
Una expedición que debía ser parte de su formación profesional se ha convertido en una angustiante pesadilla. Tres estudiantes del Centro de Estudios de Alta Montaña (CEAM) de Huaraz permanecen desaparecidos desde el viernes 30 de mayo, tras intentar escalar el nevado Artesonraju, uno de los más exigentes de la Cordillera Blanca, en la región Áncash.
Los jóvenes —Omer Pretel Alonso, Jesús Ticón Huerta (ambos peruanos) y Edson Bandeira (de nacionalidad brasileña)— no han dado señales de vida desde que decidieron quedarse en la zona de morrena para emprender el ascenso a la cumbre. Desde entonces, nada se sabe de ellos.
HALLARON SOLO SUS CARPAS
La última comunicación fue el jueves 29 de mayo con otro compañero de expedición que descendió ese mismo día. Los tres estudiantes se quedaron con la intención de alcanzar la cima al día siguiente. Sin embargo, al no tener noticias, un equipo del CEAM subió hasta la zona el domingo y halló únicamente las carpas que usaron, sin ningún otro rastro.
El lugar es extremadamente inhóspito. Desde el último punto vehicular (Cochapampa) hasta la zona donde estarían los desaparecidos hay unas 15 horas de caminata, atravesando terreno rocoso, nieve, glaciares y condiciones climáticas impredecibles.

PIDEN APOYO AÉREO URGENTE
Ante la complejidad del terreno, la Asociación de Guías de Montaña del Perú (AGMP), junto a familiares y voluntarios, ha solicitado al Ministerio del Interior, a la Policía Nacional y a la Fuerza Aérea del Perú (FAP) el envío urgente de un helicóptero.
“Pedimos por favor que nos ayuden con un helicóptero. Desde Cochapampa hay que caminar 15 horas, pero en helicóptero llegaríamos en 15 minutos”, imploró el presidente de la AGMP en un video difundido por redes sociales.
Hasta ahora, las labores de búsqueda son encabezadas por la Policía de Alta Montaña, rescatistas locales y voluntarios nacionales y extranjeros, pero la falta de apoyo aéreo limita la cobertura de terreno y reduce las posibilidades de encontrarlos con vida.

UN NEVADO DE DESAFÍO MORTAL
El Artesonraju, ubicado dentro del Parque Nacional Huascarán, tiene una altitud de 6,025 metros sobre el nivel del mar y es famoso por su silueta piramidal, similar al logo de la productora Paramount Pictures. Pero más allá de su estética, es una de las montañas más técnicas y peligrosas del Perú.
Sus rutas de ascenso —tanto por la laguna Parón como por la quebrada Santa Cruz— son consideradas de alta dificultad. Las condiciones meteorológicas extremas, la altitud y la geografía hostil representan un reto incluso para montañistas experimentados.
La comunidad de guías, deportistas y familiares continúa a la expectativa de lo que pueda ocurrir en las próximas horas. Cada minuto cuenta. La esperanza sigue viva, pero la montaña no espera.