El congresista Enrique Fernández Chacón (Frente Amplio) aseguró haber estado muy cerca de morir a consecuencia del coronavirus (COVID-19), que padeció desde el 7 de junio, y reveló que su hijo ya estaba “calculando dónde” lo “iban a cremar”.
El legislador, quien se reincorporó este lunes a sus funciones en el Parlamento, indicó que estuvo más de 40 días en coma inducido y destacó el “espíritu de lucha” de los pacientes que superan al COVID-19.
“Ha sido una batalla muy dura contra el virus, pero aquí estoy. Ya estaba desahuciado, estaban calculando dónde me iban a cremar. Honestamente, yo me la pasé dormido y me he despertado después de 40 y tantos días”, sostuvo en diálogo con la prensa.
“Cuando mi hijo [que es médico] ya estaba preparando todas las cosas para la cremación, se va a despedir de mí y yo reacciono en ese momento y él se sorprendió porque yo ya estaba para el otro lado”, señaló.
Fernández Chacón agradeció al presidente del Congreso, Manuel Merino, por sus gestiones para que pueda ser internado en una clínica local, ya que ningún establecimiento médico lo recibía debido a su delicado estado de salud.
“Voy a agradecer al presidente del Congreso [Manuel Merino] la gestión que ha hecho, porque a mí no me quisieron recibir en ninguna clínica. Igual que todos, porque creían que era un trabajador común y corriente, un viejo común y corriente, entonces, iba a la clínica y no encontraba cama”, explicó.
“Había pasado por todas las clínicas y hospitales y nadie me recibía porque no quise decir: ‘soy el congresista tal’, pero como vi que eso no funcionaba, entonces pasó eso”, detalló.
El congresista de 78 años confirmó el pasado 7 de junio que había dado positivo en una prueba para detectar coronavirus. Desde entonces, fue internado en la clínica Ricardo Palma, donde fue inducido a un coma y recibió atención médica hasta mediados de julio. El 22 de ese mes pidió que le dieran de alta.