POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación

Freyre Prieto García (46) es un humilde agricultor de ‘Inviernillo’, un pueblito de Pomalca, en Chiclayo. No gana ni el sueldo mínimo vital, pero tiene un inmenso coraje porque –como bien dice– ‘los pobres tenemos honor y principios’.

La semana pasada, Prieto estuvo en Lima y se presentó en algunos medios para contestar una calumnia del congresista , considerado el ‘gatillero’ de y . El año pasado, Becerril lo acusó de ser miembro de una organización criminal dedicada al tráfico de terrenos.

“Yo no soy un criminal ni traficante de terrenos. Tal vez él y sus hermanos lo sean. El año 2008, cuando Becerril era jefe de seguridad de la empresa azucarera Pomalca, me quitó violentamente mi propiedad con sus matones. Yo probé esa ilegalidad y fue sentenciado a 4 años de prisión suspendida. Pero luego, cuando apeló, una sala superior de Lambayeque lo absolvió sin que yo me enterara”, dijo el agricultor cuando lo entrevisté.
El proceso judicial que terminó absolviendo a Becerril, en efecto, tiene situaciones legales alucinantes, como en los libros de John Grisham, el maestro de las novelas judiciales norteamericanas.

El 21 de junio del año 2008, Becerril con una veintena de hombres armados y sus rostros cubiertos, desalojaron a Freyre Prieto de su terreno de 11,250 metros, que lo tenía debidamente registrado a su nombre. Lo sacaron en vilo, a punta de empujones y de insultos.
Freyre denunció a Becerril ante la Fiscalía y un juzgado de Lambayeque con una prueba irrefutable: el video que un sobrino suyo grabó subrepticiamente. Allí aparecía Becerril dirigiendo y ordenando a sus matones la violenta operación de desalojo.

El 26 de octubre del 2009, la jueza Mirtha Villacorta Núñez sentenció a Becerril a cuatro años de prisión suspendida por el delito contra el patrimonio y usurpación agravada. Freyre saltaba de alegría, pues Becerril también debía pagarle 4 mil soles por reparación civil.

Becerril apeló ante la Primera Sala Penal Liquidadora, integrada por los vocales García Ruiz, Figueroa Gutarra y Seclén Núñez. Seis meses después –en una sentencia de solo ¡dos hojas!– esos magistrados lo absolvieron, pese a que el fiscal superior pidió que se confirmara la sentencia y las abundantes pruebas.
Becerril quedó libre de polvo y paja, pero el agricultor Freyre Rodríguez ni lo sabía. Su abogado no le había avisado de la apelación y se guardó las notificaciones.

¿Quién era su abogado? El doctor Joni Neyra Rojas, quien el año 2014 fue nombrado por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) –donde Becerril tiene conocidas influencias– como fiscal titular. Y el año siguiente, la Fiscalía de la Nación lo designó fiscal anticorrupción de Maynas, Loreto. “El año pasado, cuando lo busqué para reclamarle, el abogado se me corrió y no me quiso dar la cara”, afirmó el agricultor.

Este caso era totalmente desconocido por la opinión pública limeña hasta el 27 de agosto del año pasado, cuando el conocido periodista Daniel Yovera, del programa ‘Cuarto Poder’, difundió las imágenes de aquel violento desalojo que sufrió Freyre Prieto en junio del 2008, donde el hoy congresista Becerril tuvo un papel abusivo.

Al día siguiente de la difusión del reportaje, Becerril, fiel a su estilo, dijo que los desalojados (o sea el agricultor Prieto) pertenecían a una organización criminal.

‘A mí me dolió en el alma que me acusara de criminal’, nos dijo Prieto, quien la semana pasada, con la ayuda de unos familiares, llegó a Lima y le respondió a Becerril a través del programa de la periodista Mávila Huertas y del diario ‘La República’, y hoy a través de Trome.

‘Los que se están apropiando de terrenos son los hermanos Becerriles’, afirmó. Nos entregó un documento de los Registros Públicos donde, en efecto, consta que Wilfredo Becerril Rodríguez, hermano del parlamentario, es propietario de un terreno de 98 hectáreas en el fundo Pampa Grande y el Palmo de Chongoyape, en Chiclayo.

Freyre Prieto dijo que temía por su vida y pediría garantías personales. ‘Si me pasa algo, el congresista Becerril será el responsable’, afirmó.

Becerril no ha querido responder a ningún periodista sobre lo dicho por el humilde agricultor, pero las autoridades deben estar alertas.
Hay un hecho que aún permanece en el misterio. En su hoja de vida, Becerril no consignó que el año 2000 fue decano del Colegio Químico Farmacéutico de La Libertad. ¿Por qué no anotó ese cargo tan prestigioso? Tal vez la ‘unidad de investigación’ de su partido Fuerza Popular lo sepa. Pero, como bien decía el maestro del periodismo Enrique Zileri, todo se llega a saber. Nos vemos el otro martes.

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