Pequeña de armas tomar. Kelly Jaimes Jiménez solo tiene 18 años, no mide más de 1.55 metros, pero su sonrisa y la inocencia que brilla en su rostro contrastan con lo peligrosa que podía ser cuando estaba con los suyos: integraba la banda ‘Los Hijos de Dios’, que lanzó una granada contra un hotel en Lince, y hace dos semanas fue capturada en el búnker de Pachacámac.
‘La Chata’, como la llamaban, tiene nacionalidad venezolana y, de los 28 intervenidos ese 21 de noviembre, ella era una de las piezas importantes. Sin embargo, no era la primera vez que caía.
El 11 de diciembre del 2022 también fue detenida en otro búnker. Esa vez fue en una casa campestre de Ventanilla.
Se le acusó del delito contra la seguridad pública (tráfico de drogas); contra la seguridad pública, fabricación y porte de armas de fuego; y banda criminal.
Para la Policía, también sería una de las que capta con engaños a sus compatriotas para traerlas al país. Acá, con sus cómplices, las explotan sexualmente.
En el búnker de Pachacámac, Kelly Jaimes estaba con Alejandro Vargas Oviedo (18), ‘Gringo’, otro venezolano. A él se le halló una granada y una pistola. “La compré por Marketplace, una página de Facebook. La pistola costó 2500 soles y la granada 1200″, confesó. Lo hizo porque tenía problemas con terceros. En el búnker se halló dos granadas.
Esta banda, que será denunciada ante la Fiscalía por cuatro delitos, sería la que detonó una granada en la fachada de un hotel de Lince, que dejó tres heridos, en octubre. “Las granadas (incautadas en Pachacámac) son similares a los residuos de las granadas analizadas en Risso”, informó el coronel Víctor Revoredo, jefe de Homicidios de la Dirincri.
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