Talento e ingenio le sobra. Jean Mendoza Cisneros, un joven ayacuchano egresado de la carrera de Ingeniería de Negocios Agronómicos y Forestales de la Universidad Nacional Autónoma de Huanta, en Ayacucho, impulsa la fabricación de snacks nutritivos (cereales) de chía, quinua y maíz amarillo duro, con el objetivo de exportarlo desde el Perú hacia el mundo.
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Se trata de un producto orgánico, con alto valor nutritivo y energético, el cual se encuentra validado y que Jean presentará en su tesis.
“La investigación la inicié hace un año. A la fecha, se encuentra validada y la voy a presentar como tesis para mi graduación, en diciembre de este año. Paralelamente, estoy buscando el financiamiento para su elaboración a gran escala y colocarlo en el mercado interno. El siguiente paso sería su exportación”, afirma el talento, quien ganó en el 2019 la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
Explicó que la chía y la quinua son productos que son muy cultivados en la región Ayacucho, razón por la que los eligió para elaborar el cereal. Agregó el maíz amarillo duro por sus propiedades proteicas y de expansión (hinchar la masa).
Para procesar los insumos, adquirió una máquina extrusora de alimentos, que permite preparar los snacks nutritivos sin que los productos que se usan pierdan su valor nutricional.
Jean también ha presentado otros dos proyectos, con los que buscó ganar diversos concursos académicos y aunque no resultó ganador, no se ha rendido y plantea revisarlos y actualizarlos para hacerlos realidad dentro de poco tiempo.
Se trata de la elaboración de aguardiente y de papel, ambos a base de cabuya, una planta con múltiples beneficios y típica de las zonas andinas del Perú, sobre todo de la región Ayacucho.
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El aguardiente de cabuya plantea ser una opción al tequila mexicano. En tanto, el papel de cabuya, que también incluirá la fibra de piña golden, fue reconocido por sus docentes como un sustituto para el actual papel, siendo una manera de evitar la tala indiscriminada de bosques.
Jean Mendoza es el último de cinco hermanos y proviene de una familia con escasos recursos económicos, por lo que sufrió muchas necesidades, a tal punto que, cuando era pequeño, su madre tomó la decisión de que abandonaran su hogar para producir una pequeña parcela en la puna y, de esa manera, ganar algo de dinero.
Realizó diversos oficios como vendedor de flores en un cementerio o techador de casas y con el dinero que ganó se preparó en una academia para postular a la universidad.
Durante los tres primeros ciclos realizó sus estudios con mucho esfuerzo y trabajando en diferentes lugares. Antes de iniciar su cuarto ciclo, unos compañeros le contaron sobre la Beca Permanencia del Pronabec, dirigida a estudiantes de universidades públicas con buen y alto rendimiento académico y clasificación socioeconómica de pobreza o pobreza extrema, según el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh).
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“Gracias a que estaba en el tercio superior, postulé y pude ser ganador. Fue un momento increíble. Era la ayuda que busqué por mucho tiempo para terminar mi carrera profesional. Todo valió la pena”, dice el flamante egresado, a quien la beca le ha cubierto los gastos de alimentación, movilidad local y útiles de escritorio.
Las metas de Jean aún son grandes: quiere terminar su proyecto, obtener el título profesional, estudiar una maestría y no ha descartado la idea de seguir Derecho, una carrera que también lo apasiona.
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