¿ELLA ERA EL OBJETIVO? El sanguinario asesinato de la joven abogada Andrea Vidal Gómez, acribillada con más de 40 balazos, sigue siendo un enigma para la Policía y sus familiares que siguen preguntándose si la fallecida extrabajadora del Congreso fue víctima de un crimen por encargo vinculado a una red de prostitución al interior del Parlamento o su muerte fue simplemente producto de la inseguridad ciudadana.
Su madre, que por años trabajó como fiscal investigando diversos delitos, habló por primera vez en nombre de su primogénita, una bella abogada cuyo crimen ha trascendido las barreras de lo policial y ha remecido los cimientos de nuestra política.
“Si ella hubiera tenido amenazas, me habría contado. Nunca me dijo que la llamaban. Necesito saber si mi hija fue el objetivo, mi corazón me dice que no”, sostuvo la exfiscal María del Pilar Gómez, madre de Andrea Vidal.
Hasta septiembre pasado, Andrea se desempeñó como asesora de Jorge Torres Saravia, exjefe de la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento acusado de haber encabezado presuntamente una red de prostitución en ese poder del Estado, pero su madre pidió que dejen de relacionar a su hija con ese caso.
“Quiero que paren de hablar de Andrea, hasta los congresistas toman su nombre. Quiero que entiendan que mi hija es una víctima, no es la culpable. Todavía no la califiquen, porque todavía no está probado, por favor”, lamentó.
La joven estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y, antes de ingresar al Legislativo, laboró en el Gobierno Regional del Callao.
“Andrea era una niña que cualquier padre podría sentirse orgullosa de ella. Había logrado en su vida algunas cosas que muchos lo realizamos de mayores; ella lo había hecho pronto, había corrido demasiado, rápido comenzó y rápido se fue. Todo lo hizo rápido, hasta se murió rápido”, contó entre lágrimas su progenitora.
El asesinato de Andrea Vidal se produjo cuando estaba a solo dos cuadras de su casa en La Victoria. Ella iba en un taxi, cuyo conductor, el venezolano José Daniel Vargas Briceño, murió inmediatamente. En el lugar se encontraron más de 40 casquillos de bala.
Sobre el caso se abrieron dos carpetas fiscales: una por el homicidio de la joven y otro por el presunto delito de explotación sexual. En esta última se involucró al extitular de la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento, Jorge Torres, quien sería el cabecilla de una presunta red de prostitución y exjefe de Andrea.
La muchacha es señalada de presuntamente haber actuado en complicidad con Torres Saravia para contratar a féminas para prestar ‘servicios’ a funcionarios, congresistas y colaboradores del Paramento.
Según las fuentes consultadas por el diario Perú 21, se manejan tres hipótesis sobre el caso, estas son:
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