“Abran, abran por favor”, era el grito desesperado y aterrador de más de 120 fiesteros detrás de una puerta metálica que los separaba de la vida y la muerte: ellos estaban atrapados y aprisionados, unos tras otros, en las gradas de una estrecha escalera de una discoteca clandestina en Los Olivos y les faltaba oxígeno. Lamentablemente, 13 de los asistentes -12 mujeres y un varón- no pudieron resistir y murieron asfixiados tras permanecer ahí durante siete minutos hasta que la Policía pudo romper el pórtico a combazos.
Esta estampida ocurrió durante una intervención policial en la discoteca Thomas Disco Bar, ubicada en la avenida Zinc 233, en la zona industrial del referido distrito, 55 minutos antes del inicio del toque de queda. Hasta ahí llegaron veinte agentes del Escuadrón Verde al mando del capitán José Amezquita tras ser alertados por unos vecinos de que en dicha dirección había una fiesta con más de 30 personas. A las 8:45 p.m. los efectivos, que se dirigían a intervenir a otro local, desviaron su ruta y así llegaron a la ahora llamada discoteca del terror.
Tres de los agentes encontraron la puerta semiabierta, entraron y subieron al segundo piso de la vivienda y se encontraron con más de 120 personas que bailaban y bebían licor bajo las luces icodélicas y disfrutando del show de Juancho Peña. El oficial se identificó e indicó a los presentes que se pusieran en la pared y que sacaran su DNI. Los fiesteros respondieron a los uniformados con insultos y les lanzaron botellas y vasos.
Los custodios, que estaban uniformados, comunicaron a los asistentes de que se trataba de una intervención policial por no cumplir con las normas para evitar el contagio del COVID-19 y les solicitaron colaborar. Este mensaje hizo entrar en pánico a los fiesteros. La mayoría estaba bajo los efectos del alcohol.
Las mujeres que se agacharon para que nos les caiga las botellas corrieron hacía la única salida: una angosta escalera que en el primer piso tiene una puerta de metal de dos hojas (abierta por el centro). Luego los varones se abalanzaron hacia la escalera. Alguno lograron salir sin dificultad pero en contados segundos esta escalera se convirtió en una trampa mortal para el centenar de fiesteros que desesperados buscaban ganar la calle. Se empujaron unos a otros y cayeron unos encima de otros. Así provocaron que la hoja abierta de la puerta se cerrara.
El gentío quedó aprisionado. Los que estaban en la parte superior ejercían presión sin saber lo que sucedía en la puerta. Entre los atrapados por la multitud estaban el capitán José Amezquita, el teniente Víctor Arias Rojas y el suboficial Williams Arce Alarcón agentes del Escuadrón Verde pegados en la puerta. El pie de un fiestero había quedado atrapado.
A las 8:56 p.m. el teniente Arias pidió ayuda a través de una comunicación radial. Así llegó un grupo de agentes del Grupo Terna bajo el mando del comandante Freddy Hucharo. Intentaron abrir la puerta pero estaba trabada por el aplastamiento de las personas en la escalera.
El oficial pidió al vecino de la casa contigua permiso para ingresar por el techo y así rompieron los vidrios de las ventanas para entrar a la discoteca y encontraron en la escalera personas atrapadas por lo que retiraron y los llevaron a la pista de baile donde reanimaron a varios de ellos.
Al mismo tiempo, en el exterior de la discoteca, el coronel Enrique Monroy con un grupo de efectivos, con ayuda de una comba removieron el cimiento de la puerta y así pudieron sacar una hoja que ayudó a liberar a los atrapados, según informó la Policía.
A las 9:13 p.m. el primero en salir fue uno de los efectivos que caminó unos pasos y se desvaneció. Sus colegas le dieron aire.
La escena que se vivió luego era desgarradora. Los fiesteros salían y solo podían dar un paso. Respiraban con dificultad. Los policías iban detrás de ellos para evitar que escapen y no sabían que ellos solo buscaban sobreponerse ante la falta de oxígeno. Las pistas y veredas se convirtieron en una sala de emergencia.
Los policías subieron a varias mujeres afectadas a las tolvas de las patrullas pero no resistieron y murieron. Otras fueron rescatadas inconscientes de la escalera. Las llevaron a la clínica Jesús del Norte pero llegaron sin vida. En las gradas se encontró zapatillas y vasos de cerveza.
El descontrol de los asistentes durante la intervención policial llevó a la muerte de trece personas. Ellas han sido identificadas como Jessica Vanesa Ramos Acevedo (35), Karen Milagros Ucañan Rodríguez (31), Daphne Fiorella Rioja Santos (23), Miriam Paola Rosso Loja (27), Angie Inés Flores Esminio (22), Lyz Yoselyn Melosevich Huamán (27).
Así también Sandra Thalia Peña Osco (24), Milagros Roxana Quiroz Sánchez (21), Mayhurit Salcedo Velásquez (26), Alison Daya Montañez Sudario (24), Mercedes Miksu Sánchez Sánchez (24) y el único varón Joan Diego Flores Paz (30). Una mujer aún no ha sido identificada. Once de las víctimas dieron positivo para COVID-19.
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