Han pasado cerca de tres años que Juan Gabriel nos dejó. Y aunque mucho se ha hablado sobre su muerte, con las historias que se han creado en base a él, gran cantidad de personas se preguntan dónde realmente descansan sus restos.
Como se sabe, el cantante, conocido también con el apodo de ‘Divo de Juárez’, falleció cuando se encontraba de gira en Estados Unidos, la mañana del 28 de agosto de 2016 tras sufrir un infarto agudo de miocardio. Al día siguiente, sus restos fueron cremados en Anaheim, California, por decisión de los hijos del artista.
Antes de morir, el artista, cuyo nombre era Alberto Aguilera Valadez, dio a conocer sus deseos de tener como última morada una casa en Ciudad Juárez, México. Y así fue, sus cenizas fueron depositadas en un inmueble de la calle 16 de setiembre.
Sin embargo, tras el allanamiento por parte de Alberto Aguilera Junior, quien dice ser su hijo, sus restos fueron llevados a otro lugar.
Guillermo Pous, albacea de Juan Gabriel, dijo en una entrevista al programa Mexicano Ventaneando que al conocer el mandato judicial, las cenizas fueron protegidas y retiradas. “Solamente se resguardaron por un incidente que hubo, cuando el señor [Alberto] Aguilera Araizar entró a la casa. Se tuvieron que sacar para resguardarse y se implementaron medidas de seguridad”.
Esta persona, quien es la encargada de hacer cumplir la última voluntad del cantante, dijo que después de este incidente y arreglos necesarios en dicha propiedad, las cenizas fueron devueltas.
“Una vez, habilitada la casa de nuevo, se restituyeron. Las cenizas siguen ahí descansando porque era donde don Alberto [Aguilera Valadez] quería estar”, indicó.
Asimismo, dio a conocer que tres propiedades del ‘Divo de Juárez’ aún se encuentran en poder de Pablo Aguilera, hermano del cantante, a quien le pidió devolverlas porque le pertenecen al primogénito y heredero del artista, Iván Aguilera.
“Esas propiedades, las de Parácuaro, son de Iván [Aguilera] y lo único que se le pide [a Pablo Aguilera] es que las devuelva. No hay razón para que él quiera conservarlas”, aseveró.
Finalmente, Pous informó que Juan Gabriel dejó todos sus asuntos arreglados, incluyendo los pagos de impuestos correspondientes.
La figura del artista y su fama suscitaron comentarios y críticas de toda índole. El escritor Carlos Monsiváis abordó en su obra Historias de pudor y liviandad el impacto de Juan Gabriel en la cultura mexicana.
“Juan Gabriel mezcla la herencia de José Alfredo y el repertorio de conjuntos norteños como los Alegres de Terán, y produce en series polkas, redovas, rancheras. Las sinfonolas sobrevivientes se atestan, los mariachis enriquecen su repertorio, y los traileros sostienen su insomnio gracias a las capitulaciones y recapitulaciones que interpretan Lola Beltrán, Lucha Villa, Lupita D’Alessio, Rocío Dúrcal, La Prieta Linda, Beatriz Adriana”, escribió.
Asimismo, en la misma obra comparó al cantante con Salvador Novo, debido a los insultos homofóbicos que ambos padecieron.
Su origen popular, su persistencia por el éxito y empatía con las personas por las composición de canciones sobre temas comunes como el desamor, la ironía sobre ello, la falta de dinero o la migración a los Estados Unidos fueron destacadas por todos.
También se le reconoce haber innovado dentro del género del mariachi, siendo un intérprete fuera del estereotipo machista que caracterizó a otros cantantes famosos e incluso la transformación de la vestimenta tradicional en colores como el rosa.
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