En el transcurso del embarazo de sus parejas, los hombres suelen presentar una disminución en la producción de testosterona o un aumento de estrógenos y prolactina, lo que los lleva a que también puedan sufrir vómitos o antojos como las mujeres. A estos cambios se les conoce como síndrome de Couvade, que es la aparición de síntomas propios del embarazo en el hombre mientras su pareja está embarazada.
De acuerdo con María Elena Escuza, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, potenciada por Arizona State University, un hombre puede sentir diversas emociones al enterarse de que será padre, dependiendo de las circunstancias particulares de cada uno, si el embarazo estaba previsto, si es una pareja estable, de la situación económica etc., es decir, las emociones están íntimamente relacionadas con el contexto en el que vive el hombre. En ese sentido, conoce cuáles son cambios emocionales que experimenta el padre durante el embarazo de su pareja:
- Temor a lo desconocido. Detrás de este síntoma se encuentra la ansiedad, el estrés y el miedo. El inicio de una nueva etapa en la que tendrá que salir de su zona de confort lo atemoriza elevando sus niveles de ansiedad. Asimismo, su preocupación está relacionada a la salud del bebé, a la de su pareja, pero también, a él, al pensar constantemente si será capaz de asumir su nuevo rol como papá.
- Cambios de humor. Al igual que las mujeres, los hombres también pueden experimentar cambios de humor durante el embarazo, especialmente, durante las primeras semanas. Sienten preocupación ante la cercanía de su paternidad, así como alegría de que el momento llegue pronto. Pueden pasar de la tranquilidad a la ansiedad o de la dulzura a la irritabilidad.
- Antojos extraños. En el transcurso del embarazo los hombres suelen presentar una disminución en la producción de testosterona o un aumento en la producción de estrógenos y prolactina, lo que los lleva a que también puedan sufrir vómitos o antojos como las mujeres.
La especialista explica que estos cambios se presentan de manera diferente en un padre que convive con su pareja y en los que están separados, porque ser padres separados se impone como una nueva categoría social a la que es necesario prestarle atención. “Es muy distinta la situación de padres separados a la de los padres que viven juntos. Como cada situación es particular, no es posible generalizar el sentir de cada padre, dependerá mucho de la situación en la que se encuentre con la madre de los hijos, de ser una situación armoniosa las cosas podrían marchar mucho mejor. En el caso de existir conflictos graves, en los que se llega incluso a los tribunales, los hijos resultarán afectados y de la misma forma el padre”, agrega Escuza.
Por otro lado, los hombres también sufren depresión postparto y éstas son sus principales causas y consecuencias:
• Dificultad para establecer un lazo de apego con el bebé.
• Cambios en la relación íntima.
• Carencia de retribuciones de la crianza.
• Carencia de un buen ejemplo masculino.
• Estrés en el trabajo o financiero.
“La depresión posparto es frecuente entre las mujeres y, en muchos casos, desconocemos que también puede afectar a los hombres. Dicen las estadísticas que la depresión posparto en hombres –conocida como depresión posparto paterna– puede afectar hasta a uno de cada cuatro padres, y la cifra aumenta a uno de cada dos si la pareja padece de depresión posparto materna. Asimismo, la depresión perinatal o posnatal es una afección que puede llegar a ser grave y que puede durar dos semanas o más. Los síntomas de la depresión en los padres recientes podrían incluir: sentimientos profundos de tristeza, preocupación o ansiedad”, indica la especialista de la Universidad Norbert Wiener.
La depresión post parto masculina es un padecimiento poco conocido y que en muchos hombres podría causar vergüenza, temor o ansiedad, debido a que al ser un síndrome que afecta el estado de ánimo, altera la forma de percibir las cosas y los problemas cotidianos tienden a magnificarse.
“El tratamiento dependerá tanto de la severidad de los síntomas, así como de su duración. De ser corta y no afectar severamente la vida de la persona no requeriría un tratamiento específico, en todo caso, una orientación por el especialista sería lo aconsejado. En el caso de que los síntomas alteren severamente a la persona, se deberá consultar a un especialista en salud mental, ya sea psicólogo o psiquiatra para tener el tratamiento más adecuado”, concluye Escuza.