1 millón 700 mil personas se reunieron en Las Palmas para escuchar la última misa que ofició el papa Francisco donde denunció las situaciones "de dolor y de injusticia" en las ciudades, y con anterioridad en una charla con los obispos afirmó que la política en muchos países de Latinoamérica está "muy enferma".
En la explanada de Las Palmas, donde bajo un sol abrasador aguardaron durante horas cientos de miles de personas, se celebró la misa más multitudinaria de esta sexta gira latinoamericana en la que el papa Francisco recorrió Chile y Perú.
El mensaje más duro del viaje del papa Francisco en Perú llegó hoy durante la mañana en una charla que mantuvo con los obispos en el arzobispado, en la cual denunció, como ya hizo en su mensaje a las autoridades peruanas, la corrupción en Latinoamérica, y aseguró que la política en muchos países de la región "está muy enferma".
El papa Francisco citó el caso de la constructora brasileña Odebrecht, en la que han estado implicado gobiernos de varios país de América Latina y aseguró que "es solo una parte chiquita".
"No descuidemos porque si caemos en manos de personas que sólo entienden el lenguaje de la corrupción, estamos fritos", advirtió el papa Francisco.
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