UNA NUEVA MAFIA CONTROLA LAS CALLES. El ataque a balazos a dos trabajadoras sexuales, en Lince, hace una semana, ha puesto al descubierto a una nueva organización criminal integrada por peruanos que estaría desplazando a la temible Tren de Aragua y que operaría con la misma violencia que la mafias extranjeras: Se trata de ‘One Family’.
Según reportes de inteligencia de la Policía, la plaza de la prostitución de Risso ya no estaría más bajo el poder de la temida organización criminal y sería este grupo de criminales peruanos el que contralaría el cobro de cupos en esta zona rosa de Lima Metropolitana y estaría detrás del atentado contra las meretrices.
Según informó ‘Panorama’, Danny Zapata Sosa, alias ‘Chino’, sería el líder de esta nueva organización delincuencial, que ha ‘absorbido’ a muchos de los criminales y sicarios extranjeros que antes estaban con el Tren de Aragua, a cambio de varios miles de soles. Aunque estos todavía apuntan sus armas, no tienen poder de decisión sobre la organización.
El ‘Chino’ sería quien envía a gatilleros extranjeros a realizar amenazas o asesinatos. Estos se movilizan en motocicletas y actúan bajo la falso pretexto de ser repartidores de comida a domicilio. Zapata Sosa, mejor conocido en el mundo del hampa como ‘El Chino’, posee antecedentes penales por robo, violencia y hurto y tiene actualmente una requisitoria vigente.
COBROS DE CUPOS EN LINCE
Los agentes del orden revelaron que las trabajadoras sexuales son obligadas a pagar cuotas que van desde los 300 a los 500 soles mensuales a cambio de laborar en la calles alrededor de la zona conocida como Risso.
El pasado 7 de junio, las meretrices extranjeras, identificadas con las iniciales F.H.T y J.V.A., quienes no sobrepasan los 23 años de edad, fueron atacadas a balazos por sicarios de la ‘One Family’ por negarse pagar un cupo por ‘seguridad’ y ‘por derecho’ a ofrecer sus servicios en esta zona rosa de la capital.
De esta manera, la problemática en el distrito a causa del trabajo sexual estaría en manos de delincuentes peruanos, los cuales habrían aprendido las artimañas de criminales extranjeros para sacar provecho de trabajadores sexuales.