Darwin Marx Condori Antenaza, el principal sospechoso del asesinato y descuartizamiento de Sheyla Cóndor, no es el primer policía feminicida del Perú. Hace solo unos pocos años, otro uniformado sembró el terror en la ciudad de Tacna al ser el responsable de la desaparición de dos mujeres, una de ellas apenas adolescente. Santiago Cristian Paco Mamani, entonces de 25 años, asesinó a ambos y las enterró en un pozo en el terreno de sus padres. Intentó fugar a Bolivia, pero finalmente fue capturado. Esa es su historia.
Todo comenzó a desentrañarse con la desaparición de una joven de 20 años llamada Judith Machaca Cauna, a quien sus familiares habían visto por última vez el 28 de noviembre de 2020. Tal como ocurrió con el reciente caso de Comas, la madre de la joven, Susana Cauna, denunció ante los medios de comunicación denunciaba que la Policía era indiferente a su caso,
La presión mediática entonces hizo que las indagaciones tomaran más fuerza y permitieron determinar que la noche de su desaparición, Judith había abordado el vehículo del policía Paco Mamani.
El Ministerio Público encontró una serie de pruebas que apuntaban a que el suboficial y su aún esposa, Diana Apaza Sayritupa, estaban involucrados. No obstante, el último día del 2020, tras un pedido de prisión preventiva, el Poder Judicial ordenó liberar al acusado y aceptó encarcelar a la mujer, quien tenía en su poder el teléfono móvil de Judith.
En medio de la indignación de los tacneños por la liberación de Santiago Paco, otro juez ordenó su captura e internamiento inmediato en un penal, pero ya era tarde. Para entonces el agente policial había huido y se especulaba que había cruzado la frontera hacia Bolivia. Mientras tanto, Judith Machaca seguía sin aparecer.
Para enero de 2021, la Policía comenzó a sospechar también de los padres del policía. Fue así que se inició una búsqueda en los terrenos de la familia Paco, donde notaron que una amplia zona registraba tierra removida. Además, los vecinos señalaron que días antes escucharon una explosión.
Los detectives sospechaban que esos terrenos ocultaban algo y mandaron a traer maquinaria especial para remover la tierra que cubría un pozo de más de 80 metros de profundidad. Finalmente, el 9 de febrero del 2021 encontraron el cuerpo de la joven desaparecida. Pero no estaba sola.
Policías, detectives, peritos, fiscales y los familiares de Judith quedaron sorprendidos cuando descubrieron que en aquel profundo pozo yacía el cuerpo de otra persona. Las indagaciones posteriores y los estudios determinaron que la víctima era Noemí E. L, una adolescente de 14 años, desaparecida meses atrás ante la misma indiferencia policial.
Luego de que salieran a la luz los crímenes de Santiago Paco, la noticia estalló por todo Tacna y se intensificó la búsqueda del policía, quien, desde la clandestinidad, acusó que en la institución policial funcionaba una red de trata de mujeres e incluso, dio nombres.
Finalmente, después de casi un año, el escurridizo Santiago Paco fue detenido en Bolivia el 4 de noviembre del 2021. A su arribo a Tacna, dijo ser el responsable de los crímenes de Judith y Noemí, pero ya no quiso pronunciarse sobre la presunta red de trata de mujeres presente en la Policía.
Según la Policía, la menor de 14 años fue victimada en octubre del 2020, mientras Juditn a fines de noviembre de ese año, tras salir de su centro laboran en la urbanización Vigil.
Paco Mamani fue condenado a cadena perpetua junto con sus padres, Jorge Aniceto Paco Cabrera y Nancy Marisol Mamani Huayhua, y su exesposa Diana Esmeralda Apaza Sayritupa, a quien se le encontró el celular de la difunta Judith Machaca Cauna, por el delito de secuestro agravado y subsecuente muerte de las jóvenes .
Sin embargo, meses después se le rebajó la pena a 35 años, al cambiar el delito por feminicidio, mientras sus padres recibieron una pena de 20 años y su expareja de solo 4 por receptación de celular.
Durante el juicio, Paco Mamani confesó las razones por las que acabó con la vida de ambas, a las cuales, tras ahorcarlas las llevó en su auto al pozo abandonado en La Yarada, donde metió los cadáveres y quiso continuar con su vida como si nada hubiera pasado.
Sobre Noemí señaló: “A Noemí la conocí por el Facebook como “Milagros”... Yo estaba de franco, quedamos en salir a tomar y conocernos... tomamos por dos horas, ella hizo un movimiento al querer agarrar el parlante y con su brazo hizo derramar el trago en mi pantalón, en el lado donde estaba mi celular. Le reclamé... le dije que el trago me costaba, ella me respondió con una voz elevada: ‘pero compras otro’. Me llené de furia por esa respuesta, quería que pida disculpa o perdón, es así que agarro el trago y con botella lo tiro en la cara..., ella dijo que le había lastimado con la botella y la dejara en Tacna, que me iba a denunciar por agresión. Al escuchar esa palabra de denunciar, se me vino pensamientos a la cabeza, ya que yo policía estaba tomando y al día siguiente estaría de servicio, era más agravante estar con una menor. Le dije iba a dejarla en la ciudad, que borrara los mensajes que habíamos tenido..., pero como estaba mareado me lancé sobre ella, la ahorqué con todas mis fuerzas..., ya no se movía, pensé en botarla en el mismo lugar, le puse una pita para simular un secuestro...,quise bajarla del auto y pienso si ella tenía abierto su Facebook en alguna computadora u otro celular y se enterarían que había salido conmigo, recordé que en la escuela de la Policía en el curso de Criminalística. ‘camino hacia el crimen’, se decía que si no hay cuerpo no hay delito..., por lo que pensé en desaparecer el cuerpo. Quería enterrarlo, pero no tenía una pala para hacerlo..., se me vino a la mente la asociación (Nuevo Renacer Agrícola) de mis padres, donde había un hueco abandonado... Con luz baja me fui a ese lugar..., bajo del vehículo y me dirigí al hueco, saqué la estera y lata que lo tapaba... Saco el cuerpo del vehículo y lo arrojo al hueco, luego veo que el gorro y celular estaban en el asiento del auto y también los tiro al hueco y tapo con la lata y estera. Me voy rápido para que no me vieran... me fui por la Costanera, a la casa de mi esposa. Al día siguiente estaba de servicio”.
Consultado por Judith, esto fue lo que confesó: “A Judith la conocí por Facebook con el nombre de “Gabriela Vargas”... La cuarta vez (que nos vimos) fue el 28 de noviembre, nunca me voy a olvidar de esa fecha. Ese día yo estaba de retén en el Depincri, ella me escribió diciendo: ‘Cristian, quiero hablar sobre nuestra relación’, y si podíamos encontrarnos a las 8 pm..., le respondí sí... ella sube a mi vehículo y estaba diferente, dijo que quería conversar y nos fuimos con dirección a la playa, luego me dijo ‘Cristian, ya no podemos continuar nuestra relación’, solo ser amigos..., le dije que le amaba, me salió lágrimas, aceleré el vehículo por la Costanera, quería volcarme con ella. Después entramos a una trocha por el bosque, le pedí una explicación, me dijo que amaba a otro chico..., le digo si ella no era mía no sería de nadie y la empiezo a ahorcar, tenía celos, yo lloraba, sus manos apretaban mis brazos y se desvaneció... Siento que en ese momento yo había explotado, agarro el celular y veo que tenía dos Facebook, uno como Gabriela Vargas y otro como Judith, verifiqué que tenía conversaciones con varios chicos..”.
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