible y optó por el lado suave cuando debió exponer ante todos una dura crítica hacia un par de deportistas nada profesionales.
“Seguro en la interna lo maneja distinto”, dijeron algunos abogados defensores sin coherencia alguna. Deza y Ascues se expusieron públicamente hasta cargando las bolsas con ‘provisiones’ que se trajeron a la reunión. Entonces, la sanción tenía que darse de igual forma y esta tendría que haber sido la separación inmediata de ambos para que se siente un precedente en el resto del plantel y en el fútbol nacional. Pero no, se optó por el camino de siempre, aquel que conduce al olvido.
“No hay pruebas que hayan tomado”, fue otra frase ridícula emitida en un programa deportivo. El mismo Ascues lo confirmó cuando apareció, horas después de su fiesta, con una botella de cerveza en la mano en otra reunión. Por su parte, Deza ratificó lo malcriado que es al postear la frase “Que la cuenten como quieran...” sin una pizca de arrepentimiento. Demás está decir que ninguno de los dos se ha disculpado. La directiva del club también merece que la encaren y le pregunten ¿cómo pudo fichar este tipo de jugadores si ya conocían de sus antecedentes? Y aquí las miradas también apuntan a quienes llegaron para, se supone, invertir y mejorar la institución.
Mientras tanto, los hinchas de Alianza Lima compran abonos, camisetas y esperan ganar el título nacional este 2020. Con este tipo de profesionales y sus conductas podrán romperse la garganta alentando, pero terminarán sufriendo del hígado.