Un vídeo recientemente publicado por el Monterey Bay Aquarium Research Institute, en California, ha dado más detalles sobre los tiburones fantasma.
También llamados quimeras, los tiburones fantasma tienen ojos muertos y aletas extrañas, y rara vez han sido vistos por la gente.
De acuerdo a un artículo de Jason Bittel, en la web de National Geographic, estas criaturas, familiares de los tiburones y peces raya, se separaron de estos grupos hace unos 300 millones de años.
Sin embargo, lo que pocos saben es que los tiburones fantasma habitan en las profundidades mucho antes que los dinosaurios, pero aún sabemos muy poco sobre ellos.
En 2009, el Instituto de Investigación del Acuario de Monterrey Bay envió un vehículo de control remoto para realizar inmersiones profundas en las aguas de California y Hawái. Fue ahí cuando capturaron imágenes sorprendentes de un tiburón fantasma.
Lo curioso es que el equipo no estaba buscando tiburones fantasma.
"Los chicos a cargo del video eran en realidad geólogos", dice David Ebert, director del programa para el Centro de Investigación de Tiburones Pacífico en Moss Landing Marine Laboratories.
Cuando revisaron las imágenes se dieron cuenta que no se trataba de un tiburón ordinario, sino de una especie de tiburón fantasma poco conocido.
Así fue que descubrieron -con ayuda de David Ebert- que se trataba de un quimera azul (de nariz puntiaguda Hydrolagus Trolli), una especie que normalmente se encuentra cerca de Australia y Nueva Zelanda, de acuerdo con un estudio reciente en la revista Marine Biodiversity Records.
Aunque este tiburón fantasma no es nuevo para la ciencia, sigue siendo emocionante. El video lo muestra por primera vez en su hábitat natural.
A diferencia de los tiburones más conocidos, el tiburón quimera azul no tienen hileras de dientes desiguales. Se alimenta de moluscos, gusanos y otros organismos bentónicos (organismos que habitan el fondo de los ecosistemas acuáticos).
El quimera azul tiene un patrón de canales abiertos en su cabeza, llamados canales de línea lateral, que contiene células sensoriales que detectan el movimiento en el agua y los ayuda a localizar su comida.
Pero tal vez lo más fascinante del quimera azul es que tiene un órgano sexual retráctil en su frente.