La sombra de la muerte llevó a Bruce Springsteen a escribir un disco que, paradójicamente, es “una celebración de la música, del rock and roll y de la experiencia de formar parte de una banda”, razón de más para grabarlo con la E-Street Band seis años después de su último trabajo conjunto.
“Siempre me ha costado escribir un disco de rock and roll, conseguir ese poderío físico y la profundidad, pero también me ha parecido siempre lo más satisfactorio”, afirma uno de los artistas que más electricidad ha inoculado en vena ante el grupo de periodistas, incluida la Agencia Efe, con los que por vía telemática ha querido compartir impresiones sobre su vigésimo álbum de estudio.
Se titula “Letter To You” (Sony Music) y, producido por él mismo y por Ron Aniello, viene precedido por la emoción de volverlo a ver tocar junto a Nils Logfren, Steve Van Zandt, Patti Scialfa y compañía, una reunión que no se producía desde “High Hopes” (2014) y que toma el relevo al último disco del “Boss” en solitario, “Western Stars” (2019).
En ese intervalo, Springsteen no escribió nada para la E-Street Band, ocupado como estaba en otros proyectos, como su biografía “Born To Run” o la intimista residencia de conciertos en Broadway. Precisamente regresando a casa de uno de ellos se produjo uno de los “dos curiosos incidentes” que le empujaron a este resultado.
“Me encontré a un chico, italiano creo, que me esperaba con una guitarra entre las manos. Pensé que quería que se la firmara. ‘No, no, es para ti’, me dijo”, cuenta.
Unos seis meses después falleció un amigo suyo, George Theiss, con el que había coescrito las primeras canciones de su vida y con el que formó su primera banda musical, The Castiles, convirtiendo a Springsteen en el último miembro superviviente de la misma.
“Fue un sentimiento muy extraño y potente lo de volver a mis recuerdos de juventud y a todas esas personas que habían significado tanto en mi vida y que ya no estaban. Escribí una canción llamada ‘Last Man Standing’ (”El último hombre en pie", en español) y, después, en unos 7 días tenía todas las canciones hechas con la guitarra que aquel chico italiano me había regalado", explica.
No es de extrañar por tanto que este álbum trate “sobre la música, sobre el rock and roll y sobre la alegría de estar en una banda”, ni tampoco que lo grabara junto a los que han sido sus compañeros durante aproximadamente 40 años, “hambriento” como estaba de volver a su vera y “consciente” de lo mucho que el público lo deseaba.
Parte de la viveza conseguida procede del hecho de que no hubo “demos” previas. “Suelo contar con ellas, pero es un error, porque luego quedas muy sujeto; esta vez quise dejarme llevar por lo que la banda sugería y que la primera vez que lo escuchara fuese con ellos tocando”, recuerda sobre un proceso en el que los temas se alumbraban a una media de dos por día, convirtiéndose este en uno de los discos más rápidos de su carrera.
Desde “Born In The U.S.A.” (1984) no seguía ese sistema y todo ello ha quedado registrado doblemente, pues junto con el disco se lanzará a través de Apple TV el documental que, dirigido por Thom Zimny, muestra el proceso de grabación con la E-Stret Band tocando al unísono en el enorme estudio que Springsteen posee en su casa de Nueva Jersey, casi “otro personaje más” de la historia.
Toda esa sencillez e inmediatez se ha llevado a la instrumentación. “No quería nada que no formara parte de una banda clásica de rock”, argumenta el músico, para quien todo se ha teñido con el color de aquellos tiempos en los que empezaba a tocar con The Castiles.
“El rock and roll es muy simple. El 90% se aprende en los dos o tres primeros años en los que empiezas a tocar, así que mucho de lo que sé y de lo que sigo empleando a día de hoy lo aprendí en aquel grupo de adolescencia”, asegura.
En su viaje al pasado, Springsteen ha recuperado algunos cortes que nacieron hace décadas pero que nunca había publicado, como “Janey Needs A Shooter”, que transporta al oyente a aquel escritor de canciones de los primeros tres discos del “Boss”, pero sin desentonar con el material nuevo.
“Song For Orphans”, por su lado, es la historia de aquellos que luchan contra sus miedos, sus dudas y por su lugar en el mundo, tras volver la mirada a sus propias “inseguridades como guitarrista” cuando en 1972 preparaba “Greetings From Asbury Park, N.J.” (el cual recibiría los parabienes del mismísimo Bob Dylan).
“Creativamente siempre empiezo desde dentro hacia fuera, no con un concepto o una idea sobre qué quiero escribir, sino que intento más bien captar lo que estoy sintiendo”, apunta.
Y si en “Ghosts” homenajea a las bandas y a aquellos que se quedan por el camino, “House Of A Thousand Guitars” (su favorita) está dedicada a la interacción con el público para convertirse en “el alma y corazón de este disco” que verá la luz el próximo 23 de octubre.
“Esa alquimia con la gente es lo que me ha interesado durante toda mi vida creativa y lo que sigue empujándome a subirme a un escenario”, apostilla.