LO TENÍA TODO PLANEADO. La madrugada del pasado 16 de junio, el alférez de la Policía Nacional del Perú (PNP) Christian Rojas Mego asesinó de ocho balazos a la joven Rosa Luz Huertas, de solo 26 años, y tiró su cuerpo en un descampado, en Ventanilla, con la idea de que nunca sería descubierto. Y para ello había urdido un macabro plan.
Según reveló el programa ‘Cuarto poder’, todo comenzó horas antes, durante la noche del sábado 15 de junio en la comisaria de Playa Rímac en el distrito de Carmen de la Legua en el Callao. Ahí, Rojas Mego fue en busca del suboficial Joel Huachaca, quien estaba bajo su mando, con el objetivo de hacerse con el arma de su subordinado
Aprovechando que estaba descansando, el alférez tomó la pistola del suboficial, marca Sig Sauer modelo Sp2022 y dejó la suya en su lugar, según ha relatado Huachaca en su manifestación.
Una vez consumado el ‘cambiazo’ Christian Rojas fue directo hacia Pachacútec en Ventanilla en busca de su expareja. Videos muestran el auto negro de placa D3D-118 a nombre del oficial, recorriendo la zona camino a la casa de Rosa Luz Huertas Soto.
Una cámara capta a la pareja en una loma en la zona de ‘Cuatro Suyos’ en Pachacútec, desde la 1:09 hasta 1:18 de la mañana, según los agentes de homicidios son los últimos instantes con vida de la joven madre.
Luego del asesinato, el alférez Christian Rojas siguió adelante con su elaborado guión criminal, regresó a la comisaria en busca del suboficial Joel Huachaca, para devolverle el arma con la que minutos antes había asesinado a expareja.
Pero como suele ocurrir algunas veces, no siempre el crimen es perfecto. Su primer y más grande error fue no recoger todos los casquillos de la escena del crimen. No se dio cuenta de que uno de los siete proyectiles que había disparado contra Rosa Luz se quedó en el cuerpo de la joven. Ese proyectil fue clave para desentrañar el asesinato.
Identificada el arma desde donde se hicieron los disparos, las pericias balísticas y las pruebas de absorción atómica practicadas al suboficial Joel Huachaca y al alférez Christian Rojas, establecieron que solo el alférez dio positivo para restos de plomo, antimonio y bario por haber disparado un arma de fuego.
Rosa Luz Huertas Soto tenía tan solo 26 años, era madre de un menor de 3 años, producto del amor con Patrick Bustamante, un romance que inició desde la secundaria, pero que los llevó por caminos diferentes. Ella vivía en el asentamiento humano 4 Suyos en Ventanilla, y hacia todo para sacar adelante a su menor hijo, quien era su mayor impulso para cumplir sus sueños.
Luz Huertas se desempeñaba como vendedora de perfumes por Facebook y es a través de esta red social que conoció a Christian Rojas Mego, un alférez de la Policía Nacional.
Al inicio todo era felicidad en esta pareja, pero el amor posesivo hizo que incluso él se tatúe en el brazo el nombre de Luz Huertas. Sin embargo, a los pocos meses empezaron los problemas y los maltratos físicos por celos que terminaron con una denuncia ante la policía.
Rosa Luz se presentó a la Comisaría de Pachacútec en Ventanilla el pasado 10 de marzo, para hacer su denuncia por maltratos y secuestro de su menor hijo, quien había sido raptado en un ataque de celos por Christian Rojas.
El agente había utilizado al menor para chantajearla y volver con ella. Según el certificado médico legal, Rosa Luz presentó “signos de lesiones corporales traumáticas recientes ocasionadas por agente flexible duro y por agente contuso duro”. En el mismo hecho Christian Rojas presentó “signos de lesiones corporales traumáticas ocasionadas por uñas humana”.
Consciente del daño ocasionado y dispuesto a volver con ella, Christian Rojas, firma una declaración jurada donde acepta que cometió un error y que todo lo hizo para regresar con Rosa Huertas. Al ver la posición de la mujer y que lo tenía bloqueado de todos lados, le envió esta carta escrita, donde se muestra la posesión y manipulación que quería tener sobre Rosa.
Pero la relación cada vez se tornaba más tormentosa. La Madre de Rosa Luz, después de varias semanas, descubrió que algo no andaba bien en la relación.
Una serie de malos tratos influyó en la decisión de Rosa Luz para dar por finalizada su relación con Cristian. Ella pensó que todo iba a quedar en el pasado, pero, en realidad, no fue así. Cristian la acosaba y no la dejaba en paz. Él le pedía reanudar la relación. Esta situación exacerbó los ánimos del policía.
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