En , un empresario hotelero y su esposa vivieron momentos de terror cuando fueron amenazados de muerte por un extorsionador, poco después de dar a luz. La identidad del empresario se mantiene en reserva debido al temor que siente por la seguridad de su familia y a las violentas acciones de los extorsionadores.

C04-extorsión

El fatídico episodio quedó registrado en las cámaras de seguridad del hotel el pasado 18 de mayo. Las imágenes muestran a Antonio Fasanando Sánchez, un delincuente con antecedentes penales, quien llega al lugar decidido a demostrar que sus amenazas son reales. Vestido con un short de jean y una polera negra, Fasanando realizó varias llamadas antes de ingresar al hotel encapuchado y abrir fuego sin ningún reparo. A pesar de los disparos, las amenazas no cesaron.

El empresario, desesperado por proteger a su familia, decidió tomar medidas. Presentó una denuncia y los agentes de la división de secuestros iniciaron negociaciones con el extorsionador, quien se hacía llamar Wilber Saire Susaya al momento de contactarlo.

Se llegó a un acuerdo para entregar el dinero exigido en la puerta del hotel, pero el extorsionador envió a un cómplice que desconocía que la situación estaba controlada por los agentes de secuestros y extorsiones. Fue en ese momento que tanto Antonio Fasanando como el taxista que lo transportaba fueron detenidos.

Las autoridades confirmaron que Fasanando era el verdadero nombre del extorsionador, y se descubrió que contaba con un amplio historial criminal. Había sido arrestado previamente en Barranca en 2016 después de cometer un violento asalto y había salido de la prisión de Carquin apenas unos meses antes. Sin perder tiempo, regresó a la delincuencia.

El delincuente tenía más acusaciones de cobro de cupos

Sin embargo, durante los dos meses que estuvo en libertad, Fasanando y su banda no solo se enfocaron en el empresario hotelero. También aterrorizaron a empresarios del transporte, dejando huellas de balazos y sembrando miedo en su camino. Luis Riega, abogado de una empresa pesquera que cubre la ruta Ate-Callao con más de 100 unidades, describió el terror que vivieron cuando Antonio Fasanando los atacó el mismo 18 de mayo. Las cámaras de seguridad de la empresa de transporte registraron las amenazas de este extorsionador, quien utilizaba una capucha para ocultar su identidad antes de sacar su arma y disparar.

Si bien Antonio Fasanando se encuentra nuevamente tras las rejas, las secuelas de su violencia todavía son visibles en la puerta de la empresa de transporte, recordando los momentos de terror vividos por los trabajadores.

Estos dos casos son ejemplos de empresarios que decidieron denunciar y de una rápida intervención policial que logró poner fin a días de angustia y miedo. Sin embargo, la modalidad delictiva de la extorsión continúa en aumento y ha cobrado numerosas vidas en todo el país. Las autoridades instan a la población a estar alerta, denunciar cualquier acto sospechoso y colaborar en la lucha contra este flagelo que afecta a la sociedad.

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