El jueves 25 de junio de 2009, un inusual movimiento de patrulleros despertó la curiosidad de los vecinos de la calle Boulevard, en Santiago de Surco. En un edificio signado con el 161, exactamente en el departamento 602, se había descubierto el cadáver de la llamada ‘Princesa del folclor’, Alicia Delgado. La cantante había sido estrangulada con una correa y apuñalada varias veces en su habitación. La noticia remeció las redacciones de los diarios, radios y televisoras de la época. Fue el mismo día en que se anunció la muerte del ‘Rey del pop’, Michael Jackson. A once años de ese acontecimiento, aún flotan en el aire algunas interrogantes sobre las verdaderas razones de la muerte de la artista vernacular.
Lo que se sabe a ciencia cierta es que su chofer Pedro César Mamanchura Antúnez fue quien la victimó de esa manera tan cruel dos días antes tras ingresar a la vivienda ubicada en la urbanización Monterrico. Según el empleado de limpieza del edificio, Diego Alexander Claros Ramírez, el sujeto salió cuatro horas después llevando bajo sus brazos una caja de color oscuro, que después se supo era una caja fuerte donde la artista guardaba sus joyas. El asesino confeso bajó al estacionamiento y se llevó la camioneta marca Hyundai de la víctima. Hasta allí nadie sabía lo que había pasado.
Lo que encendió la alarma fue el hallazgo del mismo vehículo, minutos después, en un descampado del distrito de Independencia. Gracias a la placa, la Policía trató de comunicarse al día siguiente con Alicia para indicarle que su carro había sido encontrado, pero como no contestaba llamaron a su hermana Clarisa y a su hijo Junior Retuerto. Con ellos, los agentes acudieron al departamento de la calle Boulevart y hallaron la horrenda escena. No fue difícil saber el nombre del sospechoso. Gracias a la versión del portero y del empleado de limpieza del edificio, se dio con el nombre de Pedro Mamanchura. De inmediato se lanzó la alerta en todo el país.
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Fue así como el domingo 28 de junio el criminal fue fue detenido en un hospedaje de la ciudad de Tumbes, donde había dado un nombre falso: César Antúnez Oyola. Trataba de huir hacia Ecuador.
Bajo un fuerte resguardo policial fue enviado a Lima, donde confesó que cometió el homicidio por encargo de la cantante Abencia Meza, conocida en el medio vernacular como ‘La reina de las parranditas’. El motivo: los celos.
El protocolo de necropsia realizado al cadáver de la ‘Princesa del folclor’ demuestra una crueldad extrema. Tenía dos heridas cortantes en el cuello y otra debajo de la oreja izquierda. También un surco y elemento constrictor alrededor del cuello, al parecer producido por la correa de cuero negro que se le halló en esa región, así como lesiones contusas en cuello, por debajo del surco. Igualmente se aprecian equimosis (hematomas) violáceas y excoriación lineal en la región lateral derecha del cuello y dos esquimosis en el tórax. Finalmente una herida punzante en el hemotórax y tres heridas punzo corto penetrantes en la región dorsal. Algunas de ellas se las hicieron después de muerta. La artista, en su desesperación, arañó a su asesino y por eso encontraron rastros de piel en sus uñas.
LA SENTENCIA
El 7 de julio del 2009, Elizabeth Figueroa Cortez, titular de la 50 Fiscalía Provincial de Lima, denunció penalmente, ante el Poder Judicial, a Pedro Mamanchura por el asesinato de Alicia Delgado y a Abencia Meza como autora intelectual. Dos días después, la cantante es trasladada al penal de Mujeres de Chorrillos y el asesino al penal de máxima seguridad Miguel Castro Castro, en Canto Grande.
Luego de un juicio mediático y caótico, donde el asesino dijo y se desdijo sobre la autoría de Abencia, esta fue condenada a 30 años de prisión, mientras que el autor material a 35 años.
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Hace dos años, el 19 de enero del 2019, la defensa legal de Abencia presentó ante el Quinto Juzgado Penal Unipersonal de Cajamarca, un recurso para que se revise la sentencia, señalando una supuesta vulneración de sus derechos al debido proceso, la debida motivación de las resoluciones judiciales, a la presunción de inocencia, a la igualdad, libertad personal y principio de congruencia o correlación. No obstante, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema, presidida por el magistrado Jorge Castañeda, ratificó por unanimidad la condena a Abencia Meza Luna al declarar que no hay nulidad en la sentencia.
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