Nadie vio nada. Las pruebas rápidas para descartar el COVID-19 que son requeridas en todos los centros hospitalarios ahora deben ser guardadas bajo siete llaves. Un total de 75 de estas pruebas desaparecieron –por arte de magia- de la Oficina de Epidemiología de la Dirección Regional de Salud de Piura.
Así lo denunció la tarde de ayer el jefe de la Oficina de Inteligencia Sanitaria, médico Paul Lecca Reyes, en la comisaría de Castilla.
Este robo salió a la luz -según la denuncia- cuando Lecca solicitó el informe diario a Roberto Rosas, encargado de respuesta rápida y distribución del stock de pruebas rápidas. Este le informó que había un faltante de 75 pruebas rápidas.
Ante esta situación, tras las diligencias preliminares y que nadie respondiera por este faltante, llevó a que el médico epidemiólogo, Fernando Quintana, presentara su renuncia al cargo de Coordinación de la Unidad Funcional de Epidemiología.
La Policía inició las investigaciones para identificar al responsable del hurto de estas pruebas que sería algún trabajador de dicha institución.