Un limeño varado en Cusco vive duras penas por la pandemia del COVID-19, se aloja en un hostal donde tiene que limpiar para quedarse y hasta come frutas en estado de descomposición que le regalan en el mercado San Blas. Todo para sobrevivir.
Se trata del limeño Nathan Guerra, quien llegó a Cusco a inicios de marzo, justo antes de darse la alerta por la pandemia. El anhelo de trabajar en una discoteca y ahorrar algo de dinero hicieron que viaje a la Ciudad Imperial con el poco dinero que tenía.
Sin embargo, el negocio donde trabajaba Nathan cerró días después de haber llegado, quedándose sin trabajo y sin recursos para regresar a la capital, es así que se alojó en un hospedaje del barrio de San Blas.
“Somos seis peruanos en el hostal, ya no tenemos para pagar las camas ni la comida, menos mal la señora es un amor de persona y nos está alojando prácticamente gratis, le pagamos trabajando y limpiando”, cuenta.
FRUTAS EN DESCOMPOSICIÓN
Nathan se las ingenia para comer algo y acude al Mercado de San Blas, donde recolecta una bolsa llena de alimentos, pero en estado de descomposición.
Papayas, mangos y plátanos podridos ahora forman parte de su alimentación. "Es esto, o morir de hambre... Todo lo que traigo en la bolsa es regalado, frutas, verduras, un pedazo de queso, un pan duro, todo está en descomposición pero por con esto podemos hacer un jugo”, dice con cierta nostalgia.
VUELOS HUMANITARIOS
Sobre los vuelos humanitarios, el joven refiere que él y sus compañeros no han tenido la suerte de ser trasladados; además, mencionó que al principio tomaron todo a juego, pero después se asustaron bastante y prefirieron no salir de su hospedaje.
“Por aquí no pasa nadie, ¿quién nos va a ayudar?...Estoy seguro que superaremos todo esto, nosotros volveremos a trabajar y le pagaremos todo a la señora del hostal”, finalizó.
DATO:
-Cualquier ayuda se puede hacer llegar al Hostel Katu Wasi, ubicado en la calle Suytuqhato en el barrio de San Blas, Centro Histórico de Cusco.