Al igual que Martha Huatay, la también sentenciada por terrorismo Maritza Garrido Lecca, quien salió en libertad en 2017 tras cumplir sus 25 años de condena, salió del país a mediados del año pasado para radicarse en Argentina, a pesar de que todavía no termina de pagar la reparación civil que le debe al Estado peruano por su vinculación con Sendero Luminoso.
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Según informó el diario ‘El Comercio’, la bailarina, quien ocultó en su vivienda al cabecilla terrorista Abimael Guzmán y a la cúpula de Sendero Luminoso hasta su captura en septiembre de 1992, abandonó el país el 3 de julio del año pasado y, desde ese día, no ha retornado del territorio argentino y todo hace suponer que se quedó a vivir en ese país.
Fuentes judiciales comentaron a este medio que, una vez liberada, Garrido Lecca quedó sin impedimento para dejar el país y que solo tenía pendiente el pago de una reparación civil de 50 mil soles. De esa cifra, señalaron, solo se le pudo cobrar 10 mil soles, pero todavía debía 40 mil soles al Estado peruano.
Maritza Yolanda Garrido Lecca Risco nació el 27 de marzo de 1965. “Era muy creyente. Hizo sus prácticas en El Agustino, luego en Pamplona. Con su tía Nelly Evans, una ex religiosa prima hermana de su mamá, hacía obra social en colegios Fe y Alegría. Por esa época se fue a dormir a Villa El Salvador para guardar sitio y poder ver al papa Juan Pablo II”, contó una fuente cercana a la sentenciada por terrorismo al diario ‘El Comercio’ en el año 2017, cuando iban a cumplirse sus 25 años de prisión.
Fue su tía, Nelly Evans Risco, miembro de Sendero Luminoso, quien le presentó las ideologías terroristas de Abimael Guzmán. Ella también estaba muy inclinada a la religión, incluso fue monja de la Congregación de las Hermanas Siervas del Corazón Inmaculado de María. Más tarde, dejó los hábitos y los rosarios.
“Religión y justicia social son factores que han movido un montón en esa época. A eso le sumas intelectualidad y puede ser una combinación complicada”, agregó la fuente . Todos los factores de Maritza Garrido Lecca, quien había recibido una educación de primera. Egresada del colegio Sophianum, uno de los más caros del país, y docente educada en la Universidad Católica del Perú, una de las más prestigiosas de Lima. Esta mujer dejó toda su buena educación de lado cuando se convirtió en cómplice de uno de los genocidas más grandes de nuestra historia.
En setiembre de 1992 fue capturada por encubrir y ocultar a Abimael Guzmán Reynoso, líder del movimiento terrorista Sendero Luminoso. Las fuerzas de inteligencia policial habían buscado por años al ‘Presidente Gonzalo’, alias con el que sus camaradas terroristas lo identificaban. Este se encontraba oculto en la casa de Surquillo de Garrido Lecca, que funcionaba como escuela de danza.
En el primer piso, niñas aprendían ballet y seguían las instrucciones de su profesora Maritza. En el segundo piso, se encontraba escondido el máximo terrorista y destructor de los derechos humanos de nuestro país: Abimael. Luego de un seguimiento exhaustivo, los policías pudieron realizar la captura del terrorista y arrestaron a la mujer que le había servido como fachada.
Luego de su arresto, la bailarina confesó no sentirse arrepentida por su complicidad en los actos terroristas de Guzmán. Así, la mujer que una vez juró uno de los máximos mandamientos de su religión, “no matarás”, se convirtió en una de las principales seguidoras del genocida más importante de nuestra historia.
“El arrepentimiento es la cuestión más baja moralmente, a mi modo de pensar”, este es el pensamiento que Maritza Garrido Lecca confesó en una entrevista, luego de ser encarcelada.
Fue inicialmente condenada a cadena perpetua y recluida en el penal de Yanamayo, Puno. Esa pena se anuló en el 2002. En el 2005, fue condenada a 20 años de prisión por terrorismo, pena que fue aumentada a 25 años en el 2006.
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Cumplida su sentencia por terrorismo y tras verificarse que no tenía otro proceso pendiente, fue liberada el 11 de septiembre del 2017.
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