Cansados de ser víctimas de la delincuencia y que las autoridades les den la espalda, un grupo de vecinos de la cooperativa de vivienda Santa María, en San Juan de Lurigancho se han organizado y han amenazado con linchar a los asaltantes ‘raqueteros’ con un cartel con la frase “Ratero si te agarramos, te linchamos”. Esto como medida para frenar la ola de atracos a mano armada que se registran todos los días.
El último violento atraco fue cometido en la calle D cuando una pareja de delincuentes armados bajaron de un mototaxi y encañonaron a una mujer para robarle su celular de alta gama. Ella se resistió y forcejeó durante algunos minutos con los violentos asaltantes, pero estos la arrastraron desde la vereda hasta la pista y continuaron jalándola porque seguía aferrada al aparato telefónico.
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Instantes después, los maleantes logran quitarle su celular y en la fuga, hacen un disparo al aire para evitar que sean perseguidos por los vecinos.
Pero no solo se cometió este atraco a plena luz del día, sino que además a un vecino que estaba en la puerta de su casa, los mismos asaltantes, lo encañonaron y robaron su celular y billetera. Luego salen corriendo y suben al mototaxi, que los espera con su cómplice a un lado de la tranquera.
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“Hemos colocado rejas en las calles y colocado el cartel para amenazar a los delincuentes, pero los asaltos continúan. Los rateros están advertidos. Ladrón que agarramos, ladrón que será linchado”, refirieron en forma anónima los vecinos.
Todavía no se recuperaban del millonario robo que sufrieron hace dos meses y nuevamente fueron victimas de la delincuencia. Esta vez cuatro delincuentes armados se escondieron dentro de mostradores de ropa, salieron por la madrugada y encañonaron a dos vigilantes de la galería ‘Minimarket Santa Rosa’ para robar varios costales con celulares de alta gama de 24 tiendas, en San Juan de Lurigancho.
Este nuevo robo fue cometido por la misma banda. Los rateros lograron llegar al cuarto piso, nadie sabe cómo porque todo está cerrado con candado, y se escondieron en la noche detrás de un mostrador viejo. Luego aprovecharon que los vigilantes subieron a su caseta, ubicada en la azotea, y los atacaron cuando cenaban, cerca de las 2 de la madrugada. Los golpearon en la cabeza y los amarraron. Luego fueron encerrados en una oficina.
Los maleantes bajaron al primer piso y empezaron a abrir cada una de las tiendas. No solo abrieron las tiendas de ventas de celulares sino también una pastelería, de donde se comieron varias tortas y se llevaron otras. Además reventaron los candados de tiendas de abarrotes y se llevaron mercadería.
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