Son los más engreídos y traviesos del Zoológico Huachipa. Se trata de Coyita, Juanita, Anku, Uku, Puqui, Petsi, Yogui y Pandú, los graciosos ositos de anteojos que serán homenajeados por el Día Internacional para la protección del oso andino.
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Estos ocho ejemplares forman parte de la ‘Colección de Oro de Osos de Anteojos’, mamíferos que llegaron a este espacio de Lima Este en malas condiciones, rescatados del trabajo de circo y tráfico ilegal de fauna silvestre, y que ahora viven en un santuario que recrea su hábitat natural.
La situación de cada oso del zoológico es particular. Por ejemplo, Coyita, la joven osa de anteojos de cinco años y medio, era usada como muñeco por los niños y visitantes, quienes se acercaban a tomarse fotos a su lado en el circo. Otro caso sensible es del inquieto Pandú, que fue rescatado de una jauría de perros en San Ramón, selva central de Junín. “Pandú llegó cuando tenía un mes y medio. Era temeroso de los humanos, pero poco a poco fue confiando en nosotros”, recordó su cuidador Luis Ramos.
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Los ocho ositos gozan de cuidados médicos especializados. Asimismo, en este recinto, los profesionales preparan enriquecimientos de comida envueltos en cajas de regalo, con el fin de que los osos exploren, corran, jueguen y coman. Además, trabajan con determinadas técnicas para que no sufran estrés por el cautiverio.
El querido y gracioso oso de anteojos ‘Pandú’ fue elegido como el ganador del premio la ‘Garra de Oro’ del Zoológico de Huachipa tras superar en una reñida votación a la leona ‘Leonarda’ y el pingüino de Humboldt ‘Pirata’, que buscaba condecorar al animal favorito del público visitante durante el año 2022.
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El inquieto osito está próximo a cumplir cinco años, y es el menor de una colonia de siete individuos de esa especie que cuenta este popular centro eco recreativo. ‘Pandú’ llegó a Huachipa siendo una cría de solo semanas de nacido, presentaba severos daños corporales y deshidratación, producto del tráfico ilegal de fauna silvestre.
Su cuidador Luis Ramos recuerda que ‘Pandú’ vivía en una zona alejada de la selva peruana y era criado junto a un grupo de perros. “Llegó con heridas y mordeduras en todo su pequeño cuerpo. Hubo que hacer un trabajo en equipo del staff de Fauna para lograr su recuperación y sobre todo que tuviera confianza para que pueda vivir tranquilo”, explicó.
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Ahora la situación es otra ya que el osito se ha convertido en el nuevo engreído de los visitantes y producto a ello ganó el premio la ‘Garra de Oro’ y fue recompensado con un enriquecimiento ambiental que contenía sus alimentos preferidos y una sorpresa.
“La idea del premio, es llamar la atención de la comunidad en general acerca del cuidado de las especies en extinción, en riesgo de vulnerabilidad y detener el tráfico ilegal de fauna”, sostuvo Pilar Martínez, representante del zoológico.
A ‘Pandú’ le encanta consumir frutas, como: manzanas, uvas y sandias, avena con miel
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