PRONTO ESTARÁ EN CASA. Después de seis días del trágico crimen en Yurimaguas, los restos de la ciudadana rusa Liudmila Lazarenko fueron trasladados a Tarapoto, en la región San Martín, Perú, donde fueron cremados a la espera de que se cumplan los trámites para volver a su país natal.
Las cenizas de Liudmila permanecerán en una urna hasta que sean repatriadas a Rusia. Según el administrador del crematorio, representantes del Ministerio Público, acompañados por una amiga de la víctima, conocida también como ‘Lucía’, trajeron los restos desde Yurimaguas.
La amiga, de nacionalidad española, estuvo presente en todo el proceso. Durante el trayecto al crematorio, el esposo y una de las hijas de Lazarenko se encargaron de los trámites necesarios para la repatriación de los restos a su lugar de nacimiento.
Recordemos que la mujer rusa había llegado a Perú con la finalidad de experimentar con tratamientos ancestrales, cuando fue cruelmente asesinada por el ucraniano Iván Kuzmin (36).
Durante la audiencia de prisión preventiva, el acusado reveló que tras consumir ayahuasca comenzó a sentir efectos extraños. La Fiscalía lo acusó de homicidio calificado y fue recluido en el penal de Yurimaguas.
Liudmila Lazarenko tenía 44 años y había llegado al Perú hace cinco meses. Según América Noticias, planeaba viajar en estos días al Cusco. Entre sus pertenencias se encontró un boleto de avión y un diario, en el que escribía sus vivencias en el país.
En Rusia le esperaban su esposo y sus dos hijas. Hace unos años y en Rusia, la extranjera conoció a Pepe Ordóñez, fundador del centro de desarrollo integral Dos Mundos, en Perú, a donde decidió viajar en 2022 para aprender nuevas técnicas de sanación y rituales amazónicos.
Y es que Lucía Lazarenko era una maestra chamana desde hace nueve años y residía en Tailandia con su familia, país donde abrió su propio centro de sanación
Lucía se enamora de los paisajes del país y sus animales, por lo que nuestro país se convirtió en su lugar predilecto para comprar ayahuasca y otros insumos que usaba en sus rituales de sanación.
La madre de familia rusa se alojó hace unos meses en Dos Mundos sin imaginar que encontraría una trágica muerte a manos del ucraniano Iván Kusmin de 36 años, quien la mató y descuartizó.
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