Un anecdótico momento vivió el Papa Francisco a su llegada al aeropuerto de Trujillo, durante el tercer día de su estancia en el Perú. El sumo pontífice fue recibido por un grupo de jóvenes que le rindieron homenaje a ritmo de la marinera norteña.
En medio de las celebraciones, dos niños vestidos con el atuendo típico de la danza norteña, se acercaron al Papa Francisco para entregarle una paloma blanca como símbolo de paz. El objetivo era que el Santo Padre la haga volar, pero no todo salió bien.
En el preciso momento que el Papa Francisco lanzó al aire a la paloma blanca, ésta no quiso volar y cayó al suelo. Al parecer, el tumulto asustó a la pequeña ave.
El anecdótico hecho generó risas entre los presentes e incluso el Papa Francisco lo tomó con humor. Momentos después, uno de los miembros del equipo del sumo pontífice cogió a la paloma y la echó a volar.