Brucelee Bermudo Guerra, afiliado al partido Alianza para el Progreso (APP) y cercano al gobernador Wilfredo Oscorima, fue detenido hace unos días debido a una orden de captura emitida por la justicia de Estados Unidos. Sin embargo, de acuerdo con un reportaje de Cuarto Poder, posteriormente fue liberado por una decisión judicial, pese a las acusaciones que lo vinculan al narcotráfico internacional.
Según el Tribunal del Distrito Este de Texas, Bermudo sería responsable del envío de hasta dos toneladas mensuales de cocaína desde el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) hacia México, con destino final a ciudades estadounidenses como Chicago, Baltimore y Detroit.
La acusación se sustenta en interceptaciones telefónicas, reportes de la embajada de Estados Unidos y testimonios de colaboradores eficaces mexicanos que lo señalan como un abastecedor clave del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
La Dirección Antidrogas (Dirandro) lo capturó el 27 de octubre en la provincia de Bagua, en la región Amazonas, luego de un prolongado seguimiento policial, y fue trasladado a Lima con fines de extradición, a pedido de las autoridades norteamericanas.
Sin embargo, la jueza Lorena Sandoval, del Octavo Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, dispuso su libertad inmediata, argumentando que Bermudo contaba con arraigo domiciliario, laboral y familiar.
La decisión judicial no fue compartida por la fiscalía especializada en tráfico ilícito de drogas, que presentó una apelación. Los fiscales sostienen que Bermudo no acreditó domicilio fijo, ni trabajo estable, y que su captura se produjo en una región distinta a la que declaró como residencia habitual.
El expediente judicial enviado por Estados Unidos incluye testimonios de dos colaboradores eficaces mexicanos que lo ubican como proveedor directo de droga para el Cártel de Sinaloa. También hay evidencias de movimientos ilícitos desde el Vraem hacia el puerto del Callao, y de ahí hasta el puerto mexicano de Manzanillo.
El proceso de extradición iniciado por la justicia norteamericana contempla dos cargos de tráfico de drogas, con penas que podrían alcanzar la cadena perpetua y multas de hasta 10 mil millones de dólares.
Mientras tanto, su paradero actual es incierto. La Policía Nacional ha informado que desconoce dónde se encuentra Brucelee Bermudo tras su liberación. Solo se sabe que fue dejado en libertad por disposición judicial, y que el proceso de extradición sigue en trámite.
Bermudo también figura en las investigaciones del caso ‘Gambeta0, una operación internacional que desarticuló una red de narcotráfico integrada por ciudadanos peruanos, mexicanos, venezolanos y guatemaltecos. Esta organización habría utilizado rutas encubiertas —denominadas “gambetas”— para evadir los controles policiales y aduaneros.
Durante las pesquisas se descubrió que la red operaba laboratorios clandestinos en el Vraem y exportaba grandes remesas de cocaína a través de empresas de fachada dedicadas a la exportación de cartón prensado o metal reciclado. En noviembre de 2024, las autoridades incautaron 1.4 toneladas de cocaína en Puente Piedra, Lima, y en marzo de 2025, una carga similar de 1.1 toneladas fue decomisada en Tarragona, España.
De acuerdo con la Dirandro, Brucelee Bermudo era el principal proveedor de droga producida en el Vraem y coordinaba el envío de los cargamentos hacia los puertos del norte del país y del Ecuador, desde donde partían con destino a Europa y Estados Unidos.
En paralelo a las investigaciones, Bermudo llevaba una activa vida pública. En las elecciones municipales de 2022, postuló a la alcaldía del distrito de Sivia (Ayacucho) por el movimiento regional Wari Llaqta, junto al actual gobernador Wilfredo Oscorima.
Además, su empresa Consultora Ethan B/A EIRL facturó más de 6.9 millones de soles al Estado en 2022 mediante contratos con municipalidades del Vraem. Otra firma de su entorno, Corporación Max B&G SAC, también obtuvo contratos públicos por más de 3 millones de soles entre 2019 y 2021.
Agentes de la Dirandro y la DEA ya lo tenían bajo seguimiento durante su incursión política. Las pruebas lo vinculaban a una red de tráfico internacional que coordinaba el envío de cocaína desde el Vraem hacia el extranjero. Según la investigación policial, su rol era estratégico: garantizar la salida de la droga, acopiarla en almacenes del norte y facilitar su exportación bajo la fachada de productos reciclados.
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