
Un supuesto asalto, una mujer pidiendo auxilio y un joven con un cuchillo en el pecho. Así comenzó lo que parecía otro caso más de violencia callejera. Pero tras una exhaustiva investigación en Ica, las autoridades descubrieron que Miluska Bacilio Gonzales, de 33 años, no fue víctima de ningún robo: fue la autora de un crimen que intentó encubrir.
La mañana del pasado domingo 14 de abril, Miluska salió desesperada a pedir ayuda. Gritaba que unos delincuentes la habían asaltado junto a su pareja, Ángel Cristóbal Jara Quintana, de 28 años, y que él había sido apuñalado por resistirse. Sin embargo, la historia no convenció a la policía. Así lo recordó esta semana el programa ‘Estás en todas’, en su sección ‘Crimen y castigo’.
Las primeras contradicciones en su relato y las evidencias halladas en la escena empezaron a desenmascarar lo ocurrido. Testigos aseguraron que minutos antes del supuesto robo, la pareja regresó caminando tranquilamente a su casa. La policía halló manchas de sangre en el pasadizo, la escalera y el dormitorio.
Además, la prueba de luminol confirmó la presencia de sangre humana dentro del cuarto que ambos compartían. La hipótesis más fuerte es que Ángel quiso terminar la relación, y ese habría sido el detonante del ataque.

SE IBA A MUDAR, PERO NO LLEGÓ A SALIR
Según la familia del joven, Ángel vivía una relación tóxica. Miluska era celosa, controladora y violenta. En los días previos al crimen, él ya había decidido dejar el cuarto que compartían. Incluso había empacado su maleta y dejado parte de sus pertenencias en la casa de un vecino.
Pero nunca llegó a mudarse. La mañana del crimen, cámaras de seguridad los captaron regresando juntos a casa. Pocos minutos después, Miluska apareció pidiendo ayuda. Afirmó que cinco delincuentes los atacaron y que su pareja murió al resistirse. No era verdad.
Los peritos también descubrieron que ella había cambiado el polo ensangrentado de la víctima y había intentado limpiar la escena. Todo apuntaba a un asesinato premeditado. Finalmente, fue detenida y la Fiscalía ordenó nueve meses de prisión preventiva por el delito de homicidio agravado.
ANTECEDENTES Y PERFIL PSICOLÓGICO
Miluska Bacilio tiene denuncias previas por violencia familiar. En 2022 fue acusada de maltratar física y psicológicamente a sus hijos y de amenazar de muerte a otra mujer. Un informe psicológico reciente reveló que tiene baja empatía, actúa por impulso y no tolera la frustración.
La familia de Ángel asegura que ella lo tenía completamente controlado. Le revisaba el celular, lo había alejado de sus amistades y bloqueado a sus familiares de sus redes sociales. “Le quitó la alegría”, dijeron sus hermanas.
Ángel Jara era un joven trabajador y soñador. Llegó desde Apurímac, estudió electricidad con su hermana y juntos abrieron una pequeña empresa. Había hecho el servicio militar y quería volver a su tierra a enseñar lo aprendido. Pero la violencia acabó con todos sus sueños.

EXIGEN LA MÁXIMA CONDENA
El cuerpo de Ángel fue trasladado a Apurímac, donde fue despedido con dolor por su familia. Sus padres y hermanas lo recuerdan como un joven alegre, amoroso y con ganas de salir adelante. Ahora piden justicia.
“Que le den cadena perpetua. No puede quedar impune”, reclamaron entre lágrimas.
Miluska Bacilio recibió 9 meses de prisión preventiva y permanece recluida mientras se desarrolla la investigación. La historia que quiso encubrir como un robo terminó revelando un crimen pasional, violento y premeditado. Otro caso donde el agresor no estaba en la calle, sino en casa.
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