¡No tienen miedo de ser vistos ni capturados! Avezados delincuentes tienen en la mira las zonas más exclusivas de Lima para hacer de las suyas. Esta vez, su objetivo son lujosos edificios de Miraflores y Surco, a los cuales entran con total frescura para llevarse costosas bicicletas.
Según consignó Buenos Días Perú, uno de estos robos se registró en la cuadra 1 de la calle Segovia en Surco. Las cámaras de seguridad de la zona captaron a dos delincuentes que caminan por la vía y se percatan que un edificio se encuentra sin personal de seguridad.
Uno de los ladrones forcejea la puerta del edificio, mientras que el otro funge de campana. Tras unos minutos, logran abrir la entrada y, como para despistar, caminan hasta la esquina para luego regresar por su botín.
Los delincuentes ingresan al edificio y ven una bicicleta estacionada en la entrada. Mientras uno se queda allí, el otro se quita las zapatillas para ingresar al estacionamiento y no hacer ruido.
El ladrón camina de puntas y cargando su calzado cuando un ruido lo sorprende y se va. Finalmente es su compinche quien, utilizando la misma técnica, ingresa al estacionamiento y se lleva una bicicleta. Finalmente ambos se van del lugar a bordo de las bicicletas que robaron.
En Miraflores, otro ladrón se hizo pasar como visitante para ingresar a un exclusivo edificio. Según se ve en las cámaras de seguridad, baja por el ascensor hasta el estacionamiento y escoge la bicicleta más cara para llevársela.
Con la bicicleta, el sujeto pasa por la recepción y se topa con el portero, quien parece sospechar del robo pero no hace nada por frenarlo. Finalmente, el ladrón se va con el botín.
Otro caso fue el de un delincuente que trepó una reja para ingresar a una casa y llevarse una bicicleta. Con gran experiencia, el sujeto logra pasar el vehículo menor por encima las rejas para luego irse a bordo de él.
Según Buenos Días Perú, el índice de robo de bicicletas se ha incrementado en los últimos meses. Los afectados por esta modalidad crearon una página de Facebook donde denuncian los robos y que los ladrones venden sus vehículos menores en Las Malvinas, donde les cambian de color para evitar que sean reconocidas por sus dueños.