Cuando el papa Francisco se dirigió al Grupo Aéreo N°8, miles de fieles se acercaron para que el sumo pontífice los saludara o les diera la bendición desde su camioneta.
Una señora comenzó a llorar cuando el papa Francisco estaba a minutos de retirarse del Perú pidiendo que se quede “un poquito más”.
“¡Se fue! Se hubiera quedado un poquito más, pero hay que orar para que vuelva de nuevo”, dijo la mujer, entre lágrimas, sobre la visita del papa Francisco al Perú.
La mujer dijo que las palabras del papa Francisco la invita a “reflexionar” y que había dado un “mensaje para vivirlo”.
MÁS DE UN MILLÓN EN LAS PALMAS
1 millón 700 mil personas se reunieron en Las Palmas para escuchar la última misa que ofició el papa Francisco donde denunció las situaciones "de dolor y de injusticia" en las ciudades, y con anterioridad en una charla con los obispos afirmó que la política en muchos países de Latinoamérica está "muy enferma".
En la explanada de Las Palmas, donde bajo un sol abrasador aguardaron durante horas cientos de miles de personas, se celebró la misa más multitudinaria de esta sexta gira latinoamericana en la que el papa Francisco recorrió Chile y Perú.
El papa Francisco explicó que estamos viviendo el “Síndrome de Jonás”. Este síndrome hace que las personas decidan huir, desconfiar y volverse indiferente frente al dolor de los demás.
“Un espacio para la indiferencia, que nos transforma en anónimos sordos ante los demás, nos convierte en seres impersonales de corazón cauterizado, y con esta actitud, lastimamos el alma del pueblo”, expresó el papa Francisco a sus fieles en su última misa en Perú.
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