Adolescentes y madres luchando cada punto del vóley, padres jugando futbol con sus hijos, niños con baldes y lampas armando castillos en la arena y los perritos corriendo por toda la orilla. En la popular playa ‘Costa Azul’ del distrito chalaco de Ventanilla se concentraron centenares de familias que disfrutaron un domingo ameno, libre de alcohol, comida, comercio y acatando las restricciones dadas por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus.
El escenario parecía transportar a las personas a balnearios de los años 70 u 80, donde no había peleas o borracheras.
La familia García fue en grupo de 10. Todas las generaciones. No tuvieron sombrilla, pero un buen bloqueador los protegió del inclemente sol. Unas frutas también fueron necesarias para refrescar. La música, en radio o USB, fue fundamental para darle aún más vida al ambiente.
“Vinimos de la zona de Pachacútec. Mañana todos volvemos al trabajo y queremos disfrutarlo bien”, dijo Jorge.
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Los Ugarte tampoco se quedaron atrás y se dieron un chapuzón con su engreído ‘Firulais’. Llegaron de Lima Norte y se quedaron horas. Ellos y muchos más arribaron en auto, mototaxi o a pie para disfrutar del primer domingo del 2022. A muchos niños los enterraron en la arena. Juegos de antaño. Todos respetando la ley.
EXHAUSTIVA REVISIÓN
Para que no haya riesgo de contagio, fiscalizadores municipales, serenos de Ventanilla y la Policía Nacional controlaron el ingreso. Revisaron cada mochila, bolsas o maletines que traían los veraneantes.
Fue obligatorio presentar carné de vacunación y DNI, y estaba prohibido introducir licores, comida y armas punzocortantes y de fuego. Un aviso gigantesco les advertía de las prohibiciones.
Luego de la revisión, los vecinos ya podían disfrutar del día. La noche llegó y todo seguía en paz.
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