ES SU HABITAT NATURAL. Máximo Napa Castro, el valiente pescador peruano que sobrevivió 95 días a la deriva en el océano Pacífico, bebiendo agua de lluvia y comiendo carne de tortuga, volvió este miércoles al mar con un renovado espíritu tras recibir la donación de un motor nuevo para su embarcación conocida como ‘Gatón’.
Tras convertirse en un símbolo de resistencia y fortaleza, Máximo reapareció en el muelle José Olaya, en el puerto de San Andrés, Pisco. “Nunca perdí la esperanza de volver al mar. Nunca perdí mi fe, jamás”, dijo Máximo que fue rescatado el pasado 11 de marzo en aguas de Ecuador, luego de que desapareció en altamar el 7 de diciembre de 2024.
El día que lo encontraron, un helicóptero divisó a una tortuga muerta sobre un pequeño bote y al acercarse descubrieron a un hombre semidesnudo, con cabello crecido y sumamente delgado, cuya boca estaba manchada de sangre.
“Yo ya estaba agonizando y peleado con Dios. El día anterior le dije: ‘ya no quiero renegar contigo, porque sé que me vas a mandar un helicóptero o un avión’. A las cinco de la tarde, una tortuga se pegó al bote y con mis últimas fuerzas la puse boca arriba, le corté la yugular y me bebí su sangre. Una hora después apareció el helicóptero”, narró Máximo.
El popular ‘Gatón’, apodo que comparte con su bote, había salido en busca de la preciada huevera de pez volador con provisiones para un mes, pero solo diez días después de salir su motor dejó de funcionar.
“Dios mío, dije, uff. Y ahí en ese momento comencé a ahorrar mis víveres, mi agua. Un día comía, al otro día no comía”.
En enero y ya tomando agua de lluvia, se le acabaron las provisiones del todo: “no tenía nada. Ahí comencé a comer las cucarachas”.
Explicó que su odisea empezó precisamente por un desperfecto mecánico en el motor que tenía su embarcación. “El motor no encendía. Pero ahora con este nuevo motor que me ha donado la empresa Yamaha me siento más seguro y confiado, incluso puedo ir hasta Japón”, expresó Máximo entre risas y lágrimas de alegría.
La reconocida empresa Yamaha, conmovida por la historia de resiliencia de Napa, le donó un motor fuera de borda de dos tiempos enduro de 60 HP. Además, le entregaran una radiobaliza, un dispositivo electrónico de comunicación de emergencia que permitirá a Napa alertar a la Capitanía de puerto en caso de peligro. Toda la donación está valorizada en más de 35 mil soles.
“Con este nuevo motor, Máximo podrá siempre volver a casa junto a sus seres queridos luego de largas jornadas en altamar. Nuestra responsabilidad como marca va más allá de entregar productos de calidad y que no fallen en los momentos más importantes. Buscamos, por sobre todo, generar un impacto positivo en las comunidades que nos abren las puertas y confían en nosotros”, dijo el gerente general, Renzo Espinoza.
Por ello, también anunció el lanzamiento del programa YAMAMOVIL, un taller móvil montado e instalado dentro de una van la cual estará equipada con todo lo necesario para visitar más de 100 puertos a nivel nacional al año el cual brindará campañas de servicio gratuitas a los usuarios de la marca. Reforzando la promesa de marca de estar cada vez más cerca de sus usuarios.
Sin duda, la historia de Máximo Napa es una clara muestra de resiliencia y coraje. Que motivado por el deseo de poder volver a estar cerca de sus seres queridos. Logró sobrevivir a las condiciones más adversas.
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